Apático. Sí, creo que esa es la palabra adecuada para
describir el estado de ánimo en el que me encuentro desde hace ya algunos
meses. Los Pedales de León, en junio, fueron mis últimas salidas con
fundamento. Desde entonces no tengo casi ganas de salir y aun menos de
esforzarme, salgo en la bici como podría hacer cualquier otra cosa, sin
ilusión, sin entusiasmo. Supongo que será algo pasajero, que recuperaré la
iniciativa y pronto estaré pensando en esta o aquella ruta, la que recorre ese
paraje poco conocido, o aquel otro emblemático.
Hoy hemos salido, sin saber muy bien dónde ir, pasadas las
diez de la mañana y sin muchas ganas de sufrir. Venía Matías junior, el
muchacho lleva un año sin tocar la bici, solo ha salido esta última semana que
ha estado de vacaciones, por lo que estábamos pensando en algo suave como la
mota del río hasta Orihuela.
De pronto he pensado, qué porqué no lo contrario. Porqué no
una subida, relativamente larga, con rampas asumibles, que tomadas con calma son
fácilmente superables. Sí, subiremos al Miravete. A demás, ni Matías ni su hijo
la conocen, lo que le prestara un mayor interés.
Cruzamos así la Vereda Real de Torreaguera y comenzamos a
dirigirnos al desfiladero del Garruchal, la idea es rodear la sierra de
Canisola, subiendo por el camino de los González. Ponemos el molinillo y vamos
rodeando por el Norte los Mamellones.
Superamos el collado y nos dejamos caer hasta la casa que ha
dado nombre al camino. Me despisto, equivoco el camino y entre limoneros llegamos
a lo alto de un cabezo. Aquí termina el camino, no sé qué hacer, volvemos sobre
nuestros pasos o nos arriesgamos campo a través buscando el buen camino. Cabezo
abajo, entre espartos y romeros, con la bicicleta al hombro hasta recuperar el
camino correcto.
Buscamos el collado de las Amoladeras. Siempre que paso por
aquí siento un cierto temor, quizá irracional, hacia un criadero de perros que
ocupa la ladera. Siempre me hago la misma pregunta. ¿Si se escapan en jauría,
que puede pasar? Supongo que ni los huesos, tan solo las partes duras del
cuadro serán reconocibles. Mejor no pensarlo.
Llaneamos hasta el pie de la cruz del Miravete. Nos
esforzamos en un pequeño trecho, pedregoso y roto hasta una pequeña senda que
pronto deja de ser ciclable. Un pequeño esfuerzo más con la bicicleta al hombro
y estamos a los pies de la cruz, blanca y metálica del Miravete. Las vistas son
magnificas, tenemos a nuestros pies gran parte del valle del segura, su huerta
y también la máxima concentración urbana de la Región.
Brillantes envoltorios de barritas energéticas, rellenan los
huecos entre las piedras. Tradicionalmente se ha asociado a senderistas y ciclistas
deportivos, una imagen ecológica y de sostenibilidad del medio ambiente.
Empiezo a dudarlo. No nos engañemos, cualquiera que tire un desperdicio en el
monte es un cerdo. No merece otro calificativo, venga andando o en bicicleta.
El dejar aquí sus desperdicios denota su total falta de conciencia ecológica y
su falta de respeto sobre el medioambiente y a los demás usuarios del entorno.
Seamos beligerantes, llamemos la atención a esos “compañeros” que no respetan las
mínimas normas de urbanidad, con el tiempo todos saldremos beneficiados. Esto también
es válido para los “carreteros”, que hay que ver como dejamos las cunetas.
Solo nos resta ya buscar la bajada hacia el valle. Nos
dirigimos hacia el Este; para, tras dejar a nuestra derecha las Majadas, y a la
altura de los Eslabones, dejarnos caer hacia la izquierda, primero hacia Los
Ramos y después hacia Torreaguera, donde repondremos los líquidos perdidos y,
porque negarlo, también algo más.
Mariano Vicente, 22/10/2011
Es una ruta muy bonita y ademas se os ve muy finos y guapos. Salu2, Rafa
ResponderEliminar¿Hay alguien aqui? Solo veo monologos y nada de quedadas o proposiciones deshonestas, ni na de na.
ResponderEliminar!MARIANOOOOOOOOOOOOO¡ Di algo.
Rafa, he estado por el Alto Ebro, ya te contaré...
ResponderEliminarBinvenido Mariano. Que envidia de la mala el ver que no paras de meterte en nuevas aventuras bicicleteras. Teniamos previsto empezar ya con la MTB y ya habia hablado con mi cuñao David que teniamos que quedar con vosotros para hacer alguna salida, pero hace poco mas de una semana el grupo de Eroski ha propuesto hacer la ultima subida del año al Morron y esto me obliga a mantener un poco mas de tiempo la forma con la de carretera. En fin enseguida a la montaña y a organizar algo, que ya tengo ganas de veros y a vuestras nuevas monturas que creo que vais a tope. Un fuerte abrazo y bsos o todos, Rafa.
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