miércoles, 11 de octubre de 2017

IX Salida Ciclista Ferroviaria



Estamos en la puerta de carruajes de la estación del Carmen, preparados para nuestra IX Ferroviaria y echamos de menos a algunos amigos; a los Maduros por hacer honor a su nombre y porque los “pacos” invitaban esa mañana al aperitivo. Los chavales de Orihuela tampoco pudieron venir y las “chicas bikes” tenían concentración en Cartagena, así que nos reunimos los ferroviarios alicantinos, los murcianos y un buen grupo de amigos para recorrer el itinerario de este año, que consistía en remontar el Segura hasta Ulea y por Villanueva y Ojos a Ricote, pasado lo mas duro regresaríamos por Blanca y Molina para entrar en Murcia por el Malecón. Lo de las 8.45 horas, fue un deseo más que una realidad, eran las 9.00 cuando salimos y en ese momento perdimos tres unidades que no recuperaríamos hasta el regreso y lo más curioso es que nadie se entero, pues los afectados no dijeron nada de la avería que resolvieron por sus propios medios. El resto tuvimos un pinchazo a la altura de Lorquí, que solventamos rápidamente y una rotura de cadena en Ojos que obligo a una parte del grupo a la retirada y alguna señora agradeció al poder recuperar a su marido a hora tan temprana. 



Lo más impactante de la jornada fue la actuación de la benemérita, no dábamos crédito a lo ocurrido. Un vehículo camuflado, al final del puente sobre el Segura, entre Villanueva y Ulea, se cruza bruscamente frente al grupo obligando a realizar alguna maniobra peligrosa. Uno de los agentes, buscando quizá sus 15 minutos de gloria, detiene a uno de los miembros del grupo y le sanciona por invadir el carril izquierdo de la calzada. No sabemos si en realidad invadimos ese carril o no, si solo fue este muchacho, o lo escogió al azar para justificarse, pero le “metió” 200€ de multa. Debió ser de lo más emocionante para él, pues según confeso, era el primer ciclista que sancionaba a lo largo de su vida profesional y ya no era tan joven. 



La “mala leche” que llevábamos nos ayudo a subir con renovados bríos las cuestas de Ricote hasta superar el puerto y reponer fuerzas junto a la pista del repetidor de  televisión. Allí decidimos que entre todos abonaríamos la sanción, que habíamos venido a disfrutar y que las frustraciones personales de este señor no nos iban a arruinar el día. Coincidimos aquí con la 2 Reinos III Vuelta a Murcia en Mountainbike y para dejarles espacio nos lanzamos a tumba abierta hacia la población de Blanca, al otro lado del Segura. Tras atravesarla comenzamos una fuerte subida que nos llevaría hasta la N-301a y al pequeño puerto de la Losilla. Superado; el personal comenzó a probarse, poniendo los más gallitos un ritmo que a algunos nos costaba seguir. Por los “Limoneros” las cosas se calmaron y el pedaleo se hizo más llevadero, pasamos de nuevo Lorquí y de allí a Molina. Ya no tenemos problemas para pasar como esta mañana que la policía local había cortado el acceso a la general para permitir el paso los participantes en la carrera de ultrafondo los 90K Camino de la Cruz, que procediendo del GR-127 que recorre la margen izquierda del Segura desde Murcia accedían a la Vía Verde del Noroeste (GR-250) para continuar su recorrido hasta Caravaca.



Deshacemos lo andado por la mañana y en Javalí Viejo, frente a nuestros amigos de K2, giramos hacia La Ñora para pasar junto a su noria, hoy restaurada y que sustituye a la que se inauguró en 1936 totalmente de hierro, la original es posible que date de 1399 y sería con toda seguridad de madera, cangilones incluidos, aunque estos podrían haber sido de cerámica. Creo que algunos ni la vieron más centrados en la rueda que llevaban delante que en el interesante recorrido. La entrada a Murcia la hicimos por el Malecón, uno de los elementos emblemáticos de la Capital. Su construcción es del siglo XV y recorre todo el sector oeste de la ciudad con una altura alrededor de los tres metros y kilómetro y medio de longitud para evitar la fuerza de las crecidas, el actual es de 1736 y fue reedificado por Francisco de Luján y Arce debido a su deterioro por “las lluvias, vientos y tráfico de caballerías”. Esto nos permite entrar en Murcia con una de las estampas más características y encantadoras de la ciudad con la torre de la Catedral como faro guía. Por el Puente Viejo y entramos en el Barrio del Carmen, terminan así más de 90 kilómetros de compañerismo, amistad y deporte, 4 horas de convivencia que todavía ampliaremos durante la comida. Pero esa es una historia que no quiero contar; es para vivir y compartirla. Hasta el año que viene.

Mariano Vicente, septiembre 2017

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