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miércoles, 13 de diciembre de 2017

Paseo por el Valle de Ricote: Sendero de la Hoya de San roque


Hoy comenzaremos nuestro paseo en Blanca, en el Valle de Ricote junto al Segura; la que se llamó Negra hasta bien entrado el siglo XIV, quizá por el color del la sierra de del Solán sobre la que se recuesta el caserío en constante amenaza por los derrumbes que una serie de mallas intentan detener. No sabemos a ciencia cierta el motivo por el que cambio el nombre pero así aparece ya en un documento del Concejo de Murcia en 1383. Quizá en el cambio tubo algo que ver doña Blanca de Castilla y su abandono por Pedro I y la defensa que de ella hicieron don Fadrique, maestre de la Orden de Santiago y Sancho Sánchez de Moscoso, comendador de Ricote. 


Dejamos el coche junto al Segura y montamos las bicis. Comenzamos a pedalear por la margen izquierda del río, que obligado por la sierra, forma un gran arco constriñendo la villa. Continuamos por el Parque de las Cuevas y por el barrio del Café llegaremos al mirador de Bayna, Baina o Beina que de cualquiera de las maneras podemos llamarle. Se trata de una pasarela de hormigón y metal en el que una serie de de vigas tubulares y tirantes semejan una estructura colgante en voladizo sobre el azud de Ojos. Las vistas del el embalse, el estrecho del Solvente y las sierras de Ricote, Oro y Solán bien merecen la visita.


Encaminarse hacia las aguas del azud no es tarea fácil, una serie de huertas y fincas valladas impiden el paso, entre ellas la Casa de la Molineta (color azul) y la de la Favorita (color granate). La presa se construyo con la finalidad de aumentar el volumen de agua para regadío y derivar la del trasvase Tajo-Segura por dos canales, el derecho hacia Lorca y tierras de Almería y el izquierdo hacia las de Alicante. Ante las dificultades optamos por seguir un camino que forma parte del sendero de la hoya de San Roque y que nos llevará a través de la umbría del Alto del Solvente y sierra de la Navela hasta la ermita. Al principio tendremos que superar fuertes rampas que llegan a alcanzar el 12 por ciento, pero poco después suavizan y se mantienen entre el 5 y el 6 por ciento hasta llegar al mirador de la Naveta. Volvemos a disfrutar aquí de unas magnificas vistas de esta parte del valle y de las sierras aledañas. Comenzamos a descender hacia la ermita de San Roque, pequeño edificio que data de la primera mitad del siglo XVIII y sede del patrón de la ciudad. Su romería se celebra el viernes siguiente a Viernes Santo.


Bajamos ahora hacia la carretera (MU-553) para pasar junto a la subestación eléctrica y subir por un pino sendero algo deteriorado hasta una pista en perfecto estado que recorre la solana de la sierra del Solán en dirección a Blanca. Ahora escasean los pinos y el esparto se enseñorea del terreno. Seguimos las marcas de PR (pequeño recorrido) a sabiendas que no tendría salida, pero decidimos investigar un poco. Al principio la pista de la derecha nos lleva hasta un deposito de aguas donde finaliza. Una segunda, esta por la izquierda, nos lleva hasta unas mallas colocadas para paliar los efectos de los derrumbes sobre el barrio de Bayna y que impiden el paso. Regresamos hasta la pista principal que baja junto al cementerio dejándonos en Blanca. Decidimos continuar con un pequeño paseo por la población visitando el ayuntamiento, la iglesia parroquial de San Juan Evangelista, edificada en el siglo XVI en cuyo interior se encuentra una talla de Cristo atado a la columna, atribuida a Roque López, discípulo de Salzillo. No encontramos un buen acceso a Peña Negra donde se encuentran los restos del castillo, construido en época musulmana allá por el siglo XI o XII. Y para los posibles interesados, hacia mitad de agosto, se celebran encierros.

