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domingo, 28 de mayo de 2023

Camino Espiritual del Sur en Bicicleta

 

 

El hombre propone y Dios dispone. Año y medio de sequía, tres meses preparando el viaje temiendo sobre todo el calor de finales de mayo, y nos cae la Dana encima. ¡Llueve en el sureste español y el altiplano granadino con una contundencia y perseverancia desconocida en años! Salimos en autobús de Murcia el 22 de mayo a las 10.15 de la mañana en dirección a Guadix y al poco tiempo ya estaba lloviendo y con muchas ganas. Llamamos a nuestro amigo Miguel del hostal Casa-Grande de Baza, gran conocedor de la región y excelente ciclista. “…Mariano, ni se te ocurra, eso es un completo barrizal…”, y ese barrizal no es ni más ni menos que la primera etapa del Camino Espiritual del Sur que discurre por el desierto de Gorafe.

 

Después de muchas dudas decidimos bajarnos del autobús en Baza y planificar con Miguel la situación. Llueve y en los apenas dos kilómetros que nos separan del hostal, terminamos empapados. Aposentados, secos y cambiados, nos reunimos con Miguel para cambiar impresiones. Una de las primeras fue descartar el recorrido en bicicleta, ni siquiera con un vehículo todoterreno se podría hacer, el barro no nos dejaría. Visto lo visto, decidimos que lo mejor sería alquilar un coche y visitar con seguridad, no olvidemos que tenemos encima una potente Dana que ha provocado ya inundaciones en varios puntos de la región, los lugares más interesantes y accesibles por carretera del recorrido de la primera etapa entre Guadix y Baza.



Recorremos Baza bajo la lluvia, nos hemos comprado unos paraguas, y nos acercamos a la Iglesia Mayor de Nuestra Señora Santa María de la Encarnación, concatedral de la diócesis de Guadix-Baza. Se construyó como la de Santiago sobre la mezquita aljama. Pero la desgracia se cebó sobre ella en forma de terremoto que en 1531 asoló la ciudad, derribándola en su mayor parte. Comenzó su reconstrucción ya en estilo renacentista. La torre campanario es de cuatro cuerpos cuadrados, los dos últimos de ladrillo y reconstruidos tras el terremoto. Cenamos en un local típico y nos vamos a la cama. La incertidumbre nos proporciona una noche inquieta.




Guadix es un pueblo con el título de ciudad que pasó del oppidum íbero a ser una de las colonias romanas más importantes de la Tarraconense. Una de las primeras ciudades de la Península que se convirtieron al cristianismo y una de las primeras sedes episcopales. Pueblo “difícil” para el viajero que desde el entorno de la catedral tiene a su alcance desde ruinas ibéricas y romanas a palacios nobiliarios y sinagogas, todo al alcance de la mano, pero al mismo tiempo disperso, escondido y superpuesto. Nos recibe como no podía ser de otra manera, lloviendo, pero con una gran exposición en la catedral; The Mystery Man. Una oportunidad para conocer qué hay detrás de la Sábana Santa de Turín y el supuesto cuerpo que envolvió, quizá el del propio Jesucristo. Recorremos las seis salas que conforman la muestra que culmina con una representación hiperrealista, sin atisbo artístico alguno, del cuerpo que se supone albergó la Sábana Santa.



 
Salimos de Guadix por la A-92 en dirección a Gorafe. Llueve. Queremos visitar el Centro de Interpretación del Megalitismo. Llegamos al medio día y nos dicen que tenemos un único pase a las cinco de la tarde, como es pronto, incluso para comer, subimos por un camino cementado de fuerte pendiente hacia el Puntal de Don Diego, con el riesgo de que la lluvia no nos dejara ver mucho, pero estaba equivocado, el paisaje era extraordinario. A pesar de la vehemencia de la lluvia y la pasión que ponía el viento por arrancarnos el paraguas de las manos, aquello era memorable. Estamos en plena depresión de Baza-Guadix, amplia meseta parda y blanca sumergida hasta hace cuatrocientos cincuenta mil años, que no es más que los fangos de un antiguo mar que quedó atrapado entre montañas. Con el tiempo logró abrirse al oeste, al valle del Guadalquivir, hacia donde comenzaron a fluir las aguas erosionando el fondo con cañones, barrancos y cárcavas que desecaron el entorno convirtiéndolo en el paisaje semidesértico de hoy. Pero no solo hay torrenteras y ramblas, también está plagado de dólmenes y enterramientos megalíticos. De hecho, es posible que de aquí provenga el hombre más antiguo de Europa, el Hombre de Orce. No es más que un trozo del cráneo perteneciente a un homínido, pero he aquí lo importante, con una antigüedad de entre 1.300 y 1.600 millones de años. Esto supone el adelanto de la presencia humana en Europa en un millón de años.




Este paisaje de áspera belleza, hoy es un paraíso desabrido de viento y lluvia que nos obliga a replegarnos hacia el mesón Ilusión, un buen avituallamiento no nos vendrá mal. Asistimos al pase del CIM, pero no lo voy a contar, mejor lo visitáis vosotros, merece la pena. Cae la tarde y decidimos volver a Baza, cenamos muy bien en un italiano, la Góndola creo que se llama, y regresamos al hostal. Miguel nos había preparado un track para el día siguiente que nos librara del barro. Todo asfalto hasta Benamaurel, luego seguiríamos nuestro recorrido hacia Huéscar como teníamos previsto que también era casi todo por carreterillas de poco tráfico.




