Nuestro
Vate, será el tercer hijo de una modesta familia de tejedores cuya
economía se ve truncada por la muerte prematura del padre. Una
enfermedad, quizá debido a la hambruna que asoló Castilla en aquella
época deja a nuestro protagonista huérfano. Nace en Fontiveros, pequeña
población de la Moraña —una comarca de Ávila lindante con Salamanca— en
1542. La viuda busca sustento en Arévalo y Medina del Campo por lo que
nuestro huérfano se crió en los arrabales de esta ciudad, que en aquel
momento era una de las más pujantes de Castilla, como pobre de
solemnidad. Esto representaba vivir de la caridad y la posibilidad de
asistir al Colegio de los Niños de la Doctrina en el que ingreso en 1551
con la obligación de pedir limosna, asistir a los entierros, ayudar a
misa y en los oficios y para lo que fuera requerido en el convento de la
Magdalena. Esto le permite salir del analfabetismo y poder ingresar en
el colegio que fundaran los jesuitas en 1551 en el que debía compaginar y
compensar sus estudios con trabajos en el Hospital de la Concepción,
conocido popularmente como el de "Las Bubas" por estar especializado en
enfermedades venéreas.
A
los veintiún años siente la llamada de la vocación religiosa e ingresa
en el convento de Santa Ana de la Orden del Carmen como Juan de Santo
Matía. De aquí paso a una de las universidades de mayor prestigio y
pujanza de la época; la de Salamanca, dónde realizo el bachiller de
Artes y adquirió notable destreza en la dialéctica. Conoce a Santa
Teresa en el otoño de 1567 en Medina del Campo y esto cambiara su vida
para siempre. Adquiere un fiel compromiso con Teresa de Jesús, que le
hará abandonar sus estudios de teología en Salamanca para acompañarla en
diversas fundaciones, comenzando por la femenina de Valladolid. El
primer convento de frailes descalzos instaurado bajo un nuevo estilo de
vida que se basa en las máximas de oración, pobreza, silencio y rigor
espiritual se llevo a cabo en Durelo el 28 de noviembre de 1568. Durante
la ceremonia de fundación, Fray Juan de Santo Matía cambió su nombre
por el de Fray Juan de la Cruz. Tras su paso por Alcalá de Henares, como
rector del colegio allí fundado y en Avila como confesor y director
espiritual de la comunidad carmelita descalza de la ciudad, correrá una
serie de vicisitudes y enfrentamientos entre las ordenes carmelitas que
le llevaran ominosamente a ser encarcelado en la noche del 2 al 3 de
diciembre de 1577. A pesar de las presiones sicológicas y físicas, el
temor a la muerte o la angustia de saberse olvidado -a pesar de las
gestiones de Santa Teresa incluso ante el mismo rey, que él desconocía
debido a su aislamiento-, no hizo sino generar una reacción mística y
poética que pergeño la Noche Oscura y las primeras treinta y una
estrofas del Cántico Espiritual o Primitivo.
En
agosto se escapa de la prisión con la anuencia de su carcelero y tras
pasar unos meses en el hospital es destinado en septiembre de 1578 a
Andalucía. El convento del Calvario, Beas y Baeza serian los lugares
donde seguir con su producción literaria -Cautelas, Avisos, Dichos
de
luz y amor-. Posteriormente pasa a Granada donde daría cima a su obra;
El Cántico espiritual, dirigido a la Madre Ana de Jesús, la Llama de
amor viva destinado a Ana de Peñalosa, y la actualización de La Noche
oscura. Destinado a Segovia y nombrado vicario general de la Orden se
mantendrá unos años atareado con las labores burocráticas del cargo
hasta que en 1590 se enfrento abiertamente al Padre Doria defendiendo la
parte más humanista y abierta de la reforma, al año siguiente fue
cesado de todos sus cargos y destinado como mero súbdito de la comunidad
a las misiones de México. Durante su viaje a Andalucía contrajo unas
calenturas que obligaron a someterlo a cuidados médicos en Úbeda donde
se agravo su enfermedad hasta causarle la muerte la noche del 13 al 14
de de diciembre a los 49 años de edad. La mansedumbre con la que Fray
Juan De la Cruz soporto las penalidades de su enfermedad y las
persecuciones de las que fue objeto, traspasaron los muros del convento
en olor de santidad por toda la ciudad. Sus restos se trasladaron en
secreto hasta Segovia y en 1611 fueron depositados en una capilla del
convento de los Padres Carmelitas Descalzos donde reposan en la
actualidad.
Mariano Vicente, noviembre de 2017
Obra
Dámaso Alonnso; La poesía de San Juan de la Cruz.
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