Mariano Vicente, diciembre de 2017. 


miércoles, 11 de octubre de 2017

IX Salida Ciclista Ferroviaria



Estamos en la puerta de carruajes de la estación del Carmen, preparados para nuestra IX Ferroviaria y echamos de menos a algunos amigos; a los Maduros por hacer honor a su nombre y porque los “pacos” invitaban esa mañana al aperitivo. Los chavales de Orihuela tampoco pudieron venir y las “chicas bikes” tenían concentración en Cartagena, así que nos reunimos los ferroviarios alicantinos, los murcianos y un buen grupo de amigos para recorrer el itinerario de este año, que consistía en remontar el Segura hasta Ulea y por Villanueva y Ojos a Ricote, pasado lo mas duro regresaríamos por Blanca y Molina para entrar en Murcia por el Malecón. Lo de las 8.45 horas, fue un deseo más que una realidad, eran las 9.00 cuando salimos y en ese momento perdimos tres unidades que no recuperaríamos hasta el regreso y lo más curioso es que nadie se entero, pues los afectados no dijeron nada de la avería que resolvieron por sus propios medios. El resto tuvimos un pinchazo a la altura de Lorquí, que solventamos rápidamente y una rotura de cadena en Ojos que obligo a una parte del grupo a la retirada y alguna señora agradeció al poder recuperar a su marido a hora tan temprana. 



Lo más impactante de la jornada fue la actuación de la benemérita, no dábamos crédito a lo ocurrido. Un vehículo camuflado, al final del puente sobre el Segura, entre Villanueva y Ulea, se cruza bruscamente frente al grupo obligando a realizar alguna maniobra peligrosa. Uno de los agentes, buscando quizá sus 15 minutos de gloria, detiene a uno de los miembros del grupo y le sanciona por invadir el carril izquierdo de la calzada. No sabemos si en realidad invadimos ese carril o no, si solo fue este muchacho, o lo escogió al azar para justificarse, pero le “metió” 200€ de multa. Debió ser de lo más emocionante para él, pues según confeso, era el primer ciclista que sancionaba a lo largo de su vida profesional y ya no era tan joven. 



La “mala leche” que llevábamos nos ayudo a subir con renovados bríos las cuestas de Ricote hasta superar el puerto y reponer fuerzas junto a la pista del repetidor de  televisión. Allí decidimos que entre todos abonaríamos la sanción, que habíamos venido a disfrutar y que las frustraciones personales de este señor no nos iban a arruinar el día. Coincidimos aquí con la 2 Reinos III Vuelta a Murcia en Mountainbike y para dejarles espacio nos lanzamos a tumba abierta hacia la población de Blanca, al otro lado del Segura. Tras atravesarla comenzamos una fuerte subida que nos llevaría hasta la N-301a y al pequeño puerto de la Losilla. Superado; el personal comenzó a probarse, poniendo los más gallitos un ritmo que a algunos nos costaba seguir. Por los “Limoneros” las cosas se calmaron y el pedaleo se hizo más llevadero, pasamos de nuevo Lorquí y de allí a Molina. Ya no tenemos problemas para pasar como esta mañana que la policía local había cortado el acceso a la general para permitir el paso los participantes en la carrera de ultrafondo los 90K Camino de la Cruz, que procediendo del GR-127 que recorre la margen izquierda del Segura desde Murcia accedían a la Vía Verde del Noroeste (GR-250) para continuar su recorrido hasta Caravaca.



Deshacemos lo andado por la mañana y en Javalí Viejo, frente a nuestros amigos de K2, giramos hacia La Ñora para pasar junto a su noria, hoy restaurada y que sustituye a la que se inauguró en 1936 totalmente de hierro, la original es posible que date de 1399 y sería con toda seguridad de madera, cangilones incluidos, aunque estos podrían haber sido de cerámica. Creo que algunos ni la vieron más centrados en la rueda que llevaban delante que en el interesante recorrido. La entrada a Murcia la hicimos por el Malecón, uno de los elementos emblemáticos de la Capital. Su construcción es del siglo XV y recorre todo el sector oeste de la ciudad con una altura alrededor de los tres metros y kilómetro y medio de longitud para evitar la fuerza de las crecidas, el actual es de 1736 y fue reedificado por Francisco de Luján y Arce debido a su deterioro por “las lluvias, vientos y tráfico de caballerías”. Esto nos permite entrar en Murcia con una de las estampas más características y encantadoras de la ciudad con la torre de la Catedral como faro guía. Por el Puente Viejo y entramos en el Barrio del Carmen, terminan así más de 90 kilómetros de compañerismo, amistad y deporte, 4 horas de convivencia que todavía ampliaremos durante la comida. Pero esa es una historia que no quiero contar; es para vivir y compartirla. Hasta el año que viene.

