jueves, 22 de junio de 2017

200 Millas 2017 Jornada 2: Nerpio-Murcia



A las ocho estábamos desayunando, unas tostadas, alguna magdalena y unos cafés es cuanto necesitamos para ponernos en marcha. Anoche nada más llegar y tras la ducha lavamos la ropa y la pusimos a secar para hoy, no es cuestión de traer mucho equipaje. Chanclas, camiseta y pantalón para estar presentable en la cena, cepillo de dientes, crema para el sol y poco más. El hostal Los Nogales es al Nerpio en tiempos modernos lo que la fonda fue en tiempos pretéritos, pregunto por las perdices escabechadas y me llevo un disgusto: ya no se hacen -me dice la propietaria-, lo que si se sigue haciendo es el lomo de orza. Cenamos abundante y rico y pronto nos fuimos a dormir, estábamos cansados, muy cansados, la distancia, el desnivel, pero sobretodo el calor nos habían castigado de lo lindo. Nuestras compañeras a buen recaudo en un almacén aledaño.



Hemos escogido para la vuelta el camino de Moratalla por el Campo de San Juan, después será el Segura el que nos lleve hasta casa. Salimos por la carreterilla de las Bojadillas, para mi mucho más bonita que la tradicional del pantano, incluso me atrevería a decir que también es más suave. A esta hora se pedalea a gusto; el sol, aún bajo, no molesta demasiado. Llegamos a la rambla de la Rogativa que cruzamos mojando las cubiertas, no hay puente y el agua salta por encima de un vado de cemento. Entramos sin solución de continuidad en el desfiladero que forma el Calarico del Hambre y el Arroyo Tercero para cruzar otro vado en el que el agua pasa por unos tubos a modo de puente. Salimos a la carretera que nos llevará en constante subida hasta el Sabinar. El campo de San Juan nos recibe pleno de fragancias con sus plantaciones de aromáticas, de pedaleo fácil hasta que tienes que abandonarlo a la altura de la presa de La Risca, comienza aquí un pequeño puerto, algo engañoso, que te hace esforzarte más de lo te gustaría. Superado, entras en el Campo de Bejar y sales por otro puerto; el de Los Álamos, que por esta cara es mucho más sencillo que por el lado de Moratalla. Descenso enlazando una curva tras otra, llegando al vértigo, sin apenas tráfico, hasta entrar en el pueblo. Nos detenemos en una terraza orientada al norte del primer bar que encontramos. Parada y fonda.



De Moratalla a Calasparra apenas es un paseo, pero ya comienza a dejarse notar el calor. El sol es un disco blanquecino como de metal fundido que amenaza con derretir el asfalto. Pasado Calasparra enfilamos la carretera de Jumilla hasta la Venta Reales, donde nos desviamos a la derecha hacia Cieza, este tramo junto al recorrido por el valle del Segura será lo más duro de la etapa, no por los desniveles, sino por el calor. Aquí se dejara notar en toda su extensión, al aire pesado y caliente le cuesta entrar en los pulmones, bebes pero no sirve de nada, la boca seca, pastosa, la lengua empeñada en solidificarse con el paladar y tu chupando el bote a cada instante, pero todo sigue igual. Por eso paramos antes de entrar en Cieza, y por eso nos pedimos pulpo al horno, salpicón de marisco, croquetas, rulos de queso y beicon, cerveza, mucha cerveza, que si hay que sufrir se sufre, pero que nos quiten lo “bailao”. De la Perla del Segura en adelante entramos de lleno en el Valle del Segura; Abarán, Blanca, Ojós, Villanueva, Archena, se suceden una detrás de otra como si fueran todo una, con la mente más pendiente del calor, del cansancio que de los lugares tan maravillosos por los que estamos transitando. En casa, viendo las fotos, la verdad es que me sorprendo, no recuerdo cuando las hice, debía de pedalear como un autómata.



Paramos en Molina, en el bar que hay junto a la vía verde, en la ermita de la Consolación, pero con tan mala suerte que estaban cerrando y solo pudimos comprar cuatro botellas grandes de agua bien fría, una por cabeza. A partir de este momento nos planteamos el camino más corto, ¿la vía verde? Sí, allá vamos.


Murcia, 17 de junio de 2017

el track...               algunas fotos...

1 comentario:

  1. Genial, más fácil leerlo que debió ser ciclarlo. Un abrazo. Paco Marzal

    ResponderEliminar

Gracias por visitar este blog. Si le apetece puede dejarme su comentario.