Quedamos José Luis y Juan Bautista y yo para hacernos una salida
por el Río. Como pensábamos llegar a Archena, unas dos horas y media, más el
almuerzo y el regreso, quedamos temprano.
A las ocho y media ya estábamos sobre la bicicleta y comenzamos a
pedalear en dirección a la Universidad. Nuestra intención ver el avance de las
obras de la vía verde entre Murcia y Alguazas, y la verdad es que esta “casi”
terminada (ver fotos).
Lo más complicado de la vía verde es llegar hasta ella, a pesar de
los carriles-bici, o quizá por ellos, no es fácil atravesar la ciudad, tema aun
por resolver, a pesar de que llevamos ya algunos años con él. Seguiremos
esperando.
A la vía ya solo le quedan algunos retoques y pronto podremos
circular por ella sin obstáculos hasta Alguazas. En realidad, ya se puede
circular por ella, solo algunos puntos conflictivos hasta el puente sobre el
Segura, que esta sin acabar.
De estas salidas por el río hay dos cosas que detesto; esas nubes,
espesas, pero casi imperceptibles, formadas por millones de diminutos
mosquitos, y la otra que los lagartos se dejen las cantimploras por cualquier
parte.
Una grata sorpresa nos esperaba en el tramo cercano al Río Muerto. Es nuestro amigo LuisChorques, recuperado ya de su lesión, con su nueva y espectacular máquina de
29´. Felicidades Luis.
Ya en Archena, buscamos el bar el Carríl, no es cuestión de andar
deshidratado por esos mundos de Díos. Ya en el local, pedimos a una hermosa
joven, que nos hiciera y se hiciera con nosotros una foto, como es lógico
accedió a lo primero y se negó en rotundo a lo segundo. Que mal llevamos los cincuentones
lo de ser transparentes para la señoras de menos de cuarenta. Qué le vamos
hacer, son cosas de la edad.
Regresamos hasta más allá de Molina por la margen izquierda y
cruzamos a la margen derecha por un coqueto puente sobre el Segura. Llegamos a
la juntas con el río Mundo Mula (gracias Julío), para recorrer parte de su margen izquierda hasta la
altura de la Torre Vieja y luego la derecha, cosa que volveremos a hacer al llegar
a la desembocadura de la rambla Salada.
La Contraparada , esa vieja conocida, lugar de juegos y aventuras infantiles,
estaba estupenda, brillando al sol del medio día. Los años no parecen pasar por
ella. Se ha hecho una buena labor con el entorno, y las dos pasarelas de nueva
instalación facilitan enormemente el paso entre ambas márgenes del río. Con la
nueva reforma, por fin es accesible el carril-bici. Han colocado una pasarela
que elimina la necesidad de utilizar las viejas escaleras.
Murcia nos espera; al fondo, entre meandro y meandro, se deja ver la
torre de la catedral. Del terreno suben abrasadores vapores, solo disipados en
parte por la propia velocidad que llevamos, son ya más de las dos de la tarde y
el Sol aprieta lo suyo.
Mariano Vicente, setiembre de 2011.
Para mi también fue una grata sorpresa encontrarme contigo y tus amigos.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, espero que volvamos juntos a hoyar kms y kms con nuestras bicis.
Bonito repaso del Segura, que cada día está más guapo.
Te tomo la palabra. Será pronto...
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