Escribe
Mónica F. Aceytuno: “El secreto es el camino, no la meta, y
quienes vayan buscando otra cosa, acaso no hallen cosa alguna si no
la que traen consigo”.
Comenzamos
nuestra colaboración con este diario, allá por 16 de julio y hemos
permanecido unidos casi todo un verano. Ha sido un proyecto para
andar y ver, para sumergirnos en la compleja y cambiante realidad que
es la Región de Murcia. Escribía Vicente Medina: “Esta tierra mía
es extremada”; y lo hemos comprobado a lo largo de más de mil cien
kilómetros y doce mil metros de desnivel acumulado, pedaleando por
decenas de paisajes tan opuestos como los solitarios páramos del
altiplano o la delgada linea arenosa de La Manga. Nada tienen que ver
los fluviales arrozales de Calasparra con los agostados montes de
Puntas de Calnegre; o los enormes puertos industriales frente a las
tersas aguas de las salinas, solo rotas por el soplar del viento.
La
Transmurciana ha sido el hilo conductor que nos ha acompañado
durante treinta y cinco días de pedaleo por ramblas, barrancos,
caminos y sendas. Atravesando montañas, recorriendo páramos,
bañándonos en solitarias calas o atravesando casi todos los
espacios naturales de la Región. Nos hemos acercado a numerosas
poblaciones -más de cien-, para convivir con sus gentes, disfrutar
su gastronomía y acumular entrañables recuerdos que permanecerán
para siempre en nuestro corazón.
