miércoles, 22 de junio de 2016

Triangulo Santo Jornada 16 Fuente Álamo-Caravaca





Los caracoles se han convertido en fijación estos últimos días. Esta noche; otra vez caracoles, y estaban también muy buenos. Pero no solo de caracoles vive el hombre, solomillo escabechado, un tomatico “partió” con olivas, oreja y queso frito que acompañamos con unas jarras de cerveza. ¡Vamos! Lo más recomendable para unos ciclistas en plena faena, ¡siguiendo los cánones de la alimentación deportiva!  



Mañana será nuestra última jornada, fin a 16 días de convivencia, de rutinas diarias, de cambiar de cama cada noche, pero también fin a ese recorrido por las tierras españolas, a esos paisajes que se incrustan en la retina, y porque no, a ese esfuerzo diario para llegar a nuestro destino. Fin al sufrimiento de nuestras posaderas a las que cada día machacábamos durante horas, pero también fin a ese trato diario con las muchas gentes con las que nos hemos cruzado, que nos han atendido para darnos de comer, para alojarnos o simplemente para indicarnos el mejor lugar donde hacerlo, o la mejor alternativa a un determinado tramo, en fin, a esa gente desinteresada con la que nos hemos encontrado y que no tenían otro fin que el de ayudar y agradar. 



Por la tarde una amable señora nos rogo encarecidamente, hasta nos acompaño un trecho, que subiéramos hasta un pequeño parque que corona la población de Fuente Álamo. Como somos de natural bien mandados, eso hicimos y la verdad es que mereció la pena. Pudimos contemplar una esplendida puesta de sol sobre la llanura albaceteña; las montaña que nos guiarían al día siguiente en nuestros recorrido y una locura de golondrinas en pantagruélica orgia gastronómica.



Como todas las mañanas comenzamos con nuestra rutina diaria; aseo, equiparnos, recoger y empaquetar ¡que no se olvide nada! Tras desayunar comienza nuestra andadura hacia nuestra querida tierra; ya está cerca; cruzamos el límite provincial ¡estamos en Murcia!



Seguimos pedaleando casi a uña de caballo, pues el destino está cerca y el terreno es favorable, lo único que incomoda es el tráfico pesado, abundante y ruidoso. Llama Mercedes del ayuntamiento de Caravaca para comunicarme que nos esperaran en el santuario, el alcalde y la hermana mayor de la cofradía para recibirnos; la hora, sobre las cinco de la tarde. Tiempo más que suficiente para llegar y hasta comer con tranquilidad. Tras ligero contubernio decidimos hacerlo en Cehegín, lugar de paso y en el que tenemos querencia por determinados establecimientos en los que ya hemos comido en viajes anteriores; hoy le ha tocado al restaurante Domingo, que como siempre nos ha tratado espléndidamente.



Tomamos la vía verde para acercarnos a Caravaca con recogimiento y tranquilidad. El santuario aparece en el horizonte como faro guía a nuestro destino. Se acercan las cinco de la tarde y entramos en la plaza del Arco; un último esfuerzo y estaremos en el santuario. De la cuesta del los Caballos del Vino; ni enterarnos. Pasamos bajo el dintel de entrada al santuario; el rojizo mármol de su fachada resplandecía la luz de la tarde. La familia expectante en la explanada. Nos hacen pasar al claustro; nos reciben, Elisa Giménez Hermana Mayor de la Cofradía de la Santísima y Vera Cruz, José Moreno, Alcalde de Caravaca, María Gloria Gómez, concejal de Turismo. Estaban allí prensa, radio y televisión, nos sentimos abrumados, casi llegamos a creernos gente importante.



Y para nosotros, en el fondo, lo éramos. Habíamos conseguido nuestro objetivo; unir los tres Lugares Santos de la cristiandad en España, Santiago, Liébana y Caravaca. Un total de 1.500 km. y 16 días de pedaleo nos ha costado recorrer el camino que separa Compostela de Caravaca. Viaje que hemos realizado sin incidencias dignas de mención, con todo favorable menos la orografía. Ni una gota de lluvia; a pesar de recorrer gran parte de la zona atlántica peninsular, o las alertas naranjas sobre tormentas en tierras aragonesas. El viento siempre a favor, lo que ha hecho que llegáramos a nuestros destinos antes de la hora prevista y mucho más relajados, lo que nos ha permitido algún capricho gastronómico.



Que mezcla de sensaciones; de la turbación a la alegría cuando el párroco de la basílica ha sacado la Cruz de su hornacina para que Juan Bautista y yo, simples peregrinos, la besáramos. Nos hemos sentido realmente reconfortados, compensados del esfuerzo diario; de las pequeñas privaciones cotidianas, de las ausencias familiares, en fin de todo eso que rodea a un viaje como este.