Mariano Vicente, septiembre 2017

miércoles, 11 de marzo de 2015

Pisteando por la Sierra de Ricote



El miedo atávico que producen en esta tierra las heladas hace que los Llanos de Yéchar estén cubiertos de una fina niebla, ciento de balas de paja humean lentamente entre frutales en plena floración. El aire huele a humo, ya antes de llegar al pueblo. Es un olor sutil, que no llega a molestar demasiado, cosquillea en la nariz y nos recuerda tiempos antiguos donde las chimeneas eran el centro del hogar. Nos espera Jesús y sus compañeros del club ciclista La Amolaera para hacer el recorrido con nosotros. Descargamos bicis, tomamos un Belmonte y al camino. A los pocos minutos ya hemos cogido algo de altura; el cielo se aclara y el aire pierde el olor a humo por otro más sutil de hierbas del campo. Aquí nuestro buen amigo Antonio “el maestro”, nos podría ilustrar concienzudamente sobre sus características.



La ruta de hoy la ha sugerido Matías, pretende rodear la sierra de Ricote y hacerse una idea fidedigna de las pistas que la rodean. Casi siempre hemos realizado rutas que subían por uno u otro lado de la sierra, pero casi nunca abarcan su totalidad, hoy la vamos a rodear casi por completo, será un recorrido circular que subirá desde Yéchar; para bajar rodeando la sierra por el sur, hasta la casa forestal de la Calera. Desde aquí subiremos hacia el Repetidor de TVE hasta el collado Linuesa, para continuar hacia el collado del Moro y de nuevo a Yéchar.



Los Llanos de Yéchar quedan semiocultos por “niebla” mientras ascendemos suavemente hacia la pedanía de Patruena; pequeño y aislado caserío entre Los Poyatos y la sierra de la Muela. Pronto alcanzamos la casa forestal de la Solana bajo el Cabezo del Espino. Un esfuerzo más y hemos alcanzado la pista que rodea la sierra por el sur. Baja por la rambla del Carcelín, separándose en dos, una a cada lado del barranco. La de la derecha sigue la ladera de la sierra del Cajal, mientras la nuestra se ciñe a la de Ricote.



¡Jodido crio! No levanta tres palmos del suelo, monta una Giant azul eléctrico de 29” mucho más grande que él. Pero como sube, siempre que lo vi, pocas veces a parte de las fotos, iba pedaleando de pie, me atrevo a pensar que desde el sillín le costaría llegar a los pedales, pero cuando apretaba; en plena subida, derrapaba la rueda trasera. ¡Un fenómeno! Tanto él como su hermano mayor ya ponen en más de un aprieto a su padre. Me vengué durante la reagrupación en el collado Linuesa, poniéndole en un dilema; cambiar de bici o de equipo, porque el azul eléctrico se lleva fatal con los verdes de La Amolaera. Desde ese momento me miraba de reojo con el ceño fruncido.



Tras el reagrupamiento, seguimos juntos hasta el collado del Moro, pero un pequeño grupo teníamos preparada una pequeña maldad, abandonaríamos el grupo para bajar por la vereda del Puerto, una trialera de dificultad media hasta Fuente Caputa.
El camino pino, roto, con carteles de camino cortado. Los cinco sentidos concentrados en la bajada, en sortear las raíces, en librar piedras sueltas situadas medio de la rodada. Escalones que obligan al cuerpo a buscar la posición más retrasada posible. Escorrentías encajadas entre taludes verticales, maleza, la adrenalina al máximo. Me estoy divirtiendo. Dos rocas grises a mi izquierda, una a continuación de otra, no tienen más de un metro de altura, la estrecha senda pasa por su derecha; hay espacio suficiente. Las miro, las vuelvo a mirar, solo unas decimas de segundo, quizá demasiadas. Estoy en el suelo.



