Hoy jornada marmenorense. Ayer coincidí en Alquerías con un
miembro de la Asociación Amigos del Belén San Javier y su recomendación fue: no
dejes de visitar los de San Javier; te gustaran. Y como bien mandado que soy,
hoy me he plantado en San Javier. He comenzado por el Belén de España, uno de
los más grandes de Europa con 500 metros cuadrados plantado en la Plaza de
España. Este amigo tenía razón, es bueno, y todas las figuras son de un único
artesano; Jesús Griñan.
El siguiente ha sido un belén de estilo napolitano, aquellos
en los que se inspiro Salcillo a finales del XVIII, propiedad de Jesualdo
Riquelme abuelo de la Marquesa de las Almenas y Corvera, propietaria de un
palacete donde hoy se alza el Ayuntamiento y que contiene nuestro belén
napolitano.
En el templo parroquial de San Francisco Javier se encuentra
la XI Exposición de Navidad constituida por pequeños y no tan pequeños,
montajes belenísticos y dioramas de diversas tendencias que nos han dejado un
buen sabor de Boca.
Lo mejor de la mañana ha sido la visita al belén marinero de
Santiago de la Ribera una magnifica representación costumbrista del entorno del
Mar Menor. Numerosos detalles nos harán reconocer, casi de inmediato costumbres
y tradiciones populares representadas con mimo, una amplia galería de tipos
humanos, con retratos increíblemente realistas en acciones y trabajos
cotidianos que son una verdadera orgia para los sentidos.
Es la hora de comer que solventamos en un restaurante típico
de la zona. Resuelto lo del condumio nos acercamos hasta el centro comercial Dos
Mares donde contemplaremos un coqueto belén al más puro estilo popular. Genial
el grupo de la señora embromada por los chiquillos y que cae rompiendo toda la
cesta de huevos. Perfectamente representados, hasta es posible contemplar la
humedad que produce la clara al desparramarse por el suelo.
Un poco más nos costó encontrar el belén de Agrícola la
Grajuela, ubicado en el centro cívico entre campos de labor. Belén costumbrista
donde faenas y utensilios agrícolas están perfectamente representados. Dos
detalles me impactaron de manera especial; uno una gallina en un cesto con sus
huevos; simplemente genial. Desde la textura de las plumas al color de los
huevos el artesano ha conseguido transmitir vida y naturalidad; hay que verla.
De otra; el detalle de esa sartén en grupo de la Anunciación de los Pastores
con unos huevos el plena acción de fritura.
De noche y algo saturados decidimos saltarnos el belén del
Mirador que prometemos visitar en una nueva ocasión y regresar a la capital,
nos esperan otros cuatro belenes, pero eso ya es otra historia que espero poder
traer aquí próximamente.
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