Mostrando entradas con la etiqueta Vía Verde Campo de Cartagena. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Vía Verde Campo de Cartagena. Mostrar todas las entradas

sábado, 4 de noviembre de 2023

La Numantina: Numancia-Cartagena


 

Todo empezó con una llamada de Enrique.

 —Te he de contar una cosa. Este año la Numantina va a dar un salto espectacular, queremos unir Numancia y Cartagena. 

Es curioso como la cabeza muchas veces funciona a una velocidad muy diferente al tiempo real. Mientras Enrique me decía estas palabras acudieron a mi mente escenas del Camino del Cid, de la Vía Verde de Ojos Negros y sin darme cuenta, estaba montando un itinerario entre Numancia y Cartagena cuando apenas Enrique había comenzado a contármelo. 

—Queremos utilizar vías verdes, más que nada, para alejarnos de las carreteras, las bicicletas que llevaremos es mejor alejarlas de los coches. Queremos que sean las mismas que utilizamos en la Numantina, ya sabes, de la época del primer Tour de Francia o de la Primera Vuelta a España e iremos vestidos a modo. Queremos que vengas con nosotros. 

—Pero Enrique, tú sabes que tengo varias bicicletas clásicas, pero no tan antiguas. 

—Seguro que podrás conseguir alguna o te la pueden dejar Fari, Álvaro o alguien del grupo, alguna habrá para ti. 

Con esta simple conversación comenzó para mí toda una odisea. La verdad es que no tenía demasiado interés en el tema, pero he de confesar que me dejo convencer con excesiva facilidad y un par de llamadas de Enrique hicieron el resto. Pero de dónde voy a sacar yo una bicicleta de esas, una pionera, sin cambios, todo acero y sin ropa adecuada. No sabía nada más del tema, la información era exigua y todo estaba por hilvanar. Sería la primera marcha ciclista teatralizada por etapas de España y probablemente la más larga de las que se celebran en el mundo. Cinco etapas y más de 500 kilómetros reviviendo las gestas de los primeros ciclistas que corrieron el Tour de Francia en 1903, el Giro de Italia en 1909 o la Vuelta a España en 1935. Quedarían unidas tres importantes ciudades del Imperio Romano en Hispania, Numantia, Saguntum y Cartago Nova. Aún faltaban un par de meses, tenía tiempo. 

Gira la Tierra, el Sol y la Luna se pasean por el cielo y el tiempo pasa sin que nos demos cuenta. Las fechas se echan encima y no tengo nada preparado. Toca correr. Es una emergencia y llamo a Pepe Reina: 

—Pepe, necesito tu ayuda, he de hacerme con una bicicleta, que, si no es de primeros del siglo pasado, al menos lo aparente. 

Y Pepe, como no podía ser de otra manera, se pone a ello. Busca en mercadillos, pero sin éxito; en la Red, igual; entre su nutrido grupo de amigos, nada. Pepe termina comprando una Peugeot ochentona, en demasiado buen estado, para transformarla en pionera. Me la quedo, es una bicicleta preciosa —cada uno tiene sus debilidades—. Hay que buscar otra cosa. Pepe le había dado a un amigo común un viejo y oxidado cuadro.

 —Ángel que vas a hacer con el cuadro que te dio Pepe Reina. 

—Yo nada. ¿Lo quieres tú? 

Y así empezó la “deconstrucción” y montaje de la “nueva” bicicleta. Pepe buscó bielas de un solo plato y ruedas de un solo piñón en lo más profundo de sus anaqueles. Preguntó a sus amigos para potencia y manillar, pero lo que más trabajo nos dio fueron los puentes de frenos, hubo que cortarlos y volverlos a soldar con las medidas apropiadas, unas cubiertas nuevas, y un usado Brooks completaron la creación. Ya estaba lista para la aventura. 

La ropa fue aún más complicado, no tenía nada tan antiguo, ni siquiera que lo pareciera. Busqué en mercadillos y en el fondo de mis armarios y no encontré nada. Al final un viejo pantalón fue cortado por debajo de las rodillas y puesto unos botones. María, una buena amiga, vino a salvarme, me transformó un par de viejos jerséis en verdaderos maillots antiguos cosiéndoles unos bolsillos en el pecho y en la espalda. Una vieja gorra y unas gafas hicieron el resto. 

El destino quiso frustrar en parte la empresa, llamaron a mi mujer para una intervención quirúrgica unos pocos días antes. Debía reorganizar todo el plan. Era improbable que pudiera ausentarme de casa tantos días, por lo que tendría que adaptarme a las circunstancias, decidí hacer solo los dos últimos días, así que acompañaría a mis amigos en las dos etapas murcianas; la primera, de Caravaca a Murcia por la vía verde del Noroeste y la segunda de Totana a Cartagena por la del Campo de Cartagena.

