miércoles, 26 de octubre de 2022

Vías Verdes del Zafán, Tierra Alta y Bajo Ebro

 

Vía Verde de Val de Zafán, Tierra Alta (Terra Alta) y Bajo Ebro (Baix Ebre)

Desde tierras de Teruel hasta el Delta del Ebro, más de 100 kilómetros por esta vía verde que utiliza la vieja infraestructura ferroviaria que unía La Puebla de Híjar con Tortosa, buscaba dar salida al mar de los productos agrícolas aragoneses y al carbón de las cuencas mineras turolenses. Tuvo una vida efímera, apenas 30 años a pleno funcionamiento. A las obras les dio el pistoletazo de salida el propio Alfonso XII en 1882 inaugurándose el primer tramo de la línea entre La Puebla de Híjar y Alcañiz en 1895, aunque no sería hasta 1942 que llegaría a Tortosa. El derrumbamiento del túnel de Bot en 1973 dio la excusa perfecta al estado para su clausura dada su baja rentabilidad.

Este interesante recorrido nos ofrece un agradable y enriquecedor vieje por un variado catálogo de paisajes salpicados de túneles, viaductos y monumentales pueblos. Desde Alcañiz a la estación de Valdealgorfa, es un recorrido de tráfico compartido, la verdadera vía verde comienza aquí y llega hasta Tortosa. Cambia de nombre según pasa de una comarca a otra. En Arnes-Lledó se llama de la Terra Alta y en Pinell lo hace como del Baix Ebre. Al principio discurre entre cultivos que delimitan lomas y barrancos, hasta desembocar en el valle del río Matarraña, cerrado por el macizo de los Puertos de Beceite. Desciende desde Cretas hasta el río Algars, límite entre Aragón y Cataluña, para introducirse en un laberinto de túneles y viaductos que atraviesan la sierra, para adentrarse en el valle del río Canaletes hasta desembocar en el Ebro. El recorrido nos deparará espectaculares hitos como las Rocas del Benet, el valle del Matarraña, el santuario de Foncalda y el propio río Canaletas, o pueblos como Alcañiz, Valderrobres, Torre del Compte, Cretas, Arnes u Horta de Sant Joan.
 
Primer día: De Tortosa a Valderrobres

Lo previsto; era hacerla en sentido descendente, de Aragón a Cataluña, pero por vicisitudes varias, sobre todo un fuerte golpe en las costillas camino de Frula, y el ofrecimiento de un par de compañeros para hacerla juntos, deriva en hacer el recorrido al revés, en sentido ascendente, entre Tortosa y Valderrobres. Yo quería dejar el coche en Alcañiz o Valderrobres, “bajar” hasta Tortosa, hacer al día siguiente el Delta del Ebro para regresar en autobús a por el coche. La decisión final fue: Nada de autobús; subimos y al día siguiente bajamos. Como llegaremos pronto, nos vamos para casa.

Llegamos a Tortosa en una noche cálida y tranquila, con el tiempo justo para ir a cenar, nos alojamos en un hotel (Tortosa Parc), cerca del comienzo de la vía verde y nos tiramos a la calle buscando algo para cenar y lo encontramos muy cerca del hotel, Bokatines creo que se llama el local y sí; como su nombre indica, cenamos a base de pequeños bocadillos que estaban muy ricos.
Sobre las ocho y media estábamos preparando las bicis y antes de las nueve ya estábamos pedaleando. Buscábamos un local para desayunar, pero nos encontramos antes con el rojo puente con el que la vía verde salva el Ebro, y como un imam nos atrajo hacia él, adiós desayuno. Seguimos con la esperanza de encontrar algo en Aldover. La vía se dirige hacia Roquetes, puerta del Parc Natural dels Ports.
 
Aldover; en la misma estación, un local abierto con café y unas brasas sugerentes para el medio día. Quizá mañana sea una buena opción. Estamos en el kilómetro 9 de lo que se llama vía verde del Baix-Ebre, 26 kilómetros de piso con tratamiento asfaltico entre Tortosa y El Pinel de Brai. La vía trascurre junto al Ebro y habremos de pasar la nada despreciable cifra de 19 túneles.
Donde la anchura del valle lo permite, la huerta se adueña del terreno, en las partes bajas prosperan naranjos y mandarinos, en las altas, las viñas se intercalan con los olivos. Junto a estaciones y otras pequeñas construcciones ferroviarias son frecuentes las higueras.

