lunes, 23 de abril de 2012

Pedaleando por Coto Cuadros (aproximación)




Ruta de aproximación a Coto Cuadros para conocer este lugar de práctica intensiva del MTB para los ciclistas de Murcia y alrededores.



Los cabezos pelados de Coto Cuadros fueron transformados en un tupido pinar de repoblación en 1960. Espartales, viveros y ramblas encontraremos en esta ruta de aproximación al Coto o los Cuadros como también se le conoce. “…El monte Los Cuadros, que pertenece a la pedanía de El Esparragal, se encuentra a tiro de piedra del humedal de Ajauque, Rambla Salada, el embalse de Santomera, Fortuna, La Alcayna y Molina de Segura…”



revela en un artículo para el diario la Verdad el periodista José María Galiana, en el mismo artículo nos dice este prolijo escritor “…las lluvias recientes impregnan de aromas senderos y ribazos: romeros, tomillos, lavandas, yucas, adelfas, lentiscos, albaidas, jaras y albardines, espartos y hasta la humilde palera que, sin fruto para ofrecer, sufre una plaga trágica…”



Vuelan depredadores como el águila perdicera y el cernícalo, vemos palomas, mirlos, carboneros, verderones y pardillos; algún conejo zigzaguea fugaz entre las matas de romero y algunas perdices corren a esconderse entre los espartos.




Coto Cuadros, Monte de Utilidad Pública, pertenece a los municipios de Murcia y Santomera, pasan por él el trashumante cordel de los Valencianos que traía los ganados desde los montes de Teruel a invernar al Campo de Cartagena; también utiliza estos montes una vereda que comunica el Coto con la sierra de Orihuela.



Esta será solo una toma de contacto con el Coto, subiremos a su parte más alta y recorreremos parte de su rambla más emblemática, sus áreas recreativas y su casa forestal, regresaremos a la capital con un buen sabor de boca y ganas de regresar.


Algunos de los participantes en la ruta:

-Manolo
-Paco Marzal
-Angel
-Paco Madrileño
-Carlos
-Jesús y su primo
-José Luís
-y un servidor al otro lado de la cámara

-track de la ruta

Distancia recorrida: 44,89 kilómetros
Altitud min: 28 metros, max: 297 metros
Desnivel acum. subiendo: 370 metros
Bajando: 370 metros
Grado de dificultad: bajo
Tiempo:   4 horas 57 minutos
Fecha:  abril 23, 2012

lunes, 16 de abril de 2012

Por la solana de la Loma del Retamonar, Altaona y Columbares




La mañana huele a humedad, el tiempo amenaza lluvia. Amenaza que espero no se materialice. A las nueve estábamos pedaleando por la carretera de Sucina, nuestro propósito subir por la solana de la Loma del Retamonar y la de Altaona, bajar por la que de forma coloquial llamamos senda de los Perros, en la solana de Columbares hasta el puerto del Garruchal y; según la hora, continuar por estos parajes o regresar a Murcia.



Abandonamos la carretera de Sucina a  la altura de la urbanización Monta Alto para dirigirnos hacia la ermita de Las Casas, que rodeamos para continuar hasta el cementerio. Aquí la pista comienza a coger altura por el Sur del Retamonar, revuelta tras revuelta ganamos esos metros de altitud que nos situaran a la altura del Castellar, desde donde disfrutaremos de unas magnificas vistas del Campo de Cartagena y del Mar Menor, por el Este. De la Sierra de Orihuela, del embalse de la Pedrera y las Salinas de San Miguel por el Norte.



Continuamos por la solana de Altaona, vemos abajo la casa de los Ginovinos y nos dirigimos al collado del mismo nombre para cruzar la carretera del Cabezo de la Plata. Descendemos unos graciosos toboganes formados por las antiguas motas de los bancales para enfilar el camino de la casa de los Pareja, de la que solo quedan en pie dos esquinas de los antiguos lienzos que formaban las paredes.
Pasadas las ruinas de la casa, nos ceñimos a la ladera Sur de Columbares, que ya no dejaremos hasta el desfiladero del Garruchal. 



La senda, quebrada en algunos puntos, es estrecha y ceñida por el matorral y los pinos jóvenes, de cortas pero abruptas bajadas. En algunos tramos las lluvias propician que se formen pequeños regueros que en algún punto llegan a horadar  profundamente la senda. Por el Sur; cierra este valle de los Pereja la sierra de los Villares.



Casi sin solución de continuidad llegamos al Garuchal; puerto, desfiladero y vereda que nosotros utilizamos para regresar a casa, no sin antes cumplir con nuestro habitual compromiso de hidratarnos convenientemente.

