Han sido 1200 km por autovías y carreteras, algunas con la anchura justa para pasar un coche, para hacer poco más de 45 km en bicicleta. Hay que estar un poco loco. Porque si no, no se entiende. Nos pasa por beber en abundancia de ese delicioso cóctel del ciclismo clásico, compuesto por un chorrito de locura, un buen chorro de pasión por esas viejas máquinas que se resisten a oxidarse en el garaje, unas gotitas de ilusión, otro buen chorro de compañerismo y, porqué no, unas gotitas de suerte, bien agitado, no mezclado, para que todo funcione bien.
En este caso el cóctel es la IV Zeus-Boletus en San Leonardo de Yagüe, Soria. Se trata de una marcha de ciclismo clásico convocada por el club Zeus. La cosa tiene su intríngulis, porque la tarde anterior se va a coger boletus. El boletus, a mí me enseñaron uno, por cierto el único que vi, es una cosa de aspecto fálico con la cabeza de color ocre que se oscurece hacia el centro y un pie de color lechoso. Lo importante es que “esto” sea blanco -me dicen-. “Esto” es el himenio, cosa que he descubierto ahora en Internet que es la parte de debajo d la cabeza y creo que se corresponde con los órganos reproductores del interfecto. Y allá vamos. Nos sueltan en medio del monte, navaja en una mano y cesta de mimbre en la otra. Esto de la cesta de mimbre creo que es algo importantísimo para la reproducción de la especie, les debe gustar un montón montárselo en la cesta. Claro que para eso habrá que encontrarlos primero. Y ahí estoy yo, hurgando como un cochino al rededor de los pinos, y nada. Si encontraba algo no se parecía ni por asomo al famoso boletus, y claro como no tengo ni puñetera idea sobre setas, no me atrevía ni a tocarlas. Por fin perece que la suerte me sonríe, entre dos pinos encuentro algo que se parece al boletus y había más de una docena. Pero no, no eran boletus, o por lo menos eso creo, tenían la “cosa” en lugar de blanca, amarilla, así que mejor dejarlos. Total, que después de una “panza” de andar monte arriba y monte abajo, decido dejarlo y regresar a los coches. Y aquí viene la segunda parte de la historia. Dónde coño están los coches. Trato de orientarme. Sigo en dirección a un arroyo y poco tiempo después, en el silencio de la espesura, escucho un sonido familiar que me alivia. Es el motor de un coche. Me oriento por el ruido hasta que encuentro la carretera. Por fin a salvo. La próxima vez me traigo el GPS.
Como decía al principio hay que estar un poco loco para irse desde Murcia hasta San Leonardo de Yagüe para montar en bicicleta, y a demás para hacerlo en una clásica un domingo por la mañana. El sábado, llegue al hotel con el tiempo justo para comer y salir al monte -junto al resto del equipo- a por boletus. Para mí un total desastre, ni los vi. La cosa mejoró a la hora de la cena. No conté los comensales, pero entre participantes y acompañantes superaríamos los 50. Como estaba cansado no me quede a la fiesta retro de después. Mientras espero el ascensor, se abre la puerta y aparece Carlos ataviado de pajarita, chaleco y gorra. Me dieron ganas de quedarme. Pero estas fiestas las carga el diablo.
La mañana del domingo amanece fresquita, unos 3 grados, y uno no sabe que ponerse, más cuando a medio día se superaran los 25. Me decido por una camiseta interior afelpada y un maillot de manga larga aunque después me cueza. Nos concentramos todos los participantes en la puerta del hotel en espera de la salida, cosa que se hizo sobre las 9.30. Nos dirigimos hacia la antigua estación de ferrocarril de San Leonardo, perteneciente a la inconclusa línea Santander-Mediterráneo, hoy convertida en Vía Verde. Es aquí donde comienza realmente recorrido. El piso, de gravilla gruesa, puso en apuros a más de uno y provocó no pocos pinchazos. Yo afortunadamente la pasé sin novedad, salvo un poco de frío en las manos. Las bicicletas eran muchas y variadas, algunas en un perfecto estado de conservación que no me atrevo a valorar. No soy el más indicado, más cuando pedaleaban a mi lado verdaderos expertos que con solo un vistazo te dicen; la marca, el año y hasta el operario que las soldó. Esta Vía Verde comienza en Soria y termina en Hontoria del Pinar, ya en la provincia de Burgos. Nosotros, en un primer momento hicimos un tramo de unos 15 km desde San Leonardo en dirección Soria hasta un viejo cargadero, la estación de Pinar Grande, donde sustituimos el trazado ferroviario por una pequeña carretera. Pedaleamos rodeados de un denso pinar contra el que luchan las carrascas para abrirse paso. En los claros, alguna encina, apenas una mota a la deriva en un mar de pinos.
Describimos un gran arco en el sentido opuesto a las agujas del reloj hasta introducirnos por el pequeño valle del río Ebrilla, al que abandonamos casi enseguida, para “divertirnos” con unos buenos repechos, algunos realmente duros, que nos llevan al Mirador de Peña Gorda, donde estaba preparado el tentempié. Es un bonito lugar, con una gran explanada en la que hay un refugio y hacia el norte un pequeño alto desde el que se puede contemplar gran parte de la provincia de Soria, adivinándose al norte los Picos de Urbión. Hasta él subimos en anárquica procesión al son de dulzáinas y tambores tras dar habida cuenta de todo cuanto en la mesa había y no era poco, torreznos incluidos. Por el sur, cierra el paisaje la sierra de Cabrejas.
Repuestos tras el condumio, volvemos sobre nuestros pasos y nos dirigimos hacia Navaleno donde retomaremos de nuevo la Vía Verde. Ahora este tramo se hace más liviano -pica para abajo- que esta mañana. La casualidad hace que pedalee a rueda de unos grandes exprofesionales como Iñaki Gaston, Andoni Balboa y Santiago Portillo, lo que provoco que llegáramos adelantados sobre la hora prevista al hotel Manrique de Lara en San Leonardo de Yagüe, final de etapa. Una ducha y a comer con los compañeros. Durante estos días, se crean complicidades, se urden tramas para asistir en grupos mas o menos numerosos a próximas citas, y sobre todo se disfruta de los viejos amigos y se hacen algunos nuevos. Ya solo restan las despedidas y las promesas de regresar el año que viene.
Mariano Vicente, 6 de octubre de 2019
Mariano cada día te veo mejor siento mucho no poder asistir a esta vuelta ferroviaria tengo un compromiso y me voy a Valencia vale lo siento
ResponderEliminarEspera a que tengas la libertad de la jubilación, a ver quien te para.😘
ResponderEliminarGran relato Mariano, eres un crack
ResponderEliminarMuchas gracias amigos...
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