Anoche, tras descansar y hacer la colada bajamos a cenar y
lo hicimos justo enfrente del hostal. Hacía mucho tiempo que no probaba los
caracoles y estuvimos “chupando” un buen rato. Caracoles pequeños, con la
cantidad justa de aditamentos y picante que apenas se notaba, por lo que
pudimos disfrutar de su fina carne sin enmascaramientos. Después cerdo y pollo
a la brasa.
Salimos de Alborea por carreterilla de efímera presencia,
cuatro son los kilómetros que tiene hasta ceder el protagonismo a otra mayor en
Zulema. Giramos aquí hacia el suroeste buscando las Eras y la vertiginosa
bajada a Alcalá del Júcar. Salir de aquí no va a ser tarea fácil, no solo por
la salida del barranco que forma el Júcar, sino por que seguiremos subiendo
durante más de 30 kilómetros hasta cerca de la Higueruela.
El paisaje se ha caracterizado por las grandes extensiones
casi llanas en las que ha predominado el cereal, donde el verde se mezclaba ya
con el rubio de las espigas maduras. Grandes cosechadores trazaban largas líneas
paralelas, casi perfectas, en los campos sembrados. Tráfico escaso en todo el
tramo, salvo los dos kilómetros de la carretera de Alatoz a Juan Núñez. Hasta
Pozo Lorente ha sido un paseo. Llenos los bidones en su esplendida fuente pública,
hemos comenzado una subida tendida para superar unos 300 metros de desnivel en
poco más de 10 kilómetros.
El tramo siguiente se me ha hecho pesado, y eso a pesar de
predominar la bajada. Una parada en Montealegre del Castillo para comer me ha
levantado el ánimo. La subida anterior a Fuente Álamo se me ha hecho más
llevadera.
Quizá hemos llegado demasiado pronto, probablemente hubiera
sido mejor alargar la etapa hasta Jumilla, pero eso nos viene pasando sistemáticamente,
las últimas jornadas. De haberlo hecho hubiéramos ahorrado un día de viaje;
pero tampoco esto es tan importante.
Mañana será ya nuestro último día. Llegaremos a nuestra meta
en Caravaca de la cruz, habremos completado nuestro periplo por gran parte de
la geografía peninsular. Desde los húmedos bosques gallegos hasta los campos de
viñedos jumillanos, pasando por las escarpadas tierras de los Picos de Europa y
los frescos trigales burgaleses. Por las feraces tierras del Jiloca y el Turia
hemos puesto rumbo sur. Mañana concluiremos nuestro viaje en Caravaca, no podemos faltar a la cita con la Vera Cruz,
nuestro tercer Lugar Santo, tras Santiago y Liébana. Espero de corazón que nada
nos lo impida.
Mariano Vicente, a una jornada de Caravaca, un lunes 20 del
mes de junio de 2016.
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