Mariano Vicente, ya en su casa de Murcia, el martes 21 de junio de 2016.

lunes, 20 de junio de 2016

Triangulo Santo Jornada 15 Alborea-Fuente Álamo



 

Anoche, tras descansar y hacer la colada bajamos a cenar y lo hicimos justo enfrente del hostal. Hacía mucho tiempo que no probaba los caracoles y estuvimos “chupando” un buen rato. Caracoles pequeños, con la cantidad justa de aditamentos y picante que apenas se notaba, por lo que pudimos disfrutar de su fina carne sin enmascaramientos. Después cerdo y pollo a la brasa.



Salimos de Alborea por carreterilla de efímera presencia, cuatro son los kilómetros que tiene hasta ceder el protagonismo a otra mayor en Zulema. Giramos aquí hacia el suroeste buscando las Eras y la vertiginosa bajada a Alcalá del Júcar. Salir de aquí no va a ser tarea fácil, no solo por la salida del barranco que forma el Júcar, sino por que seguiremos subiendo durante más de 30 kilómetros hasta cerca de la Higueruela.


   
El paisaje se ha caracterizado por las grandes extensiones casi llanas en las que ha predominado el cereal, donde el verde se mezclaba ya con el rubio de las espigas maduras. Grandes cosechadores trazaban largas líneas paralelas, casi perfectas, en los campos sembrados. Tráfico escaso en todo el tramo, salvo los dos kilómetros de la carretera de Alatoz a Juan Núñez. Hasta Pozo Lorente ha sido un paseo. Llenos los bidones en su esplendida fuente pública, hemos comenzado una subida tendida para superar unos 300 metros de desnivel en poco más de 10 kilómetros.



El tramo siguiente se me ha hecho pesado, y eso a pesar de predominar la bajada. Una parada en Montealegre del Castillo para comer me ha levantado el ánimo. La subida anterior a Fuente Álamo se me ha hecho más llevadera.


   
Quizá hemos llegado demasiado pronto, probablemente hubiera sido mejor alargar la etapa hasta Jumilla, pero eso nos viene pasando sistemáticamente, las últimas jornadas. De haberlo hecho hubiéramos ahorrado un día de viaje; pero tampoco esto es tan importante.



Mañana será ya nuestro último día. Llegaremos a nuestra meta en Caravaca de la cruz, habremos completado nuestro periplo por gran parte de la geografía peninsular. Desde los húmedos bosques gallegos hasta los campos de viñedos jumillanos, pasando por las escarpadas tierras de los Picos de Europa y los frescos trigales burgaleses. Por las feraces tierras del Jiloca y el Turia hemos puesto rumbo sur. Mañana concluiremos nuestro viaje en Caravaca, no  podemos faltar a la cita con la Vera Cruz, nuestro tercer Lugar Santo, tras Santiago y Liébana. Espero de corazón que nada nos lo impida.

Mariano Vicente, a una jornada de Caravaca, un lunes 20 del mes de junio de 2016.




Triangulo Santo Jornada 14 Ademuz-Alborea





Hoy cumpliremos las dos semanas de pedaleo. En esta jornada uniremos Ademuz con Alborea. Si todo va bien habremos recorrido unos 1250 km. desde que comenzamos a pedalear en Santiago. Atravesado las Comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla León, Aragón, Valencia y Castilla la Mancha, mañana le tocará a la murciana. Acumulado cerca de 18.000 metros positivos y un sinfín de anécdotas y vivencias que es lo que realmente nos queda.



Hoy nos hemos hecho trampas, en lugar de seguir el track que habíamos elaborado hemos decidido variar el recorrido. Salir de Ademuz por la nacional en lugar de seguir el Turia por Casas Altas y Bajas hasta Manzaneruela. Han sido más de cinco kilómetros de subida alrededor del ocho por ciento pero ha merecido la pena, hemos ahorrado unos siete kilómetros y algo de desnivel. Eso sí, nos hemos perdido los paisajes de la orilla del Turia. Pero también el paso por Moya ha merecido la pena. Además nos ha traído muy buenos recuerdos de cuando pasamos en el 2013 por estas tierras siguiendo el Camino de la Vera Cruz.



Pensábamos comer en Camporeobles, pero no encontramos nada. Toca seguir al menos hasta Fuenterobles, y hemos acertado. Genaro se llama el restaurante y hemos comido realmente bien. Una ensalada estupenda, pulpo y huevos revueltos, todo bien elaborado y presentado con un precio ajustado.