Fotos  -  Track


Gracias de antemano por sus comentarios
 
Mariano Vicente, catorce de abril de 2012.  

miércoles, 4 de abril de 2012

Fuente Caputa-Embalse de la Cierva




En nuestra ruta de hoy haremos un recorrido por la zona de Yechar, pedanía de Mula. Recorreremos cañadas y veredas; antiguos abrevaderos. Pedalearemos por Zonas de Especial Protección para las Aves; saltaremos de charca en charca, por una zona de las más áridas de la Región de Murcia; todo un oasis, Fuente Caputa.
Las aguas infiltradas en los Llanos del Ardal y área suroccidental de la Sierra de Ricote emergen en la cabecera de la rambla de Perea formando un manantial permanente que vierte al cercano río Mula cerca del paraje de las Baños, aguas abajo del embalse de la Cierva. En su trayecto se encaja entre las elevaciones de Loma de Herrero y Cejo Cortado, formando pequeños saltos y varias charcas de gran atractivo y declarado Lugar de Interés Comunitario por los valiosos hábitats que alberga.
Zona habitada desde antiguo, en los alrededores existen pinturas rupestres, yacimientos de la edad del bronce y restos de villas romanas; de estos recibe su nombre. En el  abrevadero de la Fuente del Capitan confluyen la cañada Real de Calasparra, la vereda de Valentín y el cordel de la Huerta, zona de descanso habitual de los ganados trashumantes. 



Los restos romanos de Fuente Caputa están conformados por los restos de una posible villa (s. I-II d.C) y la presa, muro de contención de aguas localizado al pie de la Loma de Herrero a menos de dos kilómetros del anterior.
Este humedal permanente es considerado como Zona de Especial Protección para las Aves en la que es habitual la presencia de rapaces como el búho real, el águila real, aguilucho, gavilán, halcón peregrino o águila perdicera, también es fácil de contemplar la chova piquirroja o el sisón.
La vegetación está conformada en su mayoría por especies características de Ramblas, como adelfas, carrizos o juncos; en las zonas de monte vemos especies como romero, tomillo, sabina negra, esparto, jaras y acebuche y arbóreas como el pino el carrasco.
La calima cubre los campos y vela el sol; pero hace calor. La luz da un aspecto opaco a los frutales que jalonan el camino, pero sus flores rosas lucen esplendorosas, algunos ya las han perdido y están vestidos del verde de sus hojas. Pedaleamos en plena Cañada Real de Calasparra. Pausadamente adquiere altura por la solana de Cejo Cortado, el paisaje cambia y los frutales son sustituidos por almendros que paulatinamente se alternan por espartizales salpicados de pino carrasco.
Un vertiginoso descenso entre pinos, nos lleva al abrevadero del Capitan; desde antiguo, descansadero de ganados trashumantes, la disposición de agua de forma permanente hace que en él confluyan cañadas y veredas.



El agua mana casi de forma imperceptible, pero arroja cerca de 20 litros por segundo y va horadando la roca formando pequeñas charcas que en algunas zonas se amplían considerablemente. Una tras otra se suceden a lo largo de este tramo de la rambla de Perea, solo interrumpidas por manchas de carrizo.

Croan  las ranas señalando el camino que entre rocas se retuerce rambla abajo, en algunos puntos la maleza se empeña en cerrar el camino, en otras las rocas forman pronunciados escalones. En los puntos más conflictivos hay instalado un pasamanos que nos ayudará en días húmedos, son escasamente ciclables y muy comprometidos.



Estamos en la última poza bajo el acueducto del Taibilla, el agua que se precipita en diminutas cascadas consecutivas, presenta un atractivo color esmeralda. A nuestro pesar, tenemos que abandonar el cauce de la rambla para ganar altura por su margen derecha, la pedregosa pista serpentea entre pinares hasta coronar en la pequeña meseta que nos separa del río Mula.

El paisaje cambia radicalmente, los baladres y el carrizo son sustituidos por el esparto, los pinos por los almendros y los humedales por el erial.
Buscamos el cauce del Mula, y el pantano de La Cierva, en concreto su presa que se encuentra al otro lado de la autovía del noroeste, que salvamos por un paso subterráneo. 



 El embalse tiene una superficie de 53 ha. y una capacidad de 7,28 km³; su presa tiene una parte más antigua de mampostería y otra más reciente de hormigón. Cruzamos la presa y descendemos a su pie para cruzar el cauce, comenzamos así una fuerte subida por asfalto hasta coronar la ladera de la margen izquierda. Pasamos bajo enormes estructuras de cedulas fotovoltaicas y salvamos la autovía por otro subterráneo para dirigirnos hacia Yechar por un polvoriento y rectilíneo camino que cruza los campos del Arreaque.



Sin más esfuerzo; que la de resistir la atracción que nos produce la bella contemplación de los campos de frutales en flor, de sus hermosas flores que van del blanco al rosa, de la perfecta simetría de los pies formando líneas que se pierden en el horizonte.
Nos despedimos, de esta pedanía de Mula, ante una merecida cerveza bien fría y algunas cositas para acompañarla. 



Mariano Vicente, Yechar 02 de abril de 2012.