Preparamos las bicis, no sin un cierto desasosiego, no dejamos de preguntarnos si nos respetará el tiempo o como encontraremos los caminos y eso que nos hemos propuesto hacerlo todo por asfalto. Sobre las nueve nos despedimos de Miguel que asegura que todo irá bien y nos ponemos en marcha. Buscamos la vía verde en dirección a Baúl, que abandonamos al llegar a la carretera de Zújar, pues si seguimos adelante hay un trozo en el que se pierde la vía verde y puede haber barro. Está carretera tiene abundante tráfico hasta que superamos la A-92 y disminuye considerablemente. El cerro Jabalcón se hace omnipresente en el paisaje.




Zújar aparece como por ensalmo. Situado a los pies del Jabalcón, es un poco como el resto de pueblos de la zona; un buen número de casas cueva de fachadas encaladas y otras tantas convencionales de ladrillo. Una pequeña plaza y la iglesia. Salimos junto al arroyo del Carrizal en busca del embalse del Negratín. La carreterilla rodea el siempre presente Jabalcón entre este y el pantano que se ve algo mermado por la sequía. Pasamos dos elevaciones; la primera sacia la sed del Almanzora, la segunda alimenta el canal del Jabalcón que riega la vega de Baza. Le siguen unos baños, de Zújar se llaman, a pesar de estar el pueblo al otro lado del cerro. Un pantalán, supuestamente flotante, se encuentra en dique seco por el bajo nivel del pantano, los deportes acuáticos tendrán que esperar. Se estabiliza el perfil, hasta ahora preñado de pequeñas subidas y bajadas, al llegar al camino de servicio del canal del Jabalcón. No se cuantas veces he mencionado ya el Cerro Jabalcón, casi da miedo, mires para dónde mires ahí está él, incluso cuando crees haberlo dejado atrás, ahí sigue, omnipresente. No dejaremos de verlo hasta la zona de Castillejar.




Abandonamos el canal en dirección a Cuevas del Negro en la parte este del pantano. El río Guardal nos sorprende con un vado, menos mal que a un lado -no se ve- hay un pequeño puente metálico, con pinta de provisional, que evita que nos mojemos. Benamaurel aparece sobre un cerro y nos obliga a esforzarnos para alcanzar su enorme plaza mayor. La iglesia cerrada, como casi todas, pero nos introducimos en el edificio de enfrente, el ayuntamiento, en el que acceden a sellarnos la credencial. Por cierto, ninguna de las tres funcionarias ha oído hablar del Camino Espiritual del Sur. Salimos de Benamaurel siguiendo la vega del Guardal por su margen izquierdo y a poco más de dos kilómetros y medio nos sorprende con otro vado y como el anterior tiene a su lado un pequeño puente de cemento, solo apto para peatones. El paisaje, de campos de labor, se vuelve más “bestial”, no por el paisaje en sí, sino por los animales que aparecen. De dos a tres docenas de buitre leonado y una pareja de águilas pueblan el cielo. Algún zorro se esconde raudo tras la maleza.




El camino nos saca a la carretera a la altura de El Salto y el trayecto hasta Castillejar se nos hace un poco monótono, a pesar de que las vistas de la vega son agradecidas. Los distintos poblados por los que pasamos siguen las características de toda la comarca, casas cuevas perfectamente conservadas y otras muchas totalmente abandonadas. Volvemos a cruzar el Guardal, esta vez por un puente, antes de entrar en Castillejar que antiguamente se llamaba de los Ríos porque en él confluían Guardal y Galera con algún que otro riachuelo. Terminamos junto a la iglesia en un bar cuya dueña es de Albatera, pero nos confesó, quizá para empatizar con nosotros, que se sentía más murciana que granadina o alicantina. Comimos, como siempre, demasiado y nos enfrentamos al camino ahítos y temerosos bajo nuestros impermeables, con el cielo cada vez más negro, casi tanto como mis pensamientos, no me gusta la lluvia.




Un pastor sestea junto a sus ovejas, al parecer sin miedo a mojarse. Enfrente, al otro lado del río, en la ladera blanca de un cerro, Castellón Alto, poblado agárico del final de la Edad del Bronce, eso son unos 3500 años a.C., en el que pudieron vivir unas cien personas, que no está nada mal para la época. Galera se deja ver también al otro lado, con sus casas cuevas encaladas y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Nos hacemos unas fotos de prisa y corriendo en su puente de hierro y continuamos a uña de caballo, junto a la necrópolis de Tútugi, bajo nubes de gruesos y negros vientres amenazantes. Poco después el camino pierde el asfalto y ya seguirá así hasta Huéscar. Huimos hacia el hotel sin dilación. Descansamos y al atardecer, ya si tanta amenaza de lluvia, salimos a pasear por Huéscar. En el ambiente se notan ganas de jolgorio, alegría y devoción, prolegómenos de las fiestas en honor de las Santas Alodía y Nunilón. Regresaran a su ermita, a los pies de la Sagra, en cincuenta días, nosotros lo haremos mañana. Ellas no llegarán, serán arrebatadas de las manos oscenses por las ansiosas manos poblatas que las custodiarán hasta San Juan.



 
La carreterilla, intima y solitaria, sigue al rio Huéscar enmarcada de cipreses. El paisaje es delicioso, sobre todo cuando el Huéscar pasa a llamarse Bravatas, un placido paseo bajo el murmullo de la corriente. El estrecho valle se ensancha dando lugar a algunas áreas de recreo entre un hermoso pinar. Para subir a la ermita habrá que esforzarse algo más de un kilómetro. Ermita sencilla, de un blanco inmaculado. Descendemos hasta dejar la Sagra a nuestra espalda. Sobre un pino negral sestean una docena de buitres leonados. La Puebla aparece tras una curva, nos acercamos a la iglesia de Santa María de la Quinta Angustia, ¡está abierta y nos sellan la credencial! Nos vamos a comer, demasiado como siempre.




