lunes, 24 de junio de 2024

Río Segura, Torre de los Freiles, noria del Tío Rapao y regreso por la Vía Verde del Noroeste.

 

 

El carril bici de la margen izquierda del Segura será el hilo conductor que nos sacara de Murcia hasta la Contraparada, azud mayor en Segura del que parten las dos acequias principales, Aljufía, al norte, y Alquibla, al sur. Aunque de probable origen romano, su importancia se acrecentó en época de Abderramán II. A día de hoy sigue derivando sus aguas sin interrupción desde, al menos, el siglo IX. Tras gozar un rato de su contemplación, abandonamos el lugar buscando de nuevo la margen izquierda, el río Segura hasta encontrarnos con la carretera de la Ribera de Molina.

Pronto la dejamos atrás y a la altura de la Ribera nos incorporamos a la Vía Verde del Noroeste, que no abandonamos hasta el puente Rojo o de Alguazas que atraviesa el Segura, para continuar por su margen izquierdo, buscamos la vieja Torre de los Freiles, que no logramos encontrar. Lo que sí encontramos es la “Máquina” antigua noria transformada en “fábrica de luz” que daba servicio a las poblaciones de Lorquí y Ceutí. Hoy; solo un motor de riego.

 

 

Continuamos junto a la Acequia Mayor de Alguazas hasta enlazar con la mota derecha del Segura que seguimos hasta el puente de la carretera que une las poblaciones de Ceutí y Lorquí para dirigirnos a esta última población cruzando el Segura. Nos encontramos de frente con la vieja Noria del Marqués de Corbera, hoy fuera de servicio y restaurada como objeto ornamental, aunque funciona perfectamente. Cruzamos la carretera para dirigirnos a otra noria, la del Tío Rapao, situado en la acequia Mayor del Azarbón de la Cierva es un arte significativamente más grande que la anterior, pero que regaban el mismo número de tahúllas, unas trescientas, construida en acero y madera, contiene 112 cangilones y 156 paletas. Está declarada Monumento Histórico Nacional.

 


 

Es buena hora para almorzar y que mejor sitio que en el Merendero El Cordero, cerca de la noria y en servicio desde 1991, unos trozos de morro a la brasa y cerveza bien fría serán suficientes para reponer fuerzas y llegar a Murcia. Atravesamos Lorquí pasando por delante de fábrica de conservas artesanales Modesto, donde solo me detengo para comprobar que todo sigue igual; espárragos, tomate, pimientos, alcachofas, mermeladas y hasta atún, todo con muy buena pinta, ya volveré.  
La ruta aún nos dará otro punto de interés antes de finalizar, el museo etnográfico Carlos Soriano. En 1875, un tal Joaquín Portillo terrateniente del lugar, vendió al abogado Carlos Soriano unas tierras en El Llano de Molina con noria incluida situada sobre la acequia Subirana, y este creo una colonia agrícola poniendo en cultivo las tierras con olivo y morera -ya había subvenciones en aquella época-. Por ley estas colonias debían de disponer de viviendas, -hasta seis llego a tener-, para los colonos, escuelas para sus hijos, almacenes comunales y hasta una iglesia que se construye en 1892. El museo como tal surge en 1999 con la adquisición de los inmuebles por parte del ayuntamiento de Molina. Está compuesto por la propia ermita y la casa solariega del abogado. Es un edificio de dos plantas, la baja de servicios y la superior de dormitorios. Se conservan la cocina original, los tinajeros y el dormitorio y en las salas habilitadas para exposición hay trajes regionales, enseres y menaje de la época.

 


Tras recrearnos un buen rato en la contemplación de la bonita y coqueta noria que toma sus aguas de la acequia Subirana, junto al museo. Continuamos sobre el propio cauce de la acequia, (está entubada) hasta salir a la carretera y meternos de lleno en el espectacular soto de los Álamos donde los árboles se miran coquetos en las aguas del Segura formando un frondoso bosque de ribera. La Vía Verde nos llevará hasta la Universidad de Murcia y de allí bajaremos hasta el Molino del Amor y el Cuartel de Artillería en nuestro querido Barrio del Carmen, donde finalizaremos el recorrido.  

Mariano Vicente, junio 2024