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sábado, 18 de julio de 2015

El Río Segura catorce años después; a modo de resumen



El recorrido realizado; totalmente ciclable, ha sido duro, muy duro, no por el perfil o el terreno, sino por el calor. Hemos soportado temperaturas superiores a los 48º y que ya desde primeras horas se dejaba notar. Solo tuvimos problemas con el agua en un par de ocasiones, principalmente por ser lunes y estar casi todo cerrado. La primera, una vez pasada la fuente de los Cuatro Caños, dos o tres sitios que encontramos estaban cerrados. Hubiera sido sencillo desviarnos hasta La Graya, pero no lo hicimos. La segunda en Salmerón, todo cerrado, en una casa particular preguntamos por el bar y al estar cerrado o no haber, no estoy seguro, nos ofrecieron agua.

Hemos circulado tanto por asfalto como por caminos de tierra, estos últimos en general en buen estado, con algún tramo roto pasado el cortijo del Almired. También en esta zona una finca ha desviado el camino a su alrededor, junto a una valla y la siguiente creo que el Cortijo del Rincón Grande, lo ha cortado directamente, con un caballón de tierra y a continuación una pequeña valla. Labrado y transformado en una moderna plantación de olivos, no sabemos cuál puede ser la mejor alternativa. El resto del recorrido no ofrece dificultad alguna, ni de piso ni de orientación.

A la altura del Hondón, -Pasado el embalse del Cenajo- hay que abandonar la margen derecha del río Segura y subir al collado entre las sierras de Cubillas y de Pajares. Se nos presentan dos opciones; una avanzar hacia la sierra de Pajares y bajar de nuevo al río, para cruzarlo por un pequeño puente de cemento hacia El Maeso y las Minas. Otra bajar hacia Salmerón por la Cañada de Mobarque. Solo en invierno, cuando el río baja con el caudal ecológico se puede cruzar por un vado, en el azud del que parten las acequias del Maeso y Minas.

Pasado Calasparra podemos tomar la margen izquierda hacia Cieza o subir, como hicimos nosotros, por la solana de la Sierra del Molino y el pantano de Alfonso XIII.

A lo largo del recorrido existen multitud de establecimientos de hostelería, tanto en las poblaciones por la que pasamos, como en otros lugares del camino. Por lo que no hallaremos grandes dificultades para comer, avituallarnos o dormir si nos apetece. Nosotros pernoctamos en Yeste, Calasparra y Murcia.

Antonio ha realizado el recorrido con una bici eléctrica. Ha transformado su specialized epic a eléctrica, ha sustituido su rueda trasera por otra con motor. Un par de baterías aseguran una autonomía suficiente para el recorrido diario. En realidad con una ha resultado suficiente para la jornada. El contratiempo más importante; un pinchazo.

Algunos datos:

Integrantes:

Matías Martín Gil
Antonio Máximo
Jesús Torrecillas
Mariano Vicente

Kilómetros totales: 286
Desnivel+: 4.686 metros
Desnivel-: 6.051 metros
Media: 13 Km/h.
Altura máxima: 1.608 metros
Altura mínima: 44 metros

Yeste:
Hotel Yeste 967 431 184 (Yeste)
Calasparra:
Camping Los Viveros (Piscina) 968 73  58  89/ 657  94  17  50 (Calasparra)
El Cañar:
Poyo del Cañar –Socovos (Albacete)
902 006 389 / 292 551 257

viernes, 8 de febrero de 2013

Río Quipar



La escarcha blanquea en las cunetas y el indicador luminoso del tablero parpadea indicando una cifra inferior a los cero grados. Estamos en la Almudema, comienzo de nuestro viaje. Queremos seguir el Quipar, el Al Quipir de los árabes. Este pequeño río, afluente del Segura, se forma por la confluencia de las ramblas que drenan por el sur el macizo de Revolcadores y la sierra del Mojantes. Discurre, placido, entre los campos de Caravaca, formando estrechas e intrincadas formaciones de olmedas, alamedas, choperas y saucedas, acompañadas de cañaverales, juncales y zarzales.