Otra vez a correr. Sobre la Puebla, se ha posado majestuosa y altiva una enorme nube de opulento vientre y negras intenciones. Empiezan a caer goterones como puños, nos vamos a mojar. Pero tenemos suerte, la tormenta ruge a nuestra espalda, los relámpagos iluminan con viveza el horizonte, pero no llueve. La dejamos atrás. Nos lo prometemos felices y continuamos por carretera para evitar el barro e ir más deprisa. Cañada de la Cruz está cerca, pero sobre Revolcadores se está formando otra tormenta y muy rápido, tan negra o más que la de nuestra espalda. Por desgracia no nos queda más remedio que girar hacia ella. Nos deslumbran los relámpagos y el horizonte brilla durante unos segundos, los truenos, que al principio eran graves y profundos, se vuelven explosivos. De pronto el horizonte desaparece y toneladas de agua se desploman sobre nosotros. El viento fustiga el rostro y me siento profundamente miserable. No queda más remedio que aguantar, ya falta poco. El Molino de Revolcadores no deja indiferente; jacuzzi en la propia habitación, cama de dos metros, estufa de hierro y pequeña cocina totalmente equipada. Lastima no tener treinta años menos para venir con otra compañía. Secos y cambiados, nos vamos al bar del pueblo para hacer lo que mejor se nos da; comer.



 
Ha estado lloviendo más o menos durante toda la noche y nos disponemos a continuar el camino. La niebla se deja jirones enredados en las encinas mientras nos dirigimos al Hornico, dejaremos el camino previsto para continuar hasta la carretera de Caravaca, esto nos soluciona dos problemas, uno el barro, otro el desayuno. ¡Que bueno el bizcocho de El Moral! Algo de tráfico, pero el pedalear es fácil, por nuestra izquierda nos acompaña la sierra de Mojante y por la derecha La Serrata. Superado el puertecillo de Mojantes tomamos un camino asfaltado que nos lleva a Archivel. No nos detenemos en el pueblo, ni nos acercamos al Chita, continuamos por el camino viejo de Caravaca que sigue el río Argos hasta la misma basílica de la Vera Cruz.



 
Hemos llegado. El Camino Espiritual del Sur nos invita a vivir unos días de recogimiento y espiritualidad desde la antigua sede episcopal de Guadix a la basílica de la Vera Cruz en Caravaca, recorre los esteparios altiplanos granadinos en dirección a Baza, sigue los ríos Guardal, Galera, Huéscar y Brabatas, hasta entrar en el noroeste murciano y será el Argos el que nos lleve a nuestro destino. Como peregrinos, podemos disfrutar del camino cada cual, con su propia motivación, pero puedo asegurar que será siempre una experiencia muy personal. Y como habéis podido comprobar, esta pequeña crónica no es un relato, tan de moda hoy, de recorridos extenuantes al límite de la capacidad física y mental del ser humano, o de esos otros en los que se está en perfecta simbiosis con la naturaleza, en los que se pedalea sin rumbo, por el mero placer de pedalear y creo que está en las antípodas de cualquier cosa que tenga que ver con lo deportivo. También habéis podido comprobar que no tengo ninguna seducción por el sufrimiento o la heroicidad, sino más bien, una declarada afición por las tapas, la cerveza y el buen yantar. Indulgencias aparte, estimo que ha sido un viaje para ver, sentir y disfrutar.




Mariano Vicente, finales de mayo de 2023.


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sábado, 3 de febrero de 2018

FFCC del Almanzora: Almandricos-Baza



Al tren del Valle del Almanzora se le paró el reloj el 1 de enero de 1985, ese aciago día dejo de funcionar el veterano ferrocarril que articulaba toda la comarca del Almanzora y conectaba el Levante español con Andalucía Oriental. Comenzó a funcionar por tramos, tras concesiones varias y muchas vicisitudes. El primero fue entre Huércal-Overa y Almendricos, que quedó terminado el 10 de abril de 1891. El siguiente fue entre Huércal y Zurgena, inaugurado el 30 de junio de 1892 y en 1893, concretamente el 10 de noviembre, se termino el tramo entre Zurgena y Almanzora (Albox). Hasta Purchena se inaguraría el 11 de junio de 1894. En el 95 serían los tramos de Purchena a Serón, el 17 de septiembre y el 16 de diciembre de Serón a Baza. Fueron construidos por la compañía inglesa que administraba la línea de Lorca a Águilas y que terminaría abarcando hasta Baza: The Great Southern of Spain Railway. En 1907 se termina el tramo Guadix-Baza con lo que quedó completada esta infraestructura comunicando Almendricos con Granada a través del Valle del Almanzora, este último tramo construido por The Granada Railway y explotado por la Compañía del Sur de España.



La vía estaba constituida por carril de 30 kg/m y 8,80 metros de longitud asentados directamente sobre traviesas de madera sujetos con tirafondos y descansando sobre balasto. Los carriles tenían la inscripción: G.S. of S.R. y THENES Ld. 1887. Se construyeron un total de 54 tramos metálicos para salvar las ramblas y escorrentías del recorrido. La velocidad no era muy alta para lo que se usa hoy en dia y estaba autorizada hasta unos, para aquél entonces impresionantes, 40 km/h. El sistema de bloqueo era telefónico y todas las estaciones de la línea Lorca a Baza estuvieron dotadas de sistemas de señalización mecánica, compuesto por señal de disco rojo (parada diferida) y poste de punto protegido (con la señal cerrada obligaba al maquinista a detener el tren sin superarlo), todo ello como señal de entrada, careciendo de señal de salida. En las comunicaciones imperaba el sistema telefónico, al principio en morse y luego de auricular con llamada magnética (Se hacía girar una manivela en el teléfono que inducía la llamada en las colaterales y resto de la línea. Como curiosidad decir que en este tipo de llamada sonaban todos los teléfonos de la línea, por lo que los ferroviarios establecieron un sistema de llamada que consistía en girar la manivela imitando el sistema morse con la inicial de la estación a la que llamaban evitando así que respondieran las demás) [1]