La Numantina: IV Etapa Caravaca a Murcia por la Vía Verde del Noroeste. 

Son poco más de las seis de la mañana cuando salgo de casa con dirección a la estación de autobuses, hemos de trasladarnos mi bici y yo hasta Caravaca para encontrarnos con los amigos que vienen de Soria. Unidos por un humeante café, nos contamos los últimos acontecimientos, los percances de nuestras vetustas bicicletas, pero que en realidad solo han representado pequeños contratiempos que no han impedido que hoy estemos aquí dispuestos a comenzar la cuarta etapa de la Numantina. Subimos hasta la basílica de la Vera Cruz y recibimos la bendición para nosotros, nuestras bicicletas y nuestra labor que no será otra que unir la ciudad de Numancia y Cartagena. El párroco, como buen juez, bandera a cuadros en mano, dio la salida de esta etapa que nos llevará hasta Murcia. 

La Vía Verde del Noroeste nos acoge en su seno y a pesar del fuerte viento rodamos rápido, pero con constantes detenciones por las pequeñas averías. Curiosamente, tras pasar la estación de Cehegín desaparecen y nos permiten seguir sin mayores contratiempos. En el Niño de Mula tomaremos el correspondiente refrigerio que nos permite continuar pedaleando. Pequeña contrariedad por unas obras sobre la plataforma ferroviaria antes de Albudeite, pero que no nos impiden seguir. Poco a poco van cayendo los kilómetros, superamos Alguazas y llegamos a la Ribera de Molina, punto en el que hemos decidido abandonar la vía verde por la ribera izquierda del río Segura, esto nos permitirá llegar prácticamente hasta la puerta de la catedral sin contacto alguno con vehículos a motor. 

Aparece la torre-campanario de la catedral y el imafronte oculto tras una lona. Desgraciadamente para nosotros está en obras y nos priva del placer de su contemplación. Para quitarnos el “mal sabor de boca” decidimos sentarnos en una terraza con una fría cerveza en la mano. Esa noche, en la pedanía de Cobatillas, disfrutaremos de una cena típica murciana en la que no falto el zarangollo, las morcillas o el conejo con tomate o al ajillo. 

 
 
 La Numantina: V Etapa Totana a Cartagena por la Vía Verde del Campo de Cartagena. 

Otra vez me toca subir a un autobús hasta Totana para reencontrarme con mis amigos. He dormido en casa, en el barrio del Carmen, mientras ellos lo han hecho en el centro cultural de Cobatillas y se han desplazado por la A-7 a Totana en vehículos privados. Tras la correspondiente salida bajo la bandera de cuadros y el estridente sonido de la trompetilla, nos encaminamos por la plataforma ferroviaria hacia Cartagena. Me he sorprendido gratamente con el estado de la plataforma en algunos puntos, se han hormigonado algunos tramos que estaban muy deteriorados por las galerías hechas por los conejos y la pasarela metálica sobre la carretera de La Pinilla a Mazarrón, que no estaban cinco años atrás cuando la recorrí por última vez. Sin más sobresaltos llegamos hasta la Aljorra, dónde decido con pesar, dejar a mis compañeros y dirigirme hasta la estación de Renfe con la intención de coger un tren para regresar a Murcia, no quería dejar mucho tiempo sola a mi mujer recién operada. Ellos continuarían hasta Vistabella donde pasarían la noche celebrando con una contundente barbacoa la quinta etapa de la Numantina y el casi final de la aventura. 

 


La Numantina: Cartagena Modernista.

Los primeros rayos del sol calientan la esplanada del puerto de Cartagena, poco a poco van apareciendo una serie de extraños personajes más propios del siglo XIX que de la época actual. Llegan andando; en bicicleta, alguna más antigua que ellos mismos, y en preciosos vehículos propios de un museo. Vienen vestidos al modo de la época y con espíritu festivo, rememorando los buenos tiempos de la “Belle Époque”. Cartagena se viste de gala para la VIII Muestra Modernista y la Numantina tendrá un protagonismo preeminente. La comitiva, encabezada por la alcaldesa Noelia Arroyo vestida al modo de la época, se encaminó hacia los Héroes de Cavite, lugar de la llegada al esprint de la Numantina, en que Gerardo se llevó los laureles con propiedad, seguido por Carleti y Juan Deelor. Se intercambió tierra de Numancia y Cartagena y se ofrecieron los laureles en homenaje a los héroes de Cuba. Un paseo por la ciudad visitando los puntos más emblemáticos relacionados con el modernismo, movimiento que buscaba romper con el orden establecido y en especial las reglas burguesas, creando un arte que representaba la realidad como reflejo de la subjetividad y accesible a todas las clases sociales. 