Aparece La Encarnación y el Estrecho, fascinante vado del Quipar y paso obligado en las comunicaciones entre la Alta Andalucía y el Levante desde los albores de la historia. En un cerro cercano, se hallan los restos de uno de los templos romanos más importantes del occidente mediterráneo. Pero hay más; restos argáricos en la Placica de Armas, ibéricos en los Villares, musulmanes en la Cueva del Rey Moro, e incluso algún neandertal en Cueva Negra. 

El viejo camino que lleva a la Cañada de las Cuevas y al Rincón de la Bernala, está cerrado. Nuevos terratenientes de hoy, muy modernos ellos, se comportan como caciques de antaño. Cierran caminos a su antojo, vallan y prohíben, sin respetar nada ni a nadie. Regresamos para continuar por el camino de Lorca a Cehegín, casi el único que aún está abierto.

Confluimos con nuestro compañero en la cañada de las Zorras, igual que lo hace la vereda real de Moratalla y el canal del Taibilla, bajo los contrafuertes de la sierra del Quipar. Poco antes, nos encuentra Juanfra, ciclista de Cehegín, que generosamente se ofrece a guiarnos y dejarnos en el buen camino. Aceptamos y nos lleva a través del camino del Taibilla a cruzar la autovía del Noroeste. Cehegín, se afana a la sombra de Peñarrubia. Contemplamos la belleza de su caserío, dominado por las torres de santa María Magdalena y la Purísima Concepción.

Cruzamos la autovía bajo los cerros de la Cagueta hacia el cerro de la Fuente del Abad, que bordeamos por el sur, buscando la Vía Verde del Noroeste (GR-250). Descendemos hacia las ruinas de Begastri, para desviarnos hacia la carretera del Chaparral por las inmediaciones de la ermita del Escobar.
Pedaleamos por el asfalto junto a nuestro compañero, que en este tramo ha horadado las margas yesíferas del terreno formando taludes de cierta importancia. En el cauce lo acompañan cañaverales, juncos y zarzales en intrincada maraña.

Pensábamos comer en El Caparral, pero el bar está cerrado. Desolados, buscamos la población de la Copa. Aquí sí. Hermoso bocadillo de sabroso tocino al que acompaña helada cerveza.

Nos introducimos por una pista de negra arena. Transcurre por uno de los paisajes más apartados del Noroeste regional. Tierras situadas al Este de Cehegín, limítrofes a los campos del Cagitán. Pasa por antiguas explotaciones mineras y pueblos abandonados. Yacimientos agáricos en la Cabecica del Trigo, magnifico emplazamiento fácilmente defendible, de escarpadas laderas y cercano a abundantes cursos de agua (Arroyo Hurtado, Río Quípar, Fuente de la Carrasquilla). En el collado, un magnífico espectáculo. Se abre ante nosotros los llanos del Cagitán con el pináculo del Almorchón en su centro. Rodeados de norte a sur por las sierras del Molino, del Oro y Ricote.

Almendros en plena floración hermosean los campos. Viejos edificios nos hablan de antiguas y decadentes costumbres sociales. Son los Baños de Gilico o San José en funcionamiento hasta mediados del siglo XX, alberge de carreteros y trashumantes, hoy explotación ganadera.

Nuestro compañero recorre sus últimos metros antes de remansar sus aguas en el Pantano de Alfonso XIII, ya en tierras de Calasparra. En las colas, prospera un denso tarayal, sustituido por carrizal en las zonas inundadas, habitad de buena cantidad de anátidas y fochas, garcetas, cigüeñuelas y Martinetes e importante área de invernada para el cormorán. 

Mariano Vicente febrero de 2013

Río Quipar
63.250 km Dificultad: Baja
Desnivel+: 578 m//Desnivel-: 1.050