Quizá es deformación profesional pero siempre me han atraído los antiguos trazados ferroviarios en desuso, convertidos en Vías Verdes o no, quizá por su aire misterioso y nostálgico. Tres compañeros de Bicimur, nos proponemos recorrer el viejo trazado que conectaba Murcia con Granada. Partiremos de Almendricos, antiguo nudo ferroviario que se libró del cierre ordenado por el aquel entonces gobierno socialista, gracias a que la Comunidad Autónoma de Murcia, también socialista, se hizo cargo de subvencionar parte del déficit entre Lorca y Águilas. En el año 1984, en Consejo de Ministros de 30 de septiembre, se hace efectiva la cláusula del Contrato Programa entre el Estado y Renfe con el que se pretendían cerrar 3.055 kms declarados como “Altamente deficitarios” entre los que se encontraban Murcia-Granada. Todo ello basado en un estudio que solo ponderaba el factor económico; sin tener en cuenta otras circunstancias como las sociales, geográficas, estratégicas o de inversión de unas líneas largo tiempo abandonadas a su suerte. El tramo de Murcia a Lorca se libró del cierren gracias a la inversión realizada poco tiempo antes en la adquisición de los automotores de la serie 592 que hizo subir la recaudación por viajeros en un 1000/100. La Comunidad Autónoma de Andalucía no se hizo cargo del déficit entre Almendricos y Guadix y la línea se cerró el día 1 de enero de 1985. Desde entonces ha estado abandonada, apoderándose de ella el expolio y vandalismo, salvo casos muy puntuales que el pundonor de los vecinos ha mantenido en condiciones casi aceptables. Otro factor es su conversión en Vías Verdes del que hablaremos más adelante.


Primer día: Almendricos-Olula Del Río


Como hemos comentado con anterioridad nos encontramos en el andén de la estación de Almendricos, hoy convertida en apeadero. El reloj aun esta y marca bien la hora, la campana y todos los demás elementos asociados indefectiblemente a las viejas estaciones ferroviarias han desaparecido. Ahora, un adminículo que se abre unos minutos antes de la llegada del tren y se cierra tras su paso con una persiana deslizante, encierra una máquina expendedora de billetes en pleno andén que solo admite tarjetas de credito. Unas fotos y los tres miembros de la expedición; Matías, Antonio y yo mismo, nos ponemos en marcha. Lo hacemos por un camino adyacente al andén en sentido Águilas pues la antigua plataforma; enfrente nuestro, está en estos momentos impracticable. Pronto será un tramo de Vía Verde que unirá esta estación con el ya realizado hasta Huércal-Olvera que pretendemos seguir.



El camino discurre paralelo al viejo trazado, ahora en reparación, de pedalear relativamente cómodo y que no presenta demasiadas dificultades, ni de piso ni de orientación. más adelante desaparece e intentamos utilizar la propia plataforma del ferrocarril, pero resulta muy duro y cansado pedalear sobre la piedra suelta. ¡Maldito Google Earth! Este programa interpreta como camino estas infraestructuras, y realmente se puede circular sobre ella, siempre que lleves un vehículo todo terreno o un tractor. Nos salimos en el primer camino que encontramos, Antonio con su particular filosofía nos emplaza a seguir por la izquierda que parece más cómodo, por la derecha está el Cabezo de las Norias y nos obligara subir, así que nos vamos a la izquierda hasta enlazar con el ramal de Lorca del Trasvase Tajo-Segura para terminar dando un gran rodeo hasta recuperar la plataforma del ferrocarril en el puente de la rambla de las Norias, junto a una pequeña área de descanso. Pedaleamos ahora cómodamente por la vía Verde de Huércal-Overa. Es paisaje agrícola, grandes y monótonas extensiones de hortalizas, que apenas separa algun ramblizo. La A-7 se nos ciñe por el norte y la plataforma ferroviaria forma una gran curva hacia el sur para entrar en en la población. Conserva la estación y parte de los edificios, algunas vías y otros elementos ferroviarios. En un jardincillo frente a la fachada se encuentran unas marmitas de cambio y palancas de señales como monumento a ese ferrocarril desaparecido. Unos vecinos nos recomiendan la estación de autobuses para almorzar por cercana y económica. Nosotros de natural agradecidos les hacemos caso y allá nos vamos; ensalada, jamón, queso, oreja a la plancha… y alguna cerveza para hidratar.



Salimos por la Vía Verde y nos damos de bruces con la A-7. Y esto es literal. Un senderillo sube junto a la valla de la autopista para librar el cabezo y baja por unos escalones tallados en el talud hacia la rambla de Guzmaina, pues el camino que bajaba hacia la rambla, por el otro lado del cabezo, ha sido roturado. Ya en la rambla cruzamos bajo la autovía, cauce arriba, para coger el brazo de la izquierda que nos lleva hacia el oeste. El viejo ferrocarril se encuentra a nuestra derecha, discurre por lo alto de los cerros. El camino sigue la rambla, y cruza bajo la plataforma ferroviaria en las inmediaciones de Almajalejo, apeadero que junto con Las Norias dependían de la estación de Huércal-Overa. El pueblo es pequeño, apenas unos pocos vecinos y no vimos ni rastro del apeadero. Creo que mi padre llegó a trabajar aquí de factor. Se continua por la rambla de Almajalejo, aguas abajo, hasta salir del cauce junto al puente de la A-334 en dirección a Baza. Por una carreterilla a nuestra izquierda llegamos a La Alfoquia donde se encuentra al estación de Zurgena.