Juan viene detrás; se detiene.

¿Qué ha pasado? –Pregunta.

Le dirijo una mirada entre aprensiva y taciturna. No lo sé –respondo-; y es verdad.

Aturdido, recojo la bici, compruebo que no le ha pasado nada, solo se ha roto el soporte de la cámara de fotos. Me duelen los dedos de la mano derecha y las costillas flotantes del mismo lado, también la rodilla, afortunadamente no parece nada grave, creo que estoy un poco mayor para estas cosas.
Continuamos descendiendo, el paisaje se abre y aparecen los llanos del Ardal. Me detengo para hacer una foto y descubro que la máquina de fotos no funciona. Continuo, me estoy quedando atrás. Me cuesta accionar el freno de la mano derecha, tengo los dedos entumecidos. Llegamos a Fuente Caputa y subimos un pequeño tramo de carretera para comenzar el largo descenso por la cañada de Calasparra que nos llevará hasta Yéchar.



Ya en el bar, le enseño la mano a Matías y me comenta algo así como que es una artritis traumática, le miro aprensivo; me mira y se sonríe, me da una pastilla, miro la cerveza que tengo en la mano, se encoje de hombros, me la tomo y pasamos al comedor.
Esta es la parte de la ruta en que más disfruto. Entre amigos, con una buena jarra de cerveza y buenas viandas para acompañarla. En este caso, además, rodeado de hermosas mujeres. ¿Se puede pedir más? Sí, aunque yo no lo hice, se ofrecieron ellas; por sorpresa, con premeditación, a traición me plantaron delante una jugosa tarta de fresas, kiwi y melocotón, de crujiente hojaldre, hecha con sus propias manos, con todo su cariño, coronada con dos velas, 59 marcan, es mi cumpleaños.
Me emocioné y me emociono ahora al escribir estas líneas, los ojos se humedecen, se tornan vidriosos, no me queda más remedio que doblar esta cuartilla si no quiero emborronar las cuatro palabras que he logrado juntar. Gracias, muchas gracias a todos.





e aquí un video de nuestro amigo José María P-F
El video de José María P-F





Mariano Vicente, ocho de marzo de 2015.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Senderos de Ricote




Hace frío, estamos a 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada. El viento helado golpea nuestras mejillas, pero no por ello dejaremos de realizar unas de las rutas más bonitas que podemos recorrer en la serranía de Ricote. Hoy nos proponemos un recorrido al rededor de la Sierra. Lo haremos todo él por sendero, primero subiremos por el de la Madera para descender, por el de la Calera. De los poco más de 28 kilómetros, más de 20 serán de senderos. Recorreremos primero la umbría de la Sierra, después su solana, cosa que nada nos impide hacer al contrario.



Comenzaremos nuestro recorrido en la tasca Las Lomas, donde a la vuelta daremos buena cuenta de un arroz y conejo con serranas, amén de otras viandas. Salimos a la carretera y cruzamos la rambla de Ambros y la vereda de los Cuatro Caminos, seguimos durante 4,5 km. en dirección a Cieza y Mula, hasta enlazar con el Sendero de la Madera que sale por nuestra izquierda en fuerte rampa.

Subimos nuestro primer kilómetro y al llegar a la casa forestal de Cuesta Alta, seguimos rectos, despreciando el sendero que sale a nuestra derecha y que nos llevaría hacia la Bermeja. Casi seis kilómetros después accedemos a la pista que proveniente de Ricote permite subir al repetidor de los Almeces.



Seguimos subiendo por la pista hasta el collado Linuesa. Aquí, seguimos el sendero de la Madera que baja junto a un pequeño aljibe, camino pedregoso en algunos tramos, pero nos proporcionara un precioso recorrido en dirección a la Bermeja. En la primera bifurcación tomamos a la izquierda, que en suave subida, nos lleva a través de la vereda del Puerto del Caballo al collado del Moro, bajo el Cabezo de los Machos.



