sábado, 24 de julio de 2021

Ferrocarril Santander-Mediterráneo

 


Un poco de información sobre el ferrocarril Santander-Mediterráneo

En su comienzo, allá por 1879, se denominó con un curioso nombre “Ferrocarril del Meridiano”, ya que su trazado seguía en parte el meridiano de Madrid. Posteriormente su intención fue la de unir los puertos de Santander y Sagunto. El primer tramo en que se inician las obras en 1902 fue el de Astillero-Ontaneda, que enlazaba con el ya construido de Santander a Solares. La Primera Guerra Mundial da un giro a la importancia de este ferrocarril convirtiéndolo en objetivo militar, por lo que se modifica el ancho, que en un principio era métrico a ibérico y doble vía, y se obliga al paso por Traspaderne para facilitar su conexión con el puerto de Bilbao. En 1921 se termina la redacción del proyecto con una longitud de 415 kilómetros entre Ontaneda y Calatayud y tres años después se aprueba y adjudica la concesión a la sociedad “The Anglo-Spanish G. Lid”. Inexplicablemente, el Estado, por Decreto, se reserva el derecho de modificar el trazado entre Ontaneda y Cidad-Dosante, lo que dejaría la línea con 365 kilómetros hasta Calatayud y probablemente implicó que no se llegara a terminar nunca.



La accidentada orografía obligaría a múltiples obras de ingeniería con numerosos túneles y viaductos por lo que se encargaron proyectos a varios especialistas, terminando por elegirse la propuesta de los ingenieros Luis Rodríguez Arango y Escudero Arévalo, que presentaron como mejor alternativa el túnel de la Engaña hasta Vega de Pas. En el resto de la línea las obras avanzan a buen ritmo y en el año 1930 ya se habían inaugurado los seis tramos entre Calatayud y Cidad-Dosante. El problema se planteaba desde esta última hasta Santander. El proyecto sufría un grave estancamiento por lo que se nombra una Comisión Técnica que trabajo durante casi dos años en el desarrollo de dos alternativas; una que por la cabecera del río Pas se accedía a la cuenca del Pisueña con un túnel bajo el puerto de La Braguía hasta Sarón para continuar con el ya construido Astillero-Ontaneda. La segunda comenzaba dos kilómetros antes, en la estación de Santelices y siguiendo el río Engaña pasar el valle del Pas con un túnel de siete kilómetros de longitud, siendo esta última la elegida, lo que dejaba a Burgos a 181 kilómetros.



Entre tanto el puerto de Bilbao inmerso en una reducción alarmante del tráfico por la crisis mundial y temeroso de que parte del tráfico le fuera arrebatado por el de Santander propuso su conexión en Areta con una nueva línea hasta Trespaderne, lo que dejaba a Burgos a 166 kilómetros, casi 20 menos que el puerto de Santander y que se podrían reducir a un más, unos 20 aproximadamente, con la variante de Peñahorada a Santelices, evitando el paso por Trespaderne. La constitución de RENFE en 1941 ayudo a desatascar el proyecto, pero sirvió de poco, el informe demoledor del Banco Mundial sobre la economía española en 1959 le dio la puntilla. A falta de apenas 35 kilómetros y con la obra más costosa del tramo construida, el túnel de la Engaña, se decide paralizar las obras. Fue el 30 de septiembre de 1984 cuando el Consejo de ministros firmo el decreto de cierre del tramo de Cidad-Dosante a Caminreal y el 1 de enero de 1985, a las cero horas, quedaba clausurado el ferrocarril Santander-Mediterráneo junto al resto de líneas “deficitarias” del estado español. Miles de españoles, especialmente en el medio rural, quedaron privados de un servicio público que vertebraba el territorio y muy necesario para su supervivencia. Sería el 20 de octubre de 1995 cuando el Consejo de ministros autoriza el levantamiento de las vías.

Mariano Vicente, 24 de julio 2021



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