Forma el río Almanzora un estrecho valle rodeado de áridas y agrestes tierras, reino del esparto y las adelfas. Un verdadero oasis cerrado al Sur por la sierra de los Filabres, con el observatorio astronómico de Calar Alto situado a 2.168 metros de altitud. Por el Norte alza sus picos rojizos las más modesta sierra de las Estancias con el pico del Saliente que supera por poco los 1.500 metros. Zona antaño de migas cortijeras, de gachas o de olla de trigo algunas de las cuales ya hemos probado guiados con acierto por nuestro amigo Matías, natural de Albox, y que nos ha hecho de cicerone en algunas de las descubiertas que hemos realizado por la zona (Puerto de Velefique, Santuario del Saliente, Por tierras andaluzas), pero tampoco le haremos ascos a una buena fritá de conejo o a unas patatas boca abajo. Pero necesitaremos un poco de suerte porque la zona está invadida por los hijos de la Gran Bretaña con muchos de los locales regentados por ellos, así que a dios a las tapas, a ese sosegado disfrute de los placeres de la buena mesa, a la milenaria tradición de la comida andalusí; creo que el “brexit” ha llegado demasiado tarde.



Se continua por la carretera hasta recuperar la vieja plataforma a la altura del barrio del Callejonal. Enfrente, al otro lado del Almanzora, Arboleas; la estación está un poco más adelante en El Germán, en plena curva frente al río. Seguimos pedaleando como podemos, unas veces por la plataforma y otras junto a ella, hasta que se vuelve impracticable. Un poco de campo a través y nos encontramos con el enorme puente de la rambla de Albox, un poco antes de la estación hoy convertida en un centro de la Tercera Edad. No nos podemos entretener, es tarde, solo tomamos un café y nos ponemos en marcha. La tarde está cayendo, un sol rojo y amable juega al escondite entre los picos de las sierras y nos deja desamparados ante la oscuridad, que apenas alivia el brillante arco de una tímida luna creciente. Ya en Cantoria es noche cerrada. Preguntamos y nos dicen que la plataforma está inservible que nos vayamos por carretera, que cojamos la vía de servicio hasta Olula. La información y la oscuridad de la noche nos obligan a decantarnos por la carretera, opción que bajo estas condiciones nos pareció lo más apropiada. Al día siguiente un ciclista de Olula nos dijo que desde Fines se puede utilizar la vieja plataforma y que desde Cantoria hay caminos mucho más interesantes que la carretera. Pero las decisiones se toman en un determinado momento acuciado por las circunstancias y la necesidad y hay que aceptar el resultado, sea el que sea. Todo ha salido bien, estamos en Olula, pero en el pueblo es fiesta; “La Noche de las Carretillas”, y todo esta cerrado. Así, que nos vamos a cenar al Hotel Jardines de la Tejera a la entrada de la población.


Segundo día: Olula del Río-Baza


Tras el desayuno nos ponemos en marcha y recuperamos la plataforma ferroviaria a la salida de la población. La Estación de Olula era compartida con Fines y queda a medio camino entre ambas. Continuamos hacia Purchena llegando a una barriada situada a unos dos kilómetros de la población; distraídos, nos saltamos la estación confundida con el resto de edificios. Antonio, que venia un poco retrasando, nos llamo la atención al alcanzarnos por no haber parado junto a ella. Nos miramos sorprendidos sin llegar a entender muy bien como nos la habíamos saltado. Purchena, la Illipula Magna de los íberos o la Hisn Burxana de los árabes, aparece al otro lado del Almanzora custodiada por el cerro y la ermita de la Virgen del Carmen, donde también se alzaba la antigua alcazaba. Poco más adelante, mientras circulamos por la Vía Verde nos encontramos con un caminante en dirección contraria a la nuestra, nos detenemos y entablamos conversación como corresponde a viajeros educados y se produce la sorpresa; nos conocemos, no en persona pero si a traves de correo electrónico, es Pedro Piñero Crevillén autor del libro: MURCIA en Bicicleta por sus Serranías. Noroeste, Pedanías Altas de Lorca, Río Mula y Sierra Espuña, compuesto por 20 rutas de montaña, de las que he realizado la mayoría.



Forma el río Almanzora numerosos meandros que acogen infinidad huertos y hasta pueblos enteros como Armuña. Tíjola se asienta un poco más adelante a las faldas de Los Cardates. Es la Tágili de los romanos y la Tíxola de Isabel y Fernando, repoblada por murcianos y valencianos; tiene su estación al otro lado del río, por donde discurre hoy la Vía Verde del Almanzora. A la entrada un viejo tractor de maniobras totalmente oxidado nos recibe, la estación y los muelles están acondicionadas como cantina y sala de exposiciones, mantiene bastantes de los elementos característicos del ferrocarril, eso sí, invadida por los ingleses que hasta el nombre de los retretes han cambiado; el de hombres por gentlemen y el de mujeres por ladie. ¿Había algún problema para mantener los letreros ferroviarios originales? Considero que es algo injustificado y totalmente fuera de lugar; fue un ferrocarril construido por ingleses y nunca se les ocurrió poner los letreros en inglés. ¿Acaso no estamos en España?



