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martes, 10 de junio de 2014

Camino de la Vera Cruz: tercer día de viaje



Camino de la Vera Cruz: Tercer día de viaje.


Se doblegan los chopos mostrando el envés blanquecino de sus hojas ante el furibundo viento del sureste. Nosotros; menos inteligentes, nos empeñamos en luchar contra él. La barbilla casi en el manillar, cogidos en su parte más baja intentando ofrecer la mínima resistencia, pero apenas avanzábamos; pasa el tiempo, quince, veinte, treinta minutos, una hora, pero apenas hemos avanzado unos kilómetros. No vamos a llegar nunca.

La cosa se ha puesto seria especialmente después de Calamocha, esos páramos con los que el viento juega a su antojo, esas enormes rectas que se pierden en el horizonte y el viento justo de frente, 25 km/h, y así durante horas, no he llorado por qué no está bien visto en un hombre de mi edad.

La jornada ha comenzado de muy diferente marera, a las puertas del ayuntamiento de Calatayud, tomando un café con su alcalde José Manuel Aranda y su concejal de turismo José Manuel Jimeno, siempre controlados por nuestra inapreciable y simpática Eva Monge, nuestro contacto “infiltrado”. No nos quiere bien este alcalde, ha hecho lo que peor podía hacer y asido regalarnos unas botellas del rico vino de Calatayud, no es este el lugar más apropiado para contaros como hemos terminado.

En Daroca nos ha recibido su joven alcalde Miguel García, alrededor de una mesa y unos refrescos nos hemos departido sobre el Camino de la Vera Cruz y su proyecto de que este libre las Hoces del Jiloca par al plataforma del antiguo ferrocarril, hoy en desuso. Hemos comido en Calamocha y sufrido mucho hasta Teruel, donde no ha recibido su concejal de turismo Javier Domingo, que ya no atendió también el año pasado. Le hemos invitado a tomar unas cervezas con nosotros, pero muy inteligentemente la ha rechazado.

Cuando regresábamos al hotel, el viento había amainado y llovía, todo lo contrario de lo previsto para mañana; mucho sol y muchísimo viento, por supuesto otro día más de morros.

Teruel, 9 de junio de 2014, muy cansados tras nuestro tercer día de viaje.

lunes, 9 de junio de 2014

Camino de la Vera Cruz; segundo día





Si vas a Calatayud, no dejes de ir al mesón de la Dolores, nosotros cenamos muy bien tras uno de los días más duros de este viaje. Hemos recorrido 132 kilómetros con un desnivel acumulado de 1870 metros y no creáis que ha sido solo una subida, no, ha sido una etapa rompe piernas, con varios pequeños puertos, pero que se acumulan. Los hemos combatido con un buen almuerzo y después una comida como Dios manda. El calor, apenas soportable, nos ha hecho beber más de lo conveniente. El recorrido, muy bonito en general, pero me ha gustado especial mente la parte anterior a Borja y las hoces del Jalón ya cerca de Calatayud.

Esta nueva vía por asfalto nos está gustando mucho, es menos dramática que el sendero, pero igual de bonita y más llevadera, sin tantos desniveles y por supuesto mucho menos complicada de navegar. Haciendo las etapas un poco más cortas será una autentica delicia. Hasta el momento el asfalto ha estado en muy buenas condiciones, sin grandes dificultades de orientación y paisajes espectaculares. Tráfico apenas perceptible, aunque también es verdad que nos ha coincidido en sábado y domingo, pero no creo que los días laborables cambien mucho esta percepción.

En Calatayud, noche del domingo ocho de junio.   

viernes, 10 de mayo de 2013

Camino de la Vera Cruz - Día 4, jueves 9 de mayo de 2013





Hoy, a las puertas del consistorio de Calatayud, nos recibido su alcalde José Manuel Aranda, acompañado de su concejal de turismo, José Manuel Jimeno. Han coincidido los dos ediles “en poner en valor esta iniciativa que contribuirá a potenciar y dar a conocer este importante itinerario turístico y cultural”. Al mismo tiempo no han deseado un feliz viaje en esta experiencia única, que  disfrutemos del camino, cuya huella histórica documentada se remonta al siglo XIII.



Jiloca arriba, por una vega bien regada. Frutales a los lados, hombres trabajando. El camino discurre a la vera de este pequeño, pero caudaloso río. Paracuellos, Velilla, Morata, Fuentes, todos ellos pueblos con el apellido de Jiloca. 



Se estrecha el valle, el camino desaparece, estamos entre las altas paredes del desfiladero de la Hoz del Jiloca. La senda apenas se vislumbra entre la vegetación en el tránsito por este hermoso paraje. Las paredes a un lado, al otro el rio, en medio excelsas ortigas de punzante recuerdo.



Se vuelve abrir el valle, dando paso de nuevo a los frutales y entre ellos, viejos ladrillos conforman aquella que nunca pago diezmo, ni sirvió a señor feudal alguna. Siempre fue villa de realengo y en su colegiata antiquísimo pergamino con el milagro de los Corporales. 



Sellamos la credencial y nos detenemos a las puertas del que nadie conoce por su nombre; mesón de Julio si no por el de más castizo de “Perragorda” que hasta torero llego a ser. Vainas (judías verdes) y ternasco. Preparados para continuar.


 Continuamos siguiendo, aguas arriba, la margen izquierda del Jiloca, tan cerca en algunos puntos que podemos tocar el agua con la mano y en otros que resulta más fácil caer al agua que seguir en la senda.
De pronto, Calamocha esta ante nosotros y ha estado aquí desde siempre, por ella pasaba la calzada romana que unía Zaragoza con Córdoba. Testigo su puente romano. Buena ración de morro para cenar. 

Kilómetros: 75
Desnivel positivo: 617
Total acumulado: 322

jueves, 9 de mayo de 2013

Camino de la Vera Cruz - Día 3, miercoles 8 de mayo de 2013





Día duro, nada más salir de Talamantes comenzamos con fuertes subidas que se suceden sin solución de continuidad. Bajada por el valle del Isuela hasta Trasobares. A partir de aquí y hasta Illueca, gracias a las indicaciones de Lázaro Giménez (Natursport), que nos advirtió de las pésimas condiciones para la bicicleta de este tramo del camino, hemos realizado el tramo por carretera. 



Desde Illueca también presenta el camino tramos no ciclables, por lo que optamos por diseñar nuestra propia variante. Hemos utilizado el camino del Prado y una cañada, hasta enlazar de nuevo con el Camino de la Vera Cruz hasta Viver de la Sierra, precioso camino totalmente recomendable, de buen firme y enmarcado de amapolas y margaritas. El bar cierra después de los cafés, por lo que nos tuvimos que conformar con la fuente.


 
Aun nos quedaban fuertes rampas hasta superar el collado de Valdeguil con sus más de 1150 metros. Para dejarnos caer a continuación por el camino de Aniñon, roto y pedregoso, para dirigirnos, por otro, a Torralba de Ribota, para llevarnos la sorpresa de tener que vadear la rambla, normalmente seca, pero que este año parece un verdadero río. A descalzarse tocan. De este pueblo a Calatayud, la cosa ha sido más llevadera.



Solo reseñar dos pequeños percances, la rotura de un radio en la rueda trasera que hemos solventado sin más problemas en Calatayud, y la rotura también del guardabarros delantero. Seguiremos él.