Mostrando entradas con la etiqueta Ademuz. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ademuz. Mostrar todas las entradas

sábado, 18 de junio de 2016

Triangulo Santo Jornada 13 Monreal del Campo-Ademuz





Hoy hemos retomado el camino donde lo dejamos ayer, en el hostal Botero, en Monreal del Campo. Típica venta de carretera que vivió tiempos mejores y que hoy sobrevive a la modernidad como puede. La N-234 recorre todo el valle junto al Jiloca hasta cerca ya de Teruel. Desde Monreal una larga recta, mera continuación de la que el día anterior comenzamos en Calamocha, te lleva hasta Teruel. 



Pero que distinta puede parecer la misma cosa según las circunstancias que acontezcan. Hoy con una ligera brisa por nuestra espalda ha sido un placer pedalear por esta llanura, salvo la incertidumbre de una posible lluvia, nada ha perturbado nuestro pedalear. Sin embargo las sensaciones fueron muy diferentes hace dos años cuando realizamos este mismo tramo; esto es lo que escribí de aquella jornada “…Entre Calamocha y Teruel, ni un árbol, carretera trazada con escuadra y cartabón, pulida por el viento y las heladas, nada que se interponga entre el maldito viento y nosotros. Lagartos; verdes, enormes, sestean al sol. Los minutos, inmóviles, eternos, la desesperación aferrada al manillar, kilómetros insufribles en el inhumano páramo…”.



Volamos hacia Teruel y después hacia Ademuz. Terreno y brisa favorable nos permiten llevar una media altísima; sobre las 13.30 h. estábamos en Ademuz. Demasiado pronto; podemos a provechar la tarde u hacer unos kilómetros más; pero donde pernoctamos. Booking, Google y demás parafernalia pero no han servido de nada. El sito más apropiado; Landete, a unos 25 kilómetros, esta todo completo. Alrededores tampoco, e irnos hasta Mira unos 60 km. ya era demasiado. A pernoctar donde teníamos previsto, en Casa Domingo. Como no hay mal que por bien no venga, nos echaremos una buena siesta.



Casa Domingo nos recibe con un arroz empedrado, típico de la zona y conejo a la brasa. Para desengrasar, unas cerezas del lugar y a descansar que mañana será otro día u nos espera una dura jornada, la más larga del camino con cerca de 130 km. y un acumulado positivo de más de 1.500 metros. Pero eso os lo cuento mañana ¡si es que puedo!



Mariano Vicente, un sábado con poco que hacer a 18 de junio de 2016. 

martes, 10 de junio de 2014

Camino de la Vera Cruz: cuarta jornada Teruel-Vente del Moro



Ducha difícil la de esta tarde, ha sido en Venta del Moro en una casa rural. Yo que soy un hombre más bien tradicional, me he encontrado con una cabina de hidromasaje. El artilugio tiene dos mandos redondos, un más grande abajo y otro más pequeño sobre él y de arriba abajo en dos líneas paralelas de surtidores. Hasta aquí todo bien, comienzo con mucha precaución a girar el mando mayor hacia un lado; nada, lo giro en el otro sentido, nada. Pruebo con el superior; tampoco ocurre nada, investigo un poco más por si encuentro algún mando oculto, no encuentro nada. Ya un poco mosca y en una posición un poco comprometida por si salía el agua algo fría. Le hecho valor y me meto dentro y giro los mandos al unísono, primero para un lado, luego para el otro. Nada. El mosqueo es ya mayúsculo. En el momento de salir; me apoyo ligeramente en el mando más grueso, cede hacia un costado y… recibo diez chorros de agua helada en la espalda. No sé porque estos artilugios no vienen con las instrucciones.

Por lo demás, ha sido una bonita jornada, hemos acompañado al Turia hasta Ademuz, dónde hemos tomado una cerveza con su alcalde, el señor Soriano y departido ampliamente del Camino. 

En realidad, al Turia, lo hemos acompañado mientras nos ha dejado, hasta que taciturno se ha introducido en sus hoces y a nosotros no nos ha quedado más remedio que comenzar una dura subida. Despues de comer en Landete, el resto del camino ha sido bastante llevadero hasta que cerca del final, a la altura de Jaraguas, las nubes nos lo han puesto negro, pero ha sido solo una amenaza, hemos llegado a Venta del Moro sin más contratiempo, en total 138 km y 1.200 metros de desnivel acumulado  

martes, 14 de mayo de 2013

Camino de la Vera Cruz Día 7-Domingo 12 de mayo 2013




Reino de Valencia; Ademuz. Lugar de partida de esta jornada, que comienza con una oración frente a la ermita de la Virgen de la Huerta para que nos de fuerzas para afrontar la fuerte subida que comienza en el mismo pueblo. Bueno yo más que Juan; él confía más en sus propias fuerzas. Comenzamos en frio, con rampas de 18 %. No sé si por ayuda de la Virgen o por algún principio de la física que se me escapa, la bicicleta hacia eses de un lado a otro de la carretera, totalmente fuera de del control de mi voluntad, yo quería subir derecho, pero ella erre que erre. En esto que me pasa un coche –tuve que hacer un gran esfuerzo para evitar las eses-. El señor, entrado en años, gorra calada hasta las cejas, el cigarrillo en la comisura de los labios. Me mira, se queda con la boca abierta, se le cae la colilla y hace aun más eses que yo.