Llegamos al cargadero de Los Canos, el primero de los dos que dependían de Serón, se embarcaba aquí el mineral procedente del Cable de Cabarga San Miguel. Consta de un gran depósito superior con capacidad para 40.000 toneladas. Dos túneles paralelos permitían la descarga por gravedad sobre los vagones. Su excelente conservación nos permiten hacernos una idea muy completa de su funcionamiento, además conserva las señales de entrada en los dos sentidos. Serón es puerta de salida del valle del Almanzora y de entrada al reino de Granada. Serón es poblado nazarí de caserío apretado, desaparecida la línea recta, las casas entran y salen a su antojo sobre la calle. Casas de paredes abultadas y desplomes imposibles, aleros que se tocan y fachadas encaladas, arremolinadas en caótico orden alrededor el castillo a la sombra de la iglesia de la Asunción. A la entrada nos da la bienvenida el foso de la desaparecida placa donde antaño se daba vuelta a las locomotoras. La estación es un establecimiento de hostelería que proporciona al viejo edificio una nueva vida de la mano del ocio, una forma de uso que puede ayudar a recuperar el patrimonio arquitectónico que de otra manera estaría condenado al abandono y la degradación. Para rentabilizar la extracción del mineral de hierro de la sierra de los Filabres -no hay que olvidar que estos yacimientos eran los más importantes y productivos de Almería-, se intentó en primer lugar sacar el mineral directamente por ferrocarril con un túnel bajo la sierra hacia la capital y su puerto, lo que resultó inviable. Se recurrió entonces a un sistema más práctico y económico, una tupida red de cables aéreos transportaban el mineral en pequeñas vagonetas colgantes desde los yacimientos hasta los cargaderos del ferrocarril, y este procuraba la salida del cargamento hasta el Mediterráneo por el embarcadero del Hornillo en Águilas. El restaurante está cerrado. Desagradable sorpresa pues pensábamos detenernos a almorzar en él. No queda más remedio que continuar, seguir subiendo por la vía verde hacia el El Hijate, en la pedanía de Alcóntar. Dejamos atrás manantiales de aguas termales como Fuenteperica y el Aljibe, ermitas como la de Fuencaliente, ramblas como la del Ramil y el último cargadero de la línea; el Tesorero, hasta acceder a la carretera A-334 y desandar un poco de camino hasta el restaurante Los Marines, donde nos recuperamos de la subida, comimos opíparamente y a un precio inmejorable.



Son más de las 3 de la tarde y nuestro autobús sale a las 5 y aun nos queda una buena tirada; hemos de darnos prisa en llegar a Baza. Nos lanzamos a la carretera hasta alcanzar la plataforma ferroviaria aun con la vieja piedra que sustentaba las traviesas sobre ella. Corremos a buen ritmo por caminos paralelos a la vía, a la que acompaña bajo tierra el trazado de un canal de riego. De pronto una finca y su correspondiente puerta; de hierro, enorme, abierta. Resabiados por experiencias de casos anteriores -no es la primera vez que seguimos un camino entrando en una finca por su puerta principal y hemos tenido que regresar al no encontrar salida-, decidimos darle la vuelta por un camino a la derecha y no perder un tiempo que nos podía resultar precioso. Tras algunas revueltas volvemos a encontrarnos con la vieja plataforma. Entramos ya en Baza por la plataforma ferroviaria transformada en Vía Verde; encontramos a un ciclista, preguntamos por la estación de autobuses y sorprendentemente parece ser el responsable de la Vía Verde. Se mostró muy extrañado de nuestro encuentro con la finca y su puerta abierta. Parece que no hay problema para atravesarla, pero el gato escaldado del agua fría huye. Ya en la estación de autobuses introducimos nuestras bicis en sus bolsas y esperamos impacientes el autobús que nos llevará a Murcia.




Mariano Vicente, finales de enero de 2018



[1] La mayoría de los datos aquí reflejados han sido obtenidos del libro de nuestro compañero y amigo Juan García, durante muchos años Jefe de Estación de Lorca-Sutullena. (Memorias de la línea Férrea “Lorca a Baza” y “Almendricos a Águilas” (Años 1960-1990) J. García López

Vías Verdes. (Vía Verde del Almanzora)


Dentro del Programa de Caminos Naturales que desarrolla el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, se están transformando estas infraestructuras, si bien es verdad que por tramos y algunos quizá demasiado cortos, en Vías Verdes con la intención de incentivar el turismo rural y por ende favorecer el desarrollo socioeconómico de las poblaciones ubicadas en las zonas rurales y recuperando de paso el uso de dominio público para estas infraestructuras, obviando que la mejor manera de desarrollar y potenciar la economía de estas zonas sería la reapertura del ferrocarril, y en nuestro caso, acto que favorecería sobremanera la vertebración de la comarca y de todo el Suroeste Peninsular. Como todo esto es más un sueño que una realidad bienvenido sea este interés por las Vías Verdes dotando de nuevas funcionalidades a estas infraestructuras abandonadas, aunque su realización -a mi modo de ver-, deja mucho que desear, en especial en lo referente a la conservación del patrimonio ferroviario; señales, marmitas de cambio de vía, tomas de agua, grúas y un sin fin de pequeñas infraestructuras aledañas a la propia vía que hicieran recordar a sus usuarios que se trata de un antiguo ferrocarril. Sin embargo parece que el Ministerio y la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, que son los encargados de diseñar esta transformación, se olviden sistemáticamente de ese compromiso. Aunque hay que reconocer que en este caso se han respetado muchos de los edificios, dotándolos de nuevas funcionalidades -aquí se puede discrepar cuanto se quiera, pero la verdad es que de no ser así hoy estarían muy deteriorados cuando no destruidos por el vandalismo y la estulticia- y algunas de las dotaciones ferroviarias se encuentran en pie, unas fuera de su ubicación tradicional, pero otras como las señales de entrada de Los Canos en el mismo lugar donde estuvieron siempre.

Guía práctica (22/23 de enero de 2018)



Recorrido por el antiguo ferrocarril del Almanzora entre Almendricos y Baza para comprobar el estado actual de esta infraestructura y las posibilidades de su recorrido en bicicleta.