Nada más salir, retrocedemos unos metros por la pista, para tomar un sendero que sale por nuestra derecha con una fuerte rampa, es el sendero de la casa forestal de la Calera. Nos esforzaremos en superar unas cuantas revueltas en dirección al Cabezo de los Machos hasta que se estabiliza ya en la solana. Está marcado como PR y GR y sigue la ladera sur de los Almeces. Desciende de manera casi imperceptible hasta el collado de Mezquita; para comenzar un vertiginoso descenso, en algunos tramos, bastante pedregoso.



Durante todo este tramo disfrutaremos de un magnifico paisaje entre pinos y matorral mediterráneo, con vistas de una buena parte de la Región; en especial de la sierra de la Pila, el Valle de Ricote y los llanos de Archena; la cercana sierra del Cajal o la más lejana de sierra Espuña.  



Continuamos disfrutando de este sendero hasta la Casa forestal-Albergue de la Calera y salimos a la carretera que tomaremos en dirección a Cieza y Mula, para regresar a nuestro punto de partida; la tasca Las Lomas, donde disfrutaremos, al calor de lumbre, de un merecido descanso.



Recorrido con cierta dificultad, tanto física como técnica, pero relativamente corto en kilometraje, que nos permitirá disfrutar de este entorno tan maravilloso que representa la Serranía de Ricote.   

Algunos datos...
28 Km. Dificultad: Media Fotos Track

Mariano Vicente, 8 de diciembre de 2012.

jueves, 23 de febrero de 2012

Pedaleando por los Llanos del Cagitán y el Almorchón



Como en otras ocasiones nos encontramos en el caserío de las Ventanas, en la parte de los llanos del Cagitán que conforman parte del campo de Ricote. El día es soleado, lo que ayuda en esta fría mañana de invierno. Agradecido clima que disfrutamos los murcianos y que no valoramos suficientemente.


Comenzamos a pedalear al límite Este de los Llanos del Cagítan, al Sur de la Sierra del Oro; nos dirigimos hacia el Almorchón, que se recorta altivo, hacia el Norte, contra el azul del cielo. Pistas asfaltadas sin desniveles notables al principio y de tierra después, pero siempre en buen estado. Los embalses del Cárcabo y Alfonso XIII, junto a los mencionados Llanos del Cagitán y la sierra del Molino, forman una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Al Sur la sierra de Ricote.



Cruzamos la carretera de Cieza a Mula y la Vereda de los Charcos, para pedalear entre campos de almendros ya en flor, bajo el zumbido de las abejas. Los pinos salpican el paisage, en especial por nuestro flanco derecho, que marca el borde mismo de los Llanos del Cagitán.


Poco a poco espesa el pinar y el Almorchón aumenta de tamaño. Hoy hemos decidido no pasar por la fuente del Obispo y nos dejamos caer un poco más abajo, por la pista que recorre una vereda de extraño nombre; de la Manga del Freile. Continuamos hasta la carretera, que podemos seguir hasta cerca de la presa del Cárcabo.



Seguimos la carretera poco menos de un kilómetro para tomar una pista a la derecha que se dirige a la fuente del Obispo, pero que pronto abandonamos para dirigirnos hacia el paso entre el fotogénico Peñón de Antonio y la mole del Almorchón, que rodearemos por el Sur, por el camino de la Fuente de la Murta.


Junto a un pozo recuperamos nuestros pasos y comenzamos el regreso, ha sido una bonita y soleada mañana que nos ha permitido recorrer parte del Campo del Cagitán, hemos disfrutado de unas magnificas vistas de la vega del Segura entre Calasparra y Cieza, del embalse del Cárcabo y de los almendros en flor. Eso sí, apenas no hemos cansado, ha sido un pedalear tranquilo, casi turístico que nos va a servir de pretexto para tomarnos unas cuantas cervezas en el bar de Pio.




Como coartada para la próxima salida por estos lugares, propongo continuar el recorrido por las colas del Cárcabo y el camino del Madroñal, para recorrer parte de la cara norte de la Sierra del Oro y regresar a las Ventanas, pero eso ya será otro día y otra historia.

Fotos
track

Mariano Vicente, febrero de 2012.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Sierra de Ricote: Subida al alto de los Almeces (1.122 m.) por la rambla y barranco del Pozo.




