lunes, 6 de diciembre de 2010

Vuelta a Revolcadores sobre un manto blanco y helado.



Algunos agoreros argüían que no saldría bien. Se equivocaron; a pesar de los pronósticos que vaticinaban el día más frío del otoño y probablemente del año en la Región de Murcia, pasamos un día maravilloso, emocionante y divertido.

El noventa por ciento de la “grupeta” se “rajo” a pesar de que algunos “son del norte”, allí donde empezó la Reconquista. Otros adujeron compromisos familiares y otros directamente pensaron que estábamos locos. Pero no, no lo estábamos y pasamos un día realmente memorable.



Comenzamos con cinco grados por debajo del cero, pero después de los “carajillos” en el restaurante de Los Odres ya superamos el positivo. Comenzamos a pedalear en dirección al Hornico para dirigirnos al collado Ballesteros. Era divertido pasar haciendo equilibrio sobre los charcos helados para comprobar con asombro que aguantaban estoicos nuestro paso, y eso que yo supero los cien kilos.

Divertida y vertiginosa bajada hacia la rambla de Inazares horadando la nieve virgen y helada. Había que extremar la precaución, este manto blanco y puro, podía ocultar sorpresas desagradables lo que hacía subir la adrenalina.

En Inazares, repusimos fuerzas en el restaurante El Nogal ante un buen plato de embutido y una jarra de vino. Eso sí, con gaseosa para hidratarnos.

A continuación nos esperaba una dura y resbaladiza subida sobre la nieve helada. El pedalear se hacía difícil; constantemente la rueda trasera perdía tracción y, nosotros el equilibrio.

Ya en el collado nos hicimos las fotos de rigor y disfrutamos de unos reconfortantes y luminosos rayos de Sol que templaron nuestros cuerpos. A partir de aquí, lo mejor de la jornada. Nos esperaba la bajada hacia la rambla de la Rogativa. Virgen, impoluta, helada, esperaba la pista nuestro paso. Descendimos abriéndonos camino sobre dos palmos de nieve que se hundía a nuestro paso crepitando ruidosamente. Os puedo asegurar que nos divertimos como nunca. Ya, más abajo, cuando la nieve solo alcanzaba algunos centímetros me atreví a rodar un pequeño video que dejara constancia de nuestro paso.

La subida desde la ermita de la Rogativa no fue especialmente difícil, salvo en la parte final, junto a Puerto Alto, ya que el camino se iba convirtiendo poco a poco en una pista de patinaje. Más duro fue el descenso hacia Cañada de la Cruz por un asfalto traicionero, en el que las placas de hielo; pulido como el acero, se alternaban con rodadas de nieve helada que nos obligaban a escoger con sumo cuidado la trayectoria.






No hemos pasado frío, al contrario, ha sido un día estupendo, que terminamos como a nosotros nos gusta, alrededor de una mesa disfrutando de los amigos; gente de buen yantar y mejor beber, que no se arrugan por un poco de frío y se crecen ante las dificultades.

Mariano Vicente, sábado 4 de diciembre de 2010.

2 comentarios:

  1. Si que ha tenido que ser una buena ruta, los elementos básicos eran insuperables: Amigos, bicis, nieve, cuestas y buenos lugares donde llenar el mantel de miguicas de pan.

    El video del final es un buen colofón para esta perla bloguera.

    Un saludo Magister.

    ResponderEliminar
  2. Luis; ni las miguitas quedaron.

    Llagamos a las tres y media y había hambre.

    Comenzamos con una buena ensalada, que acompañamos con unos patés y queso de cabra de Cehegín fundido y confitura de tomate, todo regado abundantemente con cerveza, por aquello de hidratarnos convenientemente.
    Tras algunas cosicas más pasamos a los platos fuertes; carrillera estofada, rabo de toro y lomo de ciervo con una sabrosa salsa de piñones, todo regado con un excelente vino.

    Los postres no desmerecieron el conjunto y desde la leche frita, pasando por la tarta de queso, la de la abuela y algunas más hasta llegamos al café y el orujo. Todo fue perfecto, para repetir.

    ResponderEliminar

Gracias por visitar este blog. Si le apetece puede dejarme su comentario.