Primera Jornada: Almendricos - Olula del Río


Tren con salida de Murcia 9.47 h. Llegada a Almendricos 11.10 h

Distancia: 66.8 km

Tiempo en movimiento: 6h 23m

Velocidad media: 10 km/h

Altura mínima: 226 m

Altura Máxima: 475 m

Ascenso: 772 m

Descenso: 615 m

Comida: Estación de autobuses Huércal-Overa

Cena: Hotel Jardines de la Tejera (Olula del Río)

Alojamiento: Ático en Olula del Río (Avenida del Almanzora 5, 4 b, 04860 Olula del Río, España – 657 62 32 82)


Entre Almendricos y Las Norias la plataforma esta impracticable, se puede optar por seguir los caminos al norte de la plataforma, hacia el Cerro de Las Norias o bien por el sur por el canal del trasvase Tajo-Segura. En el primer caso accederemos a la Vía Verde de Huércal-Overa cerca de la población de Las Norias. En El Segundo podemos utilizar la rambla de Las Norias y en el puente acceder a la Vía Verde.


El segundo problema lo encontramos tras pasar Huércal-Overa y toparnos con la A-7. Habrá que descender un sendero con escalones tallados en el talud hasta la rambla de Guzmaina -el camino ha sido roturado- y pasar bajo la autopista, tomaremos el brazo de la izquierda hacia el oeste hasta llegar a Almajalejo. Pasada la población se continua por la rambla de Almajalejo, aguas abajo, hasta salir del cauce junto al puente de la A-334 en dirección a Baza.


El tercer problema serio lo encontramos entre Cantoria y Fines/Olula del Río, desconocemos como se encuentra la plataforma en este tramo, nosotros llegamos ya de noche y utilizamos la carretera.



Segunda Jornada: Olula del Río - Baza


Distancia: 60.60 km

Tiempo en movimiento: 5h 15m

Velocidad media: 12 km/h. Altura mínima: 487 m.

Altura Máxima: 990 m

Ascenso: 682 m

Descenso: 335 m

Comida: Restaurante Los Marines

Salida de Baza en autobús 17.00 h Llegada a Murcia 19.15 h


La Vía Verde del Hierro o del Almanzora se extiende de Olula al cruce con la carretera A-334 cerca del Hijate. A partir de aquí seguiremos caminos paralelos a la plataforma ferroviaria -esta se encuentra impracticable- hasta pasar la rambla, creo que del Baúl, y acceder a la Vía verde de las inmediaciones de Baza hasta la población. Hay informaciones que hablan del Camino Natural del ferrocarril Guadix-Almendricos por El Valle del Almanzora, al menos entre las poblaciones de Baza y Almendricos, pero a día de hoy solo están consolidados desde El Hijate a Olula, y entre la A-7 cerca de Huércal-Overa hasta más allá de Las Norias.



Tramo Baza-Almendricos: Algunos datos


Km. 133,002 Altitud 0872,4 Baza GPS 37°29'16.23" 2°46'41.29"O

Km. 128,117 Altitud 0830,0 Caniles GPS 37°28'2.01"N 2°43'59.50"O

Km. 114,006 Altitud 0971,0 Hijate GPS 37°24'24.17"N 2°36'41.01"O

Km. 101,857 Altitud 0765.0 Serón GPS 37°21'6.61"N 2°31'7.89"O

Km. 098,300 Altitud 0715.1 Los Canos GPS 37°20'32.38"N 2°29'17.30"O

Km. 093,736 Altitud 0661.8 Tíjola GPS 37°21'15.82"N 2°26'30.38"O

Km. 083,542 Altitud 0520.0 Purchena (apd.) GPS 37°21'36.31"N 2°20'27.84"O

Km. 077,870 Altitud 0454.0 Fines-Olula GPS 37°21'30.47"N 2°16'59"O

Km. 068,370 Altitud 0368,8 Cantoria (apd.) 37°21'2.22"N 2°11'20.62"O

Km. 063,236 Altitud 0334,0 Albox 37°20'47.94"N 2° 8'20.53"O

Km. 057,875 Altitud 0295,6 Arboleas (apd.) 37°20'47.08"N 2° 5'5.56"O

Km. 052,708 Altitud 0261,0 Zurgena 37°21'17.16"N 2° 2'37.76"O

Km. 046,003 Altitud 0240,0 Almajalejo (apd.) 37°23'16.13"N 1°59'23.01"O

Km. 041,774 Altitud 0301,0 Huércal Overa 37°24'9.84"N 1°57'2.74"O

Km. 030,640 Altitud 0356,0 Las Norias (apd.) 37°27'9.52"N 1°50'48.58"O

Km. 025,545 Altitud 0334,9 Cargadero Almajalejo (cgd.)

Km. 023,702 Altitud 0332,6 Almendricos 37°28'29.61"N 1°46'46.74"O

Km. 000,000 Altitud 0326,2 Lorca Sutullena 37º 40´19.1 N, 01º 41´47.4 O

* Pk. y Altitudes según el libro "Trenes Cables y Minas de Almería", basadas en los perfiles de línea del Archivo Histórico de Renfe.



Huércal Overa: De la estación dependían dos apeaderos, hoy día desaparecidos, el de Almajalejo en dirección a Zurgena y el de Las Norias en direcció a Almendricos. Contaba tambien con dos puentes metálicos, uno sobre la rambla de Almajalejo y otro sobre la de Guzmaina.

Zurgena: La estructura más importante con la que contaba era el puente de la rambla de Canales.

Arboleas: Contaba con un apeadero.

Cantoria: Contaba con dos estaciones, la de Cantoria y Albox-Almanzora y especialmente el soberbio puente que libra la rambla de Albox colindante con la estación Albox-Almanzora.

Fines/Olula: Contaba con una estación a medio camino entre las dos poblaciones.

Purchena: Contaba con una estación y un túnel en el paraje de Las Cañadicas.

Armuña de Almanzora: Contaba con un puente, el de los Tres Ojos en la rambla de Cela y otros dos metálicos en ramblas de Enmedio y Lúcar.

Tíjola: Contaba, a parte de la estación, con un cargadero en la Algaida donde se embarcaba el mineral de hierro procedente de las minas de Cuevas Negras -Bayarque- y dos puentes de piedra sobre las ramblas de Canales y guanila.

