Mi mujer y mi hija llegaron a casa con una cara que irradiaba felicidad: - Te hemos traído una cosa. Y en sus ojos se dibujaba una sonrisa pícara. Sorprendido; no imaginaba que podía ser, lo único que sabía era que habían ido a un rastrillo de anticuarios en Ifepa. Y allí estaba, una vieja, oxidada y llena de telarañas Orbea Moncayo en un estado lamentable. El estupor dibujado en mi rostro; no me lo puedo creer ¿Pero esto que es? Repuesto de la sorpresa, lo primero que me vino a la cabeza fue: ¿con esto que hago? Estáis locas; les digo, ¿sabéis lo que estáis haciendo? Total por treinta euros que nos ha costado... me contestan, lo que no saben es que costará muchísimo más ponerla en orden de marcha.
Varios meses estuvo en el trastero sin tocar hasta que un día la saque fuera. La miraba y la volvía a mirar y no sabía lo que hacer con ella, sucia y oxidada como estaba. Comencé limpiando manillar, potencia y manetas. Descubrí que el estropajo de acero lo dejaba impecable sin llegar a rallarlo. Lo emplee para casi todo, desde la tija a la bielas pasando por llantas y bujes. Parecía que la cosa marchaba bien, las piezas no estaban quedando mal, pero requerían de mucho trabajo y paciencia, pero para las dos cosas me quedaba todo el verano por delante, no habría problema. Otra cuestión eran las pegatinas, las encontré por Internet, para la palabra Orbea no había problema, eran iguales a las que traía, pero para Moncayo no. Como no encontré otras me quede con estas, ya vería lo que haría una vez el cuadro pintado.
Al cuadro, una vez desmontada la dirección y el pedalier, le dí una buena pasada de lija gruesa para ver hasta que profundidad llegaba el oxido, y para mi sorpresa no era muy profundo, pero no se podía dejar así, no había más opción que pintarlo. En marzo mi hijo, obsequioso él, se había ofrecido a pintarlo como regalo de cumpleaños, cosa que al final hizo junto con los amigos. La verdad es que ha quedado muy bien, no esperaba yo un resultado tan bueno, lo han dejado como verdaderos profesionales. Durante el tiempo que duró el granallado y pintura, busque las pegatinas, que aunque caras, me llegaron enseguida. Estoy manteniendo las piezas originales, no quiero tener que sustituir ninguna salvo las que sean absolutamente necesarias por el desgaste. Pasado el verano y después de mi viaje a Granada [1], comencé con el montaje en el local de mi amigo Tomás Moya, dueño de la tienda Con2pedales y con su profesional asesoramiento. Pusimos cubiertas, cámaras, fundas y cables, las zapatas de freno y la cinta del manillar, todo lo demás son los componentes originales, algunos como el cambio, de la marca francesa Triplex, también se ha sustituido la cadena que estaba demasiado oxidada.
De las ruedas solo he tenido que sustituir algunos radios rotos y no han quedado demasiado mal una vez centradas. En una de ellas, la llanta presentaba una pequeña deformación producida probablemente por el típico "llantazo" y que he intentado enderezar para que afecte lo menos posible a la frenada. Los bujes, con un poco de grasa se han mostrado muy agradecidos y ruedan con suavidad, bueno quizá el trasero se agarra un poco. Una vez puestas las pegatinas la bicicleta ha quedado de "exposición", por eso la hemos dejado en la tienda.
Un poco de historia
La marca Orbea tiene una historia de 175 años, bien es verdad que no siempre se dedico a la fabricación de bicicletas, su sede esta en la ciudad vizcaína de Mallavia en el País Vasco.
En el año 1859 en la ciudad de Éibar, los hermanos Juan Manuel, Casimiro, Mateo y Petra Orbea Murua ya fabricaban bicicletas, pero pronto derivaron hacia la producción de armas y munición. Tras una serie de vicisitudes la empresa de divide, una parte sigue con la producción de cartuchos y se traslada a Vitoria, la otra continua en Éibar y se especializa en la construcción de bicicletas a partir de 1926. En 1950 bajo patente francesa comienza la fabricación de Velosolex, una bicicleta con el motor situado sobre la rueda delantera. En 1975 traslada sus instalaciones a la ciudad vizcaína de Mallavia convertida ya en cooperativa del Grupo Mondragón. En el 98 se expande a nivel internacional llegando a los principales países europeos y Norteamérica, llegando a abrir plantas de producción en Kunshan (China) y Aveiro (Portugal), conservando en la actualidad la de Aveiro y Mallavia. Orbea es una marca que se ha caracterizado a lo largo de su historia por su implicación deportiva, desde sus comienzos con los hermanos Montero a Federico Ezquerra y Mariano Cañardo hasta la actualidad. Lo podemos comprobar en una serie de vídeos producidos por la misma marca que reflejan toda su trayectoria:
- Orbea 175 aniversario. La película. (https://m.youtube.com/watch?v=fM6KRjEte5o)
Mariano Vicente, marzo 2017.
[1] El veleta y yo (https://achobike.blogspot.com.es/2016/08/el-veleta-y-yo-1_63.html)
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