Abandonamos la carretera, pero seguimos subiendo entre un bosquete de ralos pinos jóvenes y alguna coscoja, las aromáticas se dejan sentir con intensidad. Junto a un chozo de pastors me espera Juan Bautista y tenemos que pedalear deprisa si no queremos que nos coman las garrapatas. Pobres, no tendrían otra cosa que comer.


Desde el collado, en lontananza vislumbramos lo que parecen torres y almena, esta sobre un cerro, desdibujado por la distancia y la neblina matinal. Después confirmamos que es Moya. Que nunca fue musulmana, Alfonso VIII la pobló allá por el año 1210, tras la conquista de El Cuervo, Castielfabib, Ademuz. En 1215 paso a manos de la Orden de, llegando a ser realengo en 1319 y marquesado en 1480. Ya estamos en Cuenca.


Tras un recodo, casi sin proponérselo, aparece Garaballa y su reloj de nuestro paisano Valverde, con una hora de diferencia en cada una de sus fachadas, -creemos que la de verano e invierno -. Subimos por carretera hasta un altozano y tomamos un camino, malo para la bicicleta y que no aporta nada, mejor seguir por la carretera hasta la desviación del Camino a Mira.


Bajada algo complicada por pedregosa que da acceso a la vega del río Mira, que otros llamarón Ojos de Moya, y que finaliza su andadura algo más al sur, en el Cabriel, ayudándole en la construcción de su impresionante hoz. Vega de huertas bien cuidadas y las primeras viñas de la zona.

Vientres a negros, amenazantes, surgen a nuestro alrededor. Al principio solo son unas gotas; después el diluvio. Avanzan con nosotros. Delante, una cortina gris lo cubre todo, conforme avanzamos vemos los campos cubiertos de blanco. El granizo a pelado los almendros y sus hojas cubren el camino.  

Para no variar dura subida en dirección a Camporrobles; otra vez Valencia. Por aquí anduvieron, iberos, romanos y árabes, ganados trashumantes y lobos, hasta las hijas de Don Rodrigo Díaz de Vivar, aunque esto está por demostrar. Hasta los años setenta existió una laguna, hoy desecada, importante para el ganado. Importantes manufacturas de lana; en sus telares se tejían lienzos y estameñas. Por aquí paso el camino real de Requena a Cuenca, y hoy, el Camino de la Vera Cruz, de la Lana y el ferrocarril.
Kilómetros: 72
Acumulado positivo: 1213 metros
Poblaciones: Ademuz, Pedro Izquierdo, Moya, Landete, Garaballa, Mira, Camporrobles.

sábado, 11 de mayo de 2013

Camino de la Vera Cruz - Día 6 11-5-13 Teruel-Ademuz





La jornada de hoy ha seguido en su mayor parte el curso del río Turia. Bonito el tramo de Villaespesa. Viejos y carcomidos ejemplares sombrean el cauce. 

Nos alejamos de la vega ascendiendo entre campos de cereal y rojos barbechos, lo que nos permitirá regresar a ella descendiendo por un barranco enmarcado por paredes calizas, que se abre poco a poco. Al principio, tímidos bancales de almendros ciñen las rojas calizas, que dan paso a pequeñas y cuidadas huertas. La vega se adivina a bajo. Un tupido bosque acompaña al Turia. De pronto; entre el follaje, al otro lado del río, el castillo de Villel se eleva inexpugnable sobre un cerro. Perteneció, como Alfambra y Libros a la Orden de Monte Gaudio y al Temple.



Nos encaminamos al santuario de la Fuensanta, de virgen y fuente sanadora. Nos introducimos por el desfiladero comenzando una fuerte subida que nos llevara al punto más alto de la jornada. Mientras, una docena de buitres giran parsimoniosos sobre mi cabeza ¿Qué querrán?



Descenso vertiginoso y comprometido hasta Tramacastiel, con maciza iglesia de defensiva torre. Nos encaminamos a Libros. En el altozano un poste de dirección del Camino indica un sendero a nuestra izquierda. Decidimos seguirlo. El sendero se vuelve cada vez más técnico y terminamos cargando la bicicleta al hombro. Para despeñarnos directamente sobre Libros. 



Gruesos goterones empapan la tierra. Duele el respirar el tomillo. No queremos mojarnos. Nos refugiamos en el bar del pueblo, uno, dos, hasta cinco quintos han caído mientras dábamos cuenta de un plato de chorizo, y otro de salchicha, con otro de jamos y uno de queso. Para terminar con unas salchichas de orza. Café y unos chupitos nos han preparado para lo que nos quedaba de camino.


Otra vez seguimos la vega fresca del Turia. Torre Alta y Torre Baja se suceden antes de Ademuz. Su caserío se desparrama, monte abajo, hasta el Turia. Poco más de cincuenta kilómetros en esta llevadera jornada.