jueves, 2 de julio de 2020

Asfalto y grava por La Pinilla y la rambla del Cañar



Esta es mi primera salida de verano en el Puerto de Mazarrón. Como me he traído la “trotona” tengo pocas limitaciones en cuanto a terreno y hoy he decidido combinar un poco de asfalto con la pista arenosa de la Rambla del Cañar. El único punto negativo de la ruta es el elevado tráfico existente ente el puerto y el pueblo de Mazarrón. Como no tengo prisa, en el pueblo paro a desayunar. Ni el café ha sido bueno, ni la tostada sabrosa. Reanudo la marcha y en la pequeña subida de la salida ya empieza a dejarse notar el calor. Tomo enseguida la desviación hacia la Pinilla y el asfalto se nota mucho más descarnado, la vía verde del Campo de Cartagena, en su tramo la Pinilla-Mazarrón, nos acompaña durante un rato. Cambia de nuevo el asfalto, pero solo durante unos pocos metros, justo los suficientes par acceder a la urbanización Country Club, se nota donde está el dinero y a quien sirve el poder. En los últimos años han proliferado este tipo de urbanizaciones pensadas y diseñadas para acoger al jubilado norte-europeo y a los hijos de la Gran Bretaña. Residir aquí les sale más barato que los gastos de calefacción y seguros sanitarios de sus respectivos países. Viven aislados, apenas se comunican con los nativos, ni siquiera entre ellos, y una gran mayoría sobrevive conservados en alcohol.



Ya no hay tráfico, la carretera se vuelve solitaria y entrañable. Se empina, el asfalto sigue descarnado, pero no molesta. Un algarrobo se despereza bajo el incipiente calor de la mañana a la sombra de la sierra del mismo nombre. Avanzo distraído cuando un gazapo salta asustado junto a mi rueda delantera, atraviesa la carretera y se esconde entre la maleza. Ahora es una bandada de perdices las que me asustan. Vuelan atolondradas en todos los sentidos, pienso que con solo estirar el brazo habría podido coger alguna. Paro junto a una higuera, está cuajada de higos, seguro que en agosto ya estarán maduros. Sigo subiendo entre cabezos, este año con una vegetación lujuriosa cuajada de flores diminutas. Algo en el centro de la carretera, en una curva al sol, llama mi atención. Son dos culebras entrelazadas en una apasionada, casi erótica danza. Sin asustarse, se retiran hacia la intimidad del matorral, en armoniosas y sincronizadas ondulaciones. Calculo que no estarían lejos del metro y medio.



Alcanzo el collado, La Pinilla se deja ver entre las lomas. Ni un solo vehículo desde Mazarrón. Foto a la iglesia de la Virgen de Luz, actual patrona del pueblo que sustituyó a la Virgen de Monserrat. Parece ser que la anterior patrona, la de Monserrat, desapareció durante la Guerra Civil y la de la Luz, resistió oculta en casa de unos vecinos, cumpliéndose el dicho popular de a rey muerto, rey puesto. El templo parece que es de mediados del siglo XIX, momento en que sustituyó a una ermita ubicada en el barrio del Fortín.



Voy en dirección a las palas, carretera con mejor asfalto y un poco más de tráfico. Supongo que comparto trazado con el antiguo Camino Real que unía Cartagena y Lorca. También es probable que esté se construyera sobre la vía romana que unía las ciudades de Carthago Nova y Eliocroca. Se viene observando en los últimos tiempos un extraño fenómeno que se repite todos los veranos. En este tramo de carretera, cuando más aprieta la canícula, dicen las malas lenguas que una señora de mediana edad, subida a un coche de alta gama, se le aparece a los ciclistas solitarios ofreciéndoles agua fresca, cosa imposible de resistir con el sofoco que se gastan por estos parajes. Se despiertan aturdidos y desnudos, con claros e inequívocos síntomas de haber abusado de ellos. El Ayuntamiento de Fuente Olmo, al que pertenece el tramo, ha decidido tomar cartas en este delicado asunto y ha solicitado a sus agentes que extremen el celo para acabar con tan luctuoso suceso. Más de una docena de aguerridos agentes de la autoridad se han presentado voluntarios para servir de cebo y acabar definitivamente con hechos tan lamentables y restituir el buen nombre de la localidad. También piensa entrar en escena el colectivo LGBTI del Paraje del Conde con una multitudinaria concentración el festivo día del Carmen y denunciar que se sienten, una vez más, discriminados. ¡También queremos participar, es nuestro derecho! Exigen.

