domingo, 24 de noviembre de 2019

Del Puerto de Mazarrón a Castillitos




Es domingo y mi mujer esta empeñada en ir al Puerto de Mazarrón, a darse una ración de mercadillo. A ella le encanta, pero a mi no tanto. La verdad es que es un mercado grande y bien surtido donde uno puede pasar la mañana de lo más distraído, pero que quieren que les diga, prefiero pasar la mañana haciendo otro tipo de cosas, leyendo la prensa en una terraza mientras desayuno. Pero mi esposa, como mujer, inteligente, dijo las palabras mágicas: porque no te llevas la bici. Y lo que iba a ser una aburrida mañana de domingo se transformo en algo totalmente distinto, una excursión a un paraje precioso; Castillitos.



Ya en el Puerto de Mazarrón, monto la bici y comienzo a pedalear. Son la 11,30 y la la temperatura es relativamente alta, unos 20 grados, que no esta nada mal para estar a finales de noviembre. Hace algo de viento del noroeste pero no molesta demasiado y menos ahora que viene de espaldas. Salgo por el paseo marítimo, utilizando el carril bici que me saca del puerto y me deja en la carretera de Isla Plana. Circulo junto al mar en un constante sube y baja que no cansa demasiado. Hay algo de tráfico, pero no agobia. Disfruto de unas preciosas vistas sobre el mar. Pasado Isla Plana y el cruce de la Azohía, la carretera se empina, tengo enfrente el temible Cedacero que hoy no subiré. Pasado poco más de un kilómetro tomo el primer cruce por la derecha hacia Campillo de Adentro, tengo que superar el pequeño collado de los Ballesteros con porcentajes que superan el 6 por ciento. Superarlo nos depara unas preciosas vistas del pequeño valle de Campillo de Adentro en la diputación cartagenera de Perín. 



Descenso vertiginoso en el que me zarandeará un asfalto algo rugoso. Pasada la rambla, comienza la subida. En esta ocasión, aun corriendo el riesgo de que me dé la ciática, voy hacer una prueba; intentaré subir con un desarrollo fuerte, un 50x27 que es lo más parecido que puedo poner para “simular” el desarrollo de las clásicas. Esta en el tintero esta ruta para realizarla con los amigos retrociclistas. Ha sido duro, pero he logrado subir. Definitivamente se puede hacer con una clásica; eso sí, sufriendo mucho. 



Poco a poco y disfrutando de unas fantásticas vistas de la bahía de Cartagena voy cogiendo altura. Ahora, ya cerca del collado, es la bahía de Mazarrón la que me proporciona esas vistas. Descendemos, cala Salitrona hasta a nuestros pies, Castillitos enfrente. Desaparece el asfalto sustituido por gruesa grava hasta alcanzar las baterías superiores. Los Vickers, ingleses ellos, tienen un calibre de 38,1 cm, un ánima de 18 metros y un peso de 88 toneladas. Eran capaces de lanzar un proyectil de casi una tonelada a más 35 kilómetros de distancia y lo hacían con una velocidad de 762 m/s. y una cadencia de un disparo por minuto. Junto a la batería hay una serie de edificaciones, unas al aire que en su cara de tierra presentan el aspecto de pequeñas fortalezas, y otras subterráneas; sala de máquinas, chillera de proyectiles, depósitos de pólvora, cámara de carga y almacén de repuestos, y otras semiocultas a la observación desde el mar como los puestos de mando telemétricos.



Nos hacemos las fotos de rigor, sería una verdadera herejía no hacerlo, y nos darnos la vuelta regresar sobre nuestros pasos, y aunque sea el mismo recorrido nos espera alguna “sorpresa” al hacerlo en sentido inverso. Casi todo es bajada, pero el último collado que pasamos, desde este lado también presenta un buen desnivel y el de Ballesteros el primero que superamos a la ida y que no supero el 6 por ciento, ahora nos espera con unas rampas que se acercan al 10 por ciento.



Mariano Vicente, 24 de noviembre 2019 

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