Hace frío. Bajar del coche y tiritar ha sido algo automático. Preparamos las bicicletas y entramos a tomar un “Belmonte” al bar Carmen, lugar elegido para comenzar esta ruta de subida a los Almeces, esto nos permitirá calentar un poco antes de comenzar la dura subida.



Emprendemos el pedaleo por la carretera en dirección a Ricote, que abandonaremos por la pista que da acceso al repetidor de televisión de los Almeces (7.2 Km.). Quinientos metros más adelante, nos sale un camino a nuestra izquierda, pista dura, con porcentajes sostenidos del diecisiete por ciento (17%) en más de dos tercios de su recorrido y, solo afloja un poco en su último tercio, habrán sido siete kilómetros de dura subida que en su parte final nos deparan unas magnificas vista del Valle de Ricote.



Desembocamos en una pista asfaltada, que tomaremos hacia nuestra izquierda. Continuamos con las fuertes subidas hasta llegara a las antenas de los repetidores de televisión en el alto de los Almeces, nos encontramos a 1.122 metros de altura y llevamos 16 kilómetros de subida, nos merecemos un descanso y reponernos con el estupendo paisaje de nuestro alrededor.



Comenzamos la bajada por esta pista asfaltada en la que se pueden alcanzar altas velocidades, está abierta al tráfico, por lo que debemos extremar la precaución. Al alcanzar el collado de Linuesa, junto a un pequeño aljibe, sale un bonito camino algo pedregoso que desciende hacia la Bermeja. En la primera bifurcación, tomamos la de la izquierda, que en suave subida, nos lleva a través de la vereda del Puerto del Caballo al collado del Moro, bajo el Cabezo de los Machos.



Regresamos por la pista hasta el collado de Linuesa y tras rodear el Risco del Gato (Km. 25,750) tomamos un bonito camino en bajada hacia nuestra izquierda, es el sendero de la madera, construido para la repoblación forestal de la sierra, recorre gran parte de la ladera norte de la Sierra de Ricote entre barrancos. Sendero sin excesiva dificultad, salvo el respeto que nos producen los verticales cortados, que nos llevara por Piedra Negra hasta la casa forestal de Cuesta Alta. Desde aquí, solo nos quedan unos pocos cientos de metros hasta la carretera, y por nuestra izquierda hasta el bar Carmen, donde tenemos los coches y procederemos a la correspondiente rehidratación. 



Habrán sido alrededor de 33 kilómetros, algunos de duras subidas, otros de bonitos senderos y espectaculares paisajes, pero lo mejor como siempre, la compañía y poder disfrutar de lo que nos gusta.




Mariano Vicente, diciembre de 2011.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Por el Campo y Sierra de Ricote



Vamos a comenzar nuestra andadura en el bar-restaurante Pio, sito en el lugar de Las Ventanas, en pleno corazón del Valle de Ricote. Ruta en la que combinaremos, algo de carretera, pistas y preciosos senderos.

Nos dirigimos en dirección a la ermita de San Sebastián por el cortijo de los Castellanos y la Casa del Marqués, antiguas casas de labranza todavía en uso. Una vez en la ermita, hacia el caserío de la Bermeja. Hasta aquí todo es asfalto.


Tomamos la pista que sube al collado Bayona para abandonarla cuando llevamos recorridos unos 7 kilómetros desde el punto de partida. Cogemos aquí, por nuestra izquierda, un bonito camino que durante cuatro kilómetros de subida, nos llevara por la umbría de la Sierra hasta las cercanías del collado del Moro.  
Comenzamos un vertiginoso descenso por una pista que recorre parte de la solana de la Sierra de Ricote. Pasado el Cabezo del Espino (monte aislado a nuestra derecha)  y unos doscientos metros antes de llegar al cruce de la casa forestal de la Solana (km 14,450), tomaremos un precioso sendero en subida por nuestra izquierda. Sendero que tras numerosas revueltas a los pies de los Almeces, y rodeando por el sur el Cabezo de los Machos, nos llevará otra vez al collado del Moro.


Desde el collado, tomaremos la pista forestal del Puerto del Caballo hasta el collado Bayona, para girar a nuestra derecha por la ancha pista que nos llevara, de nuevo, a la Bermeja y, desde aquí a nuestro destino; Las Ventanas y el bar Pio. 