 

Paso Las Palas, mientras los jubilados se refrescan a la sombra de lo que parece ser Ayuntamiento y centro social. Continúo hacia Tallante y se me plantea un serio dilema; entro en la venta del Buen Descanso y almuerzo, o lleno el bote con el agua de la fuente de la ermita. Difícil dilema, solo el hecho de que sea hora temprana me induce a decantarme por la segunda opción, a sabiendas de que no encontraré nada hasta Isla Plana. Me esperan fuertes rampas, aún por asfalto, hasta superar el Collado del Cruz que da acceso a la Rambla del Cañar. En frente, las paredes de las Lomas de las Carrascas, su pico Peñas Blancas (625 m) es la máxima cota de Cartagena. La Rambla del Cañar tiene la consideración de ENP (Espacio Natural Protegido por la legislación regional), ZEPA (Zona de Especial Protección de las Aves) y LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) formando parte de la red Natura 2000. Es un área de nidificación de rapaces muy amenazadas como el águila real, el búho real y el halcón peregrino.



Descendemos esta hermosa rambla, habitada desde antiguo, incluso los romanos establecieron una villa en ella debido a su curso de agua permanente, que hoy día debe estar encauzado para el riego de los invernaderos de Isla Plana, pero llegó a mover un molino e incluso fluyen a su cauce algunas fuentes como la del Parrillar, cerca de la ermita vieja (siglo XVII), hermoso paraje poblado de pinos, encinas, y álamos. Cuenta la leyenda que mientras un pastor abrevaba sus ovejas se produjo un gran resplandor y se le apareció la Virgen de la Luz, pidiéndole que levantara en aquel lugar una ermita para su advocación. Hoy hay una ermita nueva aguas arriba. Seguimos descendiendo entre baladres y cañaverales bordeando el Cabezo de la Panadera hasta salir de la rambla, entre invernaderos, junto la carretera de Isla Plana. No sé si el motivo será la primavera tan lluviosa que hemos tenido para lo que gastamos por aquí, puede que haya rellenado los acuíferos, no lo sé, pero corría el agua por el cauce, cosa que no había visto nunca en esta época del año. A esta rambla venían antaño desde toda la Región, especialmente desde Cartagena, Murcia y Lorca, gentes dedicadas a la construcción y se organizaban grandes convoyes de carros para cargar las cañas que aquí crecían. Me lo contaba mi abuelo siendo yo pequeño. Por lo que recuerdo debía ser toda una proeza sacar la caña de aquí y llevarlas a Murcia. Se utilizaba una vez partida y amarrada unas junto a otras formando una especie de urdimbre con la que confeccionar los cielorrasos (falsos techos) de las casas de la época.



Mariano Vicente, en el Puerto de Mazarrón bajo la canícula del 2 de julio de 2020

el track...                           las fatos... 

4 comentarios:

  1. Buena pinta la ruta y muy sugerente descripción de la misma. Muchas gracias Mariano!!

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  3. Entretenido, ameno y fácil de leer. Enhorabuena y feliz verano admirado barrigaverde. Paco Marzal el aladroque contento

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  4. Entretenido, ameno y fácil de leer. Enhorabuena y feliz verano admirado barrigaverde. Paco Marzal el aladroque contento

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