Serón: Ademas de la estación contaba con dos cargaderos; el de los Canos en dirección a Tíjola y el Tesorero en dirección al Hijate. Dos puentes metálicos pertenecian a Serón, el de la rambla de Jauca y el arroyo de los Donatos.

Baza: Había dos estaciones, el Baúl y Baza y un excelso puente metálico con una luz de 33 metros sobre el arroyo del Baúl.

el track....                                 algunas fotos...



Mariano Vicente, finales de enero de 2018.

martes, 11 de octubre de 2016

El Veleta y yo: Lorca-Baza





Mi particular celebración de la Semana Europea de La Movilidad será un recorrido de alrededor de 350 kilómetros uniendo las localidades de Lorca y Granada con subida al Veleta incluida, por aquello de que el movimiento se demuestra andando.
  
Son Las 7.28 cuando el tren que me llevará a Lorca se pone en movimiento. Ha llegado el día; el día de la segunda juventud de mi vieja Conor, de cumplir con el objetivo previsto de conquistar el Veleta. He optado por Lorca lo que me deja una jornada mucho más accesible que la de comenzar en Murcia. Hace una temperatura agradable y el cielo es claro y luminoso, el sol deja a contraluz el castillo de Lorca mientras pedaleo por la carretera de la Parroquia, junto al cauce del Guadalentín, dominado por baladres y tarays. Más arriba su afluente, el Vélez es como él una cinta seca de arena escoltada por una agónica línea de eucaliptos amarillentos. 


Llego a la Parroquia, pueblo tranquilo donde los perros sestean al sol y las muchachas se solazan en la terraza del bar. La carretera, entre almendros, se dirige inexorable hacia los cada vez más omnipresentes Gigante y Pericay que cubren con su mole el horizonte, hasta que asustadiza gira 90º y se dirige más decidida hacia el oeste. En un horizonte brumoso por un sol aún bajo destaca el rojizo castillo de Xiquena. El silencio se apodera del paisaje, solo interrumpido por el trinar de los jilgueros. Poco después el altivo castillo de los Fajardo lo sustituye en el horizonte. La carretera que hasta el momento tendía a subir, se empina decididamente. Pronto el encalado caserío de Vélez Blanco aparece a los pies de su castillo. Seguimos subiendo hasta ponernos a la altura del pueblo egetano que derrama su caserío ladera abajo. Su origen musulmán, siglo XIII, con ser significativo, lo es menos que el haber dado a la provincia de Almería su imagen; el indalo, pintura rupestre con forma humana aparecido en la Cueva de los Letreros y declarada Monumento Histórico Nacional en 1924.



Hago un alto y tomo un refresco mientras descanso, no he terminado la ascensión, aún me queda subir a María. Este pueblo me trae recuerdos de antiguos recorridos por el Nerpio y la Puebla de Don Fadrique. - Sabe usted que tengo dos hijas en Murcia; una es directora de Caja Murcia, la otra, es profesora en Guadalupe, me dice con orgullo de madre la dueña del local en el que estoy comiendo, la misma que hace más de 15 años me preparo una súper cena con todo lo que encontró en la cocina, según ella para que me pudiera recuperar del esfuerzo de la bici. Lo malo es que yo había pasado la tarde alternando por los bares de la localidad, y tienen la costumbre de ponerte una tapa con cada cerveza. Así que esa noche cene dos veces.


La llanura de Orce se extiende ante mí, el viento la recorre sin impedimento alguno. Carteles solitarios, descoloridos, situados junto a la carretera, recuerdan que de aquí salieron los primeros pobladores europeos. Campos llanos, del amarillo de los trigos segados, insensibles a nuestro esfuerzo, los kilómetros caen lentos, muy lentos, demasiado. El viento ayuda poco; contrario y pertinaz, impide avanzar a pesar de la tendencia descendente del terreno. Orce se presenta ante mí en la ladera del barranco, tiene torre y castillo, plaza e iglesia, y hasta cuartel de la Guardia Civil. Relleno el bote con agua de la fuente y sigo luchando contra el viento hasta girar hacia sur por la carretera de Huéscar a Cúllar. En este último, asamblea vecinal y consenso en el recorrido a seguir; evitar la vía de servicio y dirigirse a Benamaurel, girar 90 grados y llegar a Baza. Aquí no sirve eso de que la hipotenusa es siempre más corta que la suma de sus catetos. Pasado Benamaurel, Baza a parece en el horizonte. Campos amarillos que con el paso de los minutos cambian al gris y Baza en el mismo sitio. Se tiñen de negro y Baza no se mueve. Estoy cansado, muy cansado y no se mueve. 


La desafortunada costumbre de este país de convertir las viejas nacionales en autovías, nos dejan en demasiadas ocasiones sin alternativas, ahora me toca lidiar con la vieja N-342 reconvertida en autovía entre Baza y Guadix. Hoy me ha obligado a dar un buen rodeo por Benamaurel y para mañana no sé qué hacer. Elegí el recorrido por Vélez Blanco, María y Orce huyendo del Tráfico y la A-92, pero el destino y la geografía me fuerzan hacia ella como la polilla a la luz. Pero se impone el sentido común, me dejaré de aventuras por el pantano del Negratín, de carreteras sin asfaltar y posibles fincas valladas. De vías de servicio que se interrumpen en la nada, con la posible solución kilómetros atrás. Uso la cabeza y no el corazón y tomaré un autobús que me lleve a Guadix y me evite el caos de esta A-92, una posibilidad que me sugirió Matías y ha madurado en mi cabeza a lo largo del día. Me decido y pido a la camarera de Casa Grande un par de bolsas de basura, de las grandes, por lo que valgan, que me servirán para "empaquetar" la bici en el autobús. No me las cobran y yo agradecido. 

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