Habrán sido alrededor de 33 kilómetros de pedaleo por este singular valle. Nos espera un suculento arroz y conejo, pero eso es ya otra historia.

Mariano Vicente, 3 de diciembre de 2011.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Sierra de Ricote

Sierra de Ricote, sábado 11 de diciembre 2010



Hoy hemos disfrutado de una bonita mañana de ciclismo por la sierra de de Ricote. El jueves, mientras almorzábamos en el restaurante La Vereda de Torreaguera, tras unas horas de pedaleo, decidimos hacer el sábado una salida por Ricote. Dicho y hecho. Llamamos a nuestra amiga del restaurante Mari Paz y le encargamos un arroz con serranas.

La mañana es templada y las capas de niebla diluyen en paisaje hasta convertirlo en algo casi irreal. Avanza el día y la niebla se disipa en jirones por las cumbres; aguantando, a duras penas, en el fondo de los valles.

Bajamos de los coches y preparamos las bicicletas. Copito luce preciosa con sus nuevas ruedas, le dan un aire más esbelto y liviano. Decidimos comenzar la jornada con un buen belmonte algo cargadito que nos entonara para nuestro primer compromiso; una fuerte subida nada más empezar a pedalear que nos lleva hasta la casa forestal de Cuesta Alta.


Este tramo nos hace esforzarnos para superarlo, así en frío, si no me tomo el café no subo. Poco a poco nos vamos entonando y cogiendo ritmo de pedaleo. En las umbrías, las carrascas gotean sobre nosotros el rocío de la mañana, el terreno está húmedo pero sin barro. El sendero; llamado de la Madera, porque se utilizo para la repoblación forestal de la sierra, se abre paso entre quebradas y barrancos y el sol, esplendoroso, ilumina la mañana. Somos afortunados al poder disfrutar de esta temperatura; más de diez grados en plena sierra y en diciembre, y de esta tierra nuestra, tan diversa y llena de contrastes en muy pocos kilómetros.


El sendero bordea la sierra por el Norte cogiendo altura sobre los campos de la Bermeja. Continuamos con nuestro ascenso en zip-zas rodeando el cabezo de los Machos hasta llegar al collado del Moro. Nos encontramos con un grupo de ciclistas que había subido desde Yechar, charlamos un rato y ellos continuaron hacia el sendero de la Madera y nosotros nos introducimos por el viejo camino que lleva a la casa forestal de la Calera, para regresar al poco tiempo sobre nuestros pasos. De seguir, se no haría algo tarde para el arroz y preferimos que no se pase.

Continuamos hasta el collado Linuesa y subimos a la garita de Vigilancia, punto más alto de nuestro recorrido con 944 m. (949 m. marca el gps), nos hacemos las fotos de rigor y nuestro amigo David nos ilustra con una lección de geografía situando los picos de la Región que son visibles desde aquí.



Comenzamos el regreso rodeando los Riscos del Gato, nos encontramos de nuevo con nuestros amigos, los que habían comenzado en Yechar, que buscaban la pista de bajada que una tala forestal les ocultaba. Precisamente nosotros veníamos por ella para cruzar la rambla de Ambrós y subir hacia Piedra Negra. Charlamos un rato y cada cual continúo su camino. Retomamos de nuevo el sendero de la Madera y por la casa forestal de Cuesta Alta regresamos al punto de salida.



Somos siete, tres con algo de prisa que “solo” tomaran un bocata de lomo. Los otros cuatro; con sosiego y buen hacer, dimos cuenta de un buen plato de embutido mientras salía el arroz. Estaba bueno con sus serranas, pero queríamos más y nos trajeron una fuente de chuletas de cordero a la brasa. De postre; pan de Calatrava y tocino de cielo. Lo bueno de no tener que conducir, esta vez le ha tocado a José Luis, es que puedes tomar todo el orujo que quieras para desengrasar.











Murcia, sábado 11 de diciembre de 2010.

Enlace a Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1353226


Punto de salida restaurante Mari Paz: 448 m.
Altura máxima garita de vigilancia: 949 m.
Acumulado subiendo: 1002 m.
Acumulado Bajando: 869 m.