La visita al Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua) fue el colofón perfecto para finalizar una completa jornada. Aún quedaría la cena de gala como broche final de la Numantina que ha unido las tierras de Soria y Cartagena, las antiguas ciudades romanas de Numantia, Saguntum y Cartago Nova con más de quinientos kilómetros y cinco jornadas de convivencia y amistad, rememorando a aquellos ciclistas de principios del siglo XX que forman parte de la memoria colectiva, verdaderos héroes de aquel Tour de Francia de 1903, del Giro de Italia en 1909 o de la Vuelta a España en 1935. Esperamos haberlo conseguido. 

Mariano Vicente, 4 de noviembre de 2023 

 



martes, 19 de septiembre de 2017

Vía Verde del Campo de Cartagena y ramal de La Pinilla a Mazarrón



¡Por fin! Ha costado dos décadas pero se ha conseguido; el consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán -presidente del Consorcio de las Vías Verdes de la Región de Murcia- inauguró el pasado 7 de agosto de 2017, junto a los representantes de los municipios implicados y al gerente de este Consorcio, la nueva Vía Verde, con lo que la Región de Murcia suma ya 145 kilómetros de estas infraestructuras. Aún tenemos pendientes algunas más como el antiguo Villena-Alcoi-Yecla (VAY), más conocido como “El Chicharra” y que enlazaba en Jumilla con el trazado del ferrocarril Jumilla-Cieza, o el tramo murciano del ferrocarril Guadix-Almendricos. 


 Pero empecemos por el principio. La Ley de los Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos se creo el 26 de marzo de 1908 y fue modificada por Ley de 23 de febrero de 1912 en la que se basa el Real Decreto de 26 de marzo de 1915 que autorizaba la construcción de la línea de Águilas a Cartagena. En el año 1928 el Plan Guadalhorce revisa el proyecto y plantea un nuevo trazado desde la Pinilla hasta Totana, descartando el tramo hasta Águilas. Hace ya treinta y tres años en un Consejo de Ministros celebrado el día 8 de febrero de 1984, se acordó abandonar definitivamente la construcción de diversas líneas de ferrocarril, entre las que se encontraba el tramo Cartagena-La Pinilla de la línea Cartagena-Águilas y La Ley de Ordenación de los Transportes de 30 de julio derogó la Ley de los Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos de 26 de marzo de 1908.




Recuerdo que hace unos años, a mediados de los noventa, me llamo Carmen Aycart, que en aquel tiempo creo recordar era la directora de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y nos conocíamos de mi asistencia a diversas reuniones sobre Vías Verdes que se celebraban con carácter nacional, yo debía ser el único murciano que por aquel entonces le preocupaban estas cosas, pues ni siquiera el entonces gerente de la Vía Verde del Noroeste acudía a ellas. Me pidió que le facilitara información sobre el estado del trazado ferroviario entre Totana y Cartagena. Recorrí de nuevo la vieja plataforma para la ocasión, en aquel momento solo interrumpida por la fábrica de plásticos de General Electric, sugiriéndoles que incluyeran el trazado de La Pinilla a Mazarrón y también el pequeño tramo entre Águilas y el Lomo de Bas.


Hoy ya es un hecho y podemos recorrer, casi en su integridad, todo el trazado ferroviario entre Cartagena y Totana, así como el ramal de La Pinilla a Mazarrón. Nosotros dispuestos a no perdernos la ocasión tomamos ayer -18/09/2017- un tren a primera hora de la mañana en la estación del Carmen hasta Cartagena. Antes de la nueve desayunábamos tranquilamente en un bar frente a la estación preocupados por cual sería el mejor trayecto hasta conectar con la nueva vía verde. Dibujamos un recorrido lo más cercano posible al abandonado trazado que Renfe sustituyo hace unos años y que atravesaba El Barrio Peral, hoy convertido en paseo. Lo conseguimos creo que razonablemente, salvo un jardín sin salida y algún bordillo incómodo. Echamos en falta algo más de información para conectar con esta infraestructura desde lugares como la estaciones de ferrocarril, autobuses, el centro de la ciudad o al final del tramo ferroviario del Barrio Peral, donde por casualidad y porque en recorridos anteriores habíamos pasado por allí, descubrimos unas señales metálicas con las flechas características de las vías verdes que incomprensiblemente nos inducían reiteradamente a introducirnos por dirección prohibida. El recorrido puede ser funcional para los peatones, pero no así para los que vamos en bicicleta.