Uno de los primeros hitos importantes de la ruta será la población de Cherta dónde lo que más llamó nuestra atención fue, el limógrafo de azulejos que señala las avenidas del Ebro en la fachada principal de la iglesia. La más grande superó los 10 metros y sucedió el año 1787. En la rehabilitada estación, con letras azules sobre azulejos blancos se lee la palabra Cherta, hoy día, un verdadero anacronismo. Una empresa, de las que ahora llaman de turismo sostenible, tiene montado un buen tinglado con furgonetas, remolques y bicicletas, para organizar paseos guiados por la vía verde, especialmente para niños.
   
Seguimos a delante y nos encontramos con una serie de túneles que darán acceso al azud de Cherta, tres kilómetros aguas arriba de la población. Importante obra hidráulica, quizá de época árabe, construida en diagonal de orilla a orilla con más de 300 metros de longitud y 6 de altura. Su finalidad, elevar parte del agua del río para derivarla hacia los canales de riego de ambas orillas. Aunque se tienen noticias fidedignas de su uso ya en el siglo XV, no sería hasta mitad del XIX cuando se terminaría el canal de la margen derecha y en 1912 el de la izquierda. Hay también una poco agraciada central eléctrica en la margen derecha.

Volvemos a los túneles que se suceden, uno tras de otro, tratando de avanzar por las entrañas de una abrupta sierra de rojizas y verticales paredes que constriñen el Ebro. En un anchurón nos dimos de bruces con la restaurada estación de Benifallet. Por desgracia con el bar cerrado, solo abre viernes, sábado y domingo. Estamos en miércoles, adiós a nuestro almuerzo. Algo frustrados, creo que este tipo de locales que utilizan antiguas estaciones deberían estar abiertos todos los días de la semana y no solo mirar por la “pela”.

A la salida de uno de los múltiples túneles nos encontramos de sopetón con el soberbio viaducto de Riberola sobre el encañonado río Canaletes, verdadera frontera con la Tierra Alta, aunque el punto oficial es la estación de El Pinell de Brai reconvertida en restaurante. Más túneles dan paso al santuario de la Fontcalda, situado en un paraje grandioso donde las aguas se abren paso entre inmensas paredes de piedra formando enormes pozas, verdaderas piscinas naturales en plena sierra de Pàndols-Cavalls. Recibe su nombre de una fuente que, a decir de las gentes, es minero-medicinal y santona. Brota a unos 28 grados de temperatura en la margen izquierda del río por lo que ha venido al pelo para montar un balneario, aunque su virgen es venerada ya desde el siglo XIV por las gentes de Prat de Conte y Gandesa.

Seguimos atravesando túneles y dejamos atrás la estación de Prat de Conte, con algunos servicios como el restaurante que indefectiblemente está cerrado. El terreno sigue siendo abrupto, con grandes barrancos que atraviesan airosos viaductos, junto a uno de estos, creo del río Canaletes, un banco de madera pintado de colorines, al parecer, es una de las creaciones del “Art al Ras”, conjunto de obras de diferentes artistas repartidas por la Tierra Alta de las que me voy a abstener de opinar. El paisaje se abre en grandes espacios conformado profundos barrancos, la vía forma un inmenso arco hasta la población de Bot, bonito pueblo con dos bares y una brasería Laia. Nos decidimos por esta última y no nos equivocamos, manitas de cerdo a la brasa y otras “marranerías”. ¡Que lo voy hacer; del marrano hasta los andares! ¡Soy culpable!

La estación está rehabilitada y se montó algún tipo de tinglado del tipo Espacios de la Batalla del Ebro o algo así. En el andén, un pequeño coche de los de reconocimiento de vía que, como la estación, también está cerrada. Creo que esto es un problema al que nos enfrentamos los jubilados al no viajar en fin de semana ¡Que le vamos hacer! El paisaje se sigue abriendo cada vez más y los cultivos empiezan a adueñarse del terreno. La siguiente estación es Horta de Sant Joan y a continuación la d´Arnes y el viaducto sobre el río Algars, límite entre la Tierra Alta y Val de Zafan, ya en Aragón.
 
Este tramo tiene una longitud de 23 kilómetros de tratamiento asfaltico y hemos superado 20 túneles, casi todos iluminados, y 5 viaductos. En el Km 20 se ubica el túnel "culpable" del cierre de la línea al derrumbarse parcialmente. Una pista esquiva el túnel por el exterior sin demasiadas complicaciones.

En la estación de Cretas decidimos abandonar la vía verde para irnos en busca de Valderrobres. Primero por un camino y después por la carretera de Cretas a Valderrobres. Pasamos el puente gótico sobre el Matarraña para entrar en la población bajo el portal de San Roque y no fuimos mucho más allá, porque el alojamiento lo teníamos en la misma plaza del pueblo, junto al ayuntamiento. Lo que hicimos esa noche y el recorrido del día siguiente lo dejo para otra ocasión.

Mariano Vicente, finales de octubre de 2022

el track...


 

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