Lo que se nos ha hecho un poco cuesta arriba, valga la redundancia, ha sido la subida desde Villatoya a Alborea. El kilometraje junto al calor han potenciado la dureza de la subida; además Juan Bautista ha pinchado, lo que ha sumado cierta conmoción.



Mariano Vicente, en Alborea. Domingo 19 de junio de 2016. Nos quedan dos días.  

sábado, 18 de junio de 2016

Triangulo Santo Jornada 13 Monreal del Campo-Ademuz





Hoy hemos retomado el camino donde lo dejamos ayer, en el hostal Botero, en Monreal del Campo. Típica venta de carretera que vivió tiempos mejores y que hoy sobrevive a la modernidad como puede. La N-234 recorre todo el valle junto al Jiloca hasta cerca ya de Teruel. Desde Monreal una larga recta, mera continuación de la que el día anterior comenzamos en Calamocha, te lleva hasta Teruel. 



Pero que distinta puede parecer la misma cosa según las circunstancias que acontezcan. Hoy con una ligera brisa por nuestra espalda ha sido un placer pedalear por esta llanura, salvo la incertidumbre de una posible lluvia, nada ha perturbado nuestro pedalear. Sin embargo las sensaciones fueron muy diferentes hace dos años cuando realizamos este mismo tramo; esto es lo que escribí de aquella jornada “…Entre Calamocha y Teruel, ni un árbol, carretera trazada con escuadra y cartabón, pulida por el viento y las heladas, nada que se interponga entre el maldito viento y nosotros. Lagartos; verdes, enormes, sestean al sol. Los minutos, inmóviles, eternos, la desesperación aferrada al manillar, kilómetros insufribles en el inhumano páramo…”.



Volamos hacia Teruel y después hacia Ademuz. Terreno y brisa favorable nos permiten llevar una media altísima; sobre las 13.30 h. estábamos en Ademuz. Demasiado pronto; podemos a provechar la tarde u hacer unos kilómetros más; pero donde pernoctamos. Booking, Google y demás parafernalia pero no han servido de nada. El sito más apropiado; Landete, a unos 25 kilómetros, esta todo completo. Alrededores tampoco, e irnos hasta Mira unos 60 km. ya era demasiado. A pernoctar donde teníamos previsto, en Casa Domingo. Como no hay mal que por bien no venga, nos echaremos una buena siesta.



Casa Domingo nos recibe con un arroz empedrado, típico de la zona y conejo a la brasa. Para desengrasar, unas cerezas del lugar y a descansar que mañana será otro día u nos espera una dura jornada, la más larga del camino con cerca de 130 km. y un acumulado positivo de más de 1.500 metros. Pero eso os lo cuento mañana ¡si es que puedo!



Mariano Vicente, un sábado con poco que hacer a 18 de junio de 2016. 

Triangulo Santo Jornada 12 Calatajud-Monreal del Campo





Calatayud nos despide con una temperatura que en nada se parece a la de días anteriores, mucho más suave ronda los 20 grados. El cielo relativamente despejado y la carretera en buen estado convierten en un verdadero placer el pedalear. Pasan pueblos apellidados del Jiloca y otros que han renunciado a ello. Daroca está a mitad del recorrido; la vieja dama se quedo sin autovía y sin AVE y ahora vive de los recuerdos. Calamocha nos recibe con un cielo revuelto, nubes negras descargan cortinas de agua; pues muy bien, nosotros nos ponemos a resguardo en Casa Mariano, nos distraemos con unas carrilleras al horno que añudan a amenizar la espera. 



No tenemos prisa, apenas nos quedan unos kilómetros para llegar a nuestro destino. Durante el camino, comprobada nuestra buena marcha, en especial por el viento a favor, hemos barajado la posibilidad de llegar hasta Teruel en lugar de finalizar en Monreal; cincuenta kilómetros más no nos iban a asustar. Lo que nos ha hecho desistir ha sido la imposibilidad de encontrar alojamiento, una oposición que tiene lugar mañana en Teruel ha colapsado todos los alojamientos de la ciudad. Una pena pues nos hubiera ayudado a racionalizar las etapas siguientes.



En el alojamiento estábamos a primera hora de la tarde. Como hay tiempo, colada a fondo, además hay una terracita que facilita todo el tinglado de tender la ropa. Una siesta y un paseo por el pueblo, corto que tampoco es muy grande, para hacer tiempo para cenar.



Tras la cena me pongo a escribir estas líneas con la intención de subirlas al blog, vano intento, la wifi esta, pero tan débil que es imposible hacer nada con ella, no me queda más remedio que dejarlo para mañana o bajarme al comedor. Si veis publicado esto hoy es que he bajado al comedor.



Mariano Vicente, en Monreal del Campo, viernes 17 de junio de 2016