Comenzamos a transitar por el antiguo trazado en Los Dolores al que accedimos por la barriada de San Cristobal. El firme, que en la ficha de víasverdes.com figura como "zahorra compactada con polímero" a mi, que no entiendo mucho de estas cosas, me pareció simplemente tierra compactada, dando la sensación en algunos lugares, en caso de lluvia, que sería complicado transitar por ella. Por lo demás el firme esta lo suficientemente liso para circular en bicicleta con comodidad. El trazado es seguro, pero tiene muchos cruces en los que hay que extremar la precaución, se han habilitado áreas de descanso, creo que unas doce, en las que se han plantado, al igual que a lo largo del trazado, plantones de algarrobos y pinos, lo malo es que habrá que esperar unos años para disfrutar de su sombra.


A lo largo del recorrido se han resuelto de forma satisfactoria algunas de las ocupaciones, que yo considero ilegales, pero otras siguen sin resolverse, como la de alguna finca o el entronque con el trazado tras pasar bajo la carretera de Alhama a Mazarrón. Tampoco vemos muy claro, salvo por seguridad, que la señalización te aleje de su final natural en la estación de ferrocarril de Totana para dirigirse al centro de la población.



Tras un par de horas de pedaleo, y superar la industria de plásticos, llegamos a Fuente Álamo y no podíamos dejar pasar la ocasión de probar las famosas "punticas" -trozo de baguete con un filete de vacuno- de la cafetería La Leyenda. Reanudamos la marcha teniendo que sufrir la irracionalidad de algunas ocupaciones, especialmente la de la finca situada en en el paraje de la Loma a la que la vía cruza por su centro. No puedo llegar a entender el afán de su dueño por impedir el paso. La Vía lo soluciona rodeándola sobre el canal del Taibilla. En la Pinilla, nueva "parada y fonda" en el bar de los mayores de la localidad, en esta ocasión nos conformamos con unas marineras y unas buenas jarras de cerveza ya que el calor empezaba a dejarse notar. Quiero desde aquí hacer una sugerencia al Consorcio para que se "potencie" una mayor interacción entre la Vía Verde y las localidades por las que pasa.


En el cruce tomamos la plataforma de la izquierda para dirigirnos a Mazarrón, este tramo tiene alguna pendiente que no son propias de una vía verde, especialmente en sentido inverso. El culpable; la misma Administración, que se "cargo" el antiguo trazado con la construcción de la RM-3 y alguna urbanización que se empeña en separar en lugar de integrar. Este tramo entre Mazarrón y la Pinilla formaba parte de un ambicioso plan de Defensa Nacional que consistía en unir por ferrocarril los arsenales navales de San Fernando en Cádiz y Cartagena para que no quedaran incomunicados en caso de asedio marítimo. Legamos al final de la vía verde bajo los calidoscópicos detritus mineros, pero antes de la vuelta nos dirigimos hacia la población bajo la atenta mirada de viejos castilletes y derruidas construcciones hasta la plaza, donde no podía ser de otra manera, terminamos en el bar Luis degustando unos calamares con tomate.   


Ya de vuelta, costaba subir bajo el Cabezo Negro, para recuperar la plataforma de la vía verde que también pica para arriba, y no, no es por la cerveza. Pronto entramos en las últimas trincheras protegidas por gaviones de nueva construcción, hasta enlazar con el tramo principal por un atajo perfectamente señalizado. Nos llevamos una desagradable sorpresa, cuando tras pasar bajo la RM-23, no podíamos incorporarnos a la vía verde por lo que sería el recorrido natural. De Totana en dirección Cartagena, al llegar a la valla de la carretera, la plataforma termina abruptamente contra la misma. Nosotros la recuperamos por donde siempre, a través de la vía pecuaria. La estación del Romero se presenta ante nosotros, ahora toda vallada para impedir el acceso y que alguien se lesione pues se encuentra en ruina. Hacemos unas fotos y emprendemos la larga y horizontal recta  que se abre ante nosotros a través del paisaje protegido de los Saladares del Guadalentín, que prácticamente nos dejara en Totana. Despreciamos las flechas,  que caprichosas, se dirigen al puente que libra las vías de la línea de ferrocarril de Murcia a Lorca, nosotros seguimos la vieja plataforma ferroviaria que nos ha traído hasta aquí y que nos deja junto al anden del ferrocarril actual.


Mariano Vicente de Haro, 19 de septiembre de 2